Ya sea por su plumaje vivo, su porte elegante o su canto melódico, las aves aportan una belleza innegable a nuestro mundo y son una fuente irresistible de alegría cuando se las ve en libertad. También son una pieza esencial en la biodiversidad de nuestro planeta.

Hemos seleccionado las aves más bellas del mundo. Sigue leyendo para ver cómo las hemos clasificado y si estás de acuerdo con nosotros…

Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de sindicación en español para loveEXPLORING.

Con una vívida fusión de azul, verde, amarillo y rojo, los Azulillos sietecolores también se conocen como “nonpareil”, que en francés significa “sin igual”. Miembros de la familia de los cardenales, son nativos de América del Norte, pero prefieren pasar el invierno en los bosques tropicales de América Central, Florida y el Caribe.

Curiosamente, el brillante plumaje del colorín pintado macho (en la foto) solo aparece en el segundo año de vida. Hasta entonces, es indistinguible de las hembras, de color verde amarillento.

Con sus ojos tristes y sus picos multicolores, el frailecillo atlántico es a menudo conocido como el payaso del mar. Sin embargo, con su elegante plumaje blanco y negro, creemos que hay cierta belleza en la infinita tristeza de este pájaro.

Y no somos los únicos. Los visitantes de los lugares donde abundan los frailecillos en Canadá, Escocia, Groenlandia, Noruega y, especialmente, Islandia, regresan con la tarjeta de memoria llena de fotos de estas aves tan bonitas y entrañables. Especialmente en la época de apareamiento, cuando los picos de los machos se vuelven aún más coloridos.

Los malúros espléndidos son pequeños pájaros inquietos con largas colas azules que siempre mantienen levantadas. Los machos son casi completamente azules, salvo por una línea negra que les recorre la parte posterior de la cabeza, desde un lado del pico hasta el otro.

Las hembras, como la de la foto, tienen el cuerpo de un tono más rojizo, un camuflaje perfecto para las regiones semiáridas de Australia en las que viven. Las hembras también tienen que doblar la cola cuando incuban los huevos porque sus nidos son muy pequeños.

Con una espectacular cabeza de plumas doradas, la grulla coronada cuelligrís aporta una hermosa presencia majestuosa a las praderas y humedales del este y sur de África. Cuenta la leyenda que la corona dorada fue otorgada a estas aves por un rey africano agradecido después de que le trajeran agua (todos los demás animales se habían negado).

Hoy en día son famosas por sus espectaculares danzas de apareamiento y por ser la única especie de grulla que anida en los árboles. También es el ave nacional de Uganda y aparece en el escudo oficial del país.

Encontrarás este adorable y activo pajarito revoloteando entre los setos, los bosques y los jardines de Europa y Japón. Tiene un pico corto y grueso y una cola larga y delgada que lo distingue de otros pájaros y de donde toma su nombre.

Su atractivo plumaje rosado, negro y blanco es más claro en los climas septentrionales, especialmente en invierno, cuando hincha las plumas para mantenerse caliente. Sus cantos son agudos y nerviosos, reflejo del comportamiento inquieto de este pájaro.

El quetzal resplandeciente se encuentra desde México hasta Bolivia y es realmente resplandeciente. Su llamativo vientre rojo contrasta con su dorso azul y dorado, mientras que las largas plumas azules verdosas que cubren su cola se arrastran magníficamente en vuelo.

Tanto los mayas como los aztecas lo veneraban como ave sagrada y, en la actualidad, se ha convertido en el símbolo nacional de Guatemala. También da nombre a la moneda nacional del país, el quetzal.

Con su porte majestuoso y su plumaje igualmente regio, es fácil imaginar al llamativo pato mandarín flotando en los estanques de los cuidados jardines de la China imperial, donde es originario. Estos patos se introdujeron por primera vez en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII, pero no fue hasta que una pareja reproductora escapó en la década de 1930 cuando comenzaron a aparecer en estado salvaje.

Prefieren los estanques pequeños y boscosos y, a diferencia de otros patos, prefieren dormir en los árboles por la noche. En China se consideran símbolos de fidelidad, y se regalan parejas a las novias el día de su boda.

A veces, la belleza de un pájaro reside en su porte y, teniendo esto en cuenta, no hay criatura más elegante que el cisne. Con su elegante cuello largo erguido, se deslizan sin esfuerzo por el agua con las alas discretamente pegadas a los costados. Su majestuosa belleza ha estado asociada desde siempre a la clase, la riqueza y el estatus.

En Inglaterra, el monarca conserva el derecho a reclamar la propiedad de cualquier cisne sin marcar que nade en aguas abiertas. Y hasta que una ley del siglo XII fue finalmente derogada en 1998, matar a uno se consideraba traición.

El azulejo de montaña es el ave estatal de Idaho y Nevada y el ejemplo perfecto de que, en materia de belleza, a veces menos es más. Conocido como “el más azul de los azulejos”, su llamativo plumaje azul turquesa no está adulterado por ningún otro tono.

Son más aventureros que sus primos azules y se extienden por todo el oeste de Norteamérica, desde México hasta Alaska. Los verás posados en cables y postes de cercas, aportando un toque de color vibrante a paisajes que, de otro modo, serían monótonos.

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En Nueva Guinea hay unas 45 especies diferentes de aves del paraíso, cada una de ellas sorprendentemente bella a su manera. A primera vista, el ave del paraíso magnífica de Vogelkop , un ave de color negro mate con pocos rasgos distintivos , parece la más sencilla de todas.

Pero su verdadera belleza se revela cuando comienza el elaborado ritual de cortejo del macho. Al empezar a bailar, balanceándose suavemente de lado a lado, abre sus plumas en abanico para mostrar una llamativa banda de plumas de color azul eléctrico. Realmente hipnótico.

No hay duda de cómo los loritos arcoíris de Australia recibieron su nombre. Con sus llamativos picos rojos y su plumaje azul, verde, naranja y amarillo, son un auténtico derroche de color. Su comportamiento es igualmente bullicioso. Se mueven en grandes bandadas ruidosas, chillando y parloteando mientras se dan un festín de néctar y polen.

A los loritos arcoíris les encantan los frutos de las higueras de Moreton Bay, especialmente después de que han fermentado en los recovecos de sus gigantescas ramas. No hace falta decir que los loritos arcoíris borrachos son aún más ruidosos.

Con su plumaje vivo de colores rojo, amarillo y azul, el guacamayo escarlata es uno de los loros más espectaculares del mundo. También es el más grande, ya que mide hasta 83 centímetros desde el pico hasta la cola. Con un pico fuerte perfecto para romper nueces, se alimenta en los bosques desde el sur de México hasta Perú.

Lamentablemente, su llamativo aspecto lo ha convertido en blanco del comercio ilegal de mascotas, y los guacamayos bebés contrabandeados alcanzan precios de hasta $4.000 (3.670 euros).

Con su magnífica cresta naranja, el gallito de las rocas macho es el Elvis de los Andes. Este increíble pájaro pasa la mayor parte de las mañanas saltando y bailando delante de las hembras y chillando como un cerdo. Aunque pasan gran parte del tiempo comiendo fruta en el bosque, prefieren construir sus nidos en grandes rocas o acantilados.

Bajo el plumaje naranja y negro, bellamente coordinado, se encuentran un par de patas robustas y garras fuertes, perfectas para agarrarse a los acantilados escarpados.

La tangara del paraíso tiene una máscara verde lima que contrasta vívidamente con los colores rojo, azul y negro de su cuerpo, lo que le da a este precioso pájaro latinoamericano el aspecto de un superhéroe alado. Su llamativo colorido le ayuda a camuflarse en el oscuro dosel del bosque, donde revolotea en busca de insectos, frutos y néctar.

Tangara significa “el que salta y gira como un bailarín” en la lengua local tupí, lo que captura a la perfección la energía inquieta de este pájaro.

Con su distintiva cresta y su vivo plumaje rojo, el cardenal norteño es sin duda una de las aves más reconocibles de Norteamérica. Recibe su nombre porque su plumaje rojo brillante recordaba a los primeros colonos europeos las túnicas que llevaban los obispos católicos romanos. Es el ave oficial de nada menos que siete estados de EE.UU.

La cresta y la máscara negra le dan al cardenal un aspecto ligeramente agresivo, pero, a pesar de ello, es un cantante engañosamente dulce. Los cardenales machos y hembras cantan a dúo durante el cortejo, y las hembras siguen cantando mientras anidan, principalmente para decirle al macho que le traiga comida.

La llamativa carraca lila de pecho recorre las sabanas abiertas del este y el sur de África. Recibe su nombre por el color distintivo de las plumas de su pecho y por su hábito igualmente distintivo de balancearse de lado a lado mientras vuela.

El plumaje que se ve está compuesto en realidad por ocho colores diferentes, entre ellos el verde, el blanco, el negro, el amarillo, el turquesa, el azul oscuro, el marrón rojizo y el lila. En Kenia, algunos dicen que los colores representan la multitud de tribus que componen la población del país.

Con su vientre blanco como la nieve y la cabeza, el dorso, la cola y las alas de color negro azabache, los pingüinos emperador parecen estar dirigiéndose a una elegante fiesta de etiqueta. La realidad es que simplemente intentan sobrevivir en uno de los entornos más hostiles de la Tierra, el gran continente austral de la Antártida, donde las temperaturas pueden bajar hasta los -140 °C.

Sus crías son aún más adorables: pequeñas bolitas de plumón gris con caritas blancas y negras.

El abejaruño europeo, de colores espectaculares, se extiende por Europa y África Oriental en busca de insectos, especialmente voladores. Prefiere atrapar a sus presas en pleno vuelo y puede comer hasta 250 abejas al día, después de golpearlas contra las ramas o frotarlas con ramitas para quitarles el aguijón.

Tal es su gusto por las abejas que a menudo se les puede ver congregándose alrededor de los campos donde se utilizan colmenas para la polinización, lo que enfurece a los agricultores.

Torpes y con un pico desafortunadamente curvado, los flamencos tienen un gran punto a su favor en cuanto a belleza: son rosas, aunque en realidad, el tono de rosa depende de lo que hayan comido. El color proviene de un pigmento rojo anaranjado llamado betacaroteno que se encuentra en las algas, las larvas de la mosca de la salmuera y los camarones que comen en sus hábitats pantanosos.

Las fuentes de alimento varían según el hábitat, por lo que también lo hace el tono de rosa que absorbe su hígado y se deposita en sus plumas.

Con sus plumas blancas como la nieve y sus penetrantes ojos amarillos, el búho nival es uno de los pájaros más elegantes y bellos del planeta. Pero bajo esa serena belleza se esconde una de las aves rapaces más despiadadas del mundo.

Los búhos nivales patrullan los páramos helados de las regiones árticas de América del Norte y Eurasia, utilizando su extraordinaria vista y su agudo sentido del oído para localizar roedores, en particular lemmings, que se esconden bajo la nieve. Una vez que divisan a su presa, dejan que sus afiladas garras hagan el resto.

Hay 366 especies de colibríes que revolotean alrededor de las flores llenas de néctar de América y el Caribe, pero el más incandescentemente bello debe ser el colibrí garganta de fuego. Se encuentra principalmente en Costa Rica, y sus plumas iridiscentes brillan a la luz, con las de alrededor del cuello y el pecho explotando en un arco iris de colores cuando les da el sol.

Parece que esa belleza conlleva cierto derecho. Los colibríes de garganta de fuego son inusualmente agresivos y son conocidos por ahuyentar con agresividad a cualquier otro colibrí que se aventure en sus territorios de alimentación.

También conocido como petirrojo de pecho rojo, esta pequeña bola de peluche tan adorable ha sido un elemento común en las ilustraciones de las tarjetas de Navidad clásicas británicas desde la época victoriana. En aquella época, los carteros del servicio postal británico, el Royal Mail, vestían uniformes de color rojo brillante y se les apodaba “robins” como el nombre de esta ave en inglés. Los ilustradores pronto empezaron a dibujar a estos pequeños pájaros marrones de pecho rojo entregando cartas y paquetes, y la tradición se mantuvo.

A día de hoy, ver a un petirrojo hinchando las plumas para protegerse del frío es señal, al menos en Europa, de que las fiestas están a la vuelta de la esquina.

No hay nada más impresionante en el mundo de las aves que un pavo real indio, con sus magníficas plumas de la cola desplegadas, intentando impresionar a una pavita. Cada pluma de la cola tiene un "ojo" iridiscente que, según los antiguos griegos, ofrecía protección. En el hinduismo, las plumas de la cola del pavo real simbolizan la riqueza y la suerte (las verás adornando los tronos reales).

En el budismo, representan la sabiduría. Tal belleza y sabiduría tienen un precio. Las plumas de la cola de un pavo real constituyen el 60 % de su peso corporal, lo que afecta en gran medida a su capacidad para volar.

No hay nada más impresionante en el mundo de las aves que un pavo real indio, con sus magníficas plumas de la cola desplegadas, intentando impresionar a una pavita. Cada pluma de la cola tiene un "ojo" iridiscente que, según los antiguos griegos, ofrecía protección. En el hinduismo, las plumas de la cola del pavo real simbolizan la riqueza y la suerte (las verás adornando los tronos reales).

En el budismo, representan la sabiduría. Tal belleza y sabiduría tienen un precio. Las plumas de la cola de un pavo real constituyen el 60 % de su peso corporal, lo que afecta en gran medida a su capacidad para volar.

No te dejes engañar por su ostentoso plumaje dorado y sus ricos colores cálidos: esta ave de aspecto majestuoso, originaria de China, es en realidad un pájaro tímido que no le gusta el centro de atención. Los faisanes dorados prefieren los bosques oscuros y densos con muchos lugares donde esconderse, y tienden a posarse lo más alto posible a pesar de ser pésimos voladores.

En Gran Bretaña, su población ya no se considera “autosuficiente”, lo que significa que avistar uno de estos impresionantes pájaros es un privilegio aún más excepcional.

Con sus picos y caras de colores vivos, cada una de las 50 especies diferentes de tucanes añade un toque de emoción a las selvas de América Latina. Pero hay algo en los colores más apagados del tucán de pico de plato que aporta una cierta sofisticación a los bosques nubosos del noroeste de Ecuador y el extremo suroeste de Colombia.

Se mueven entre bromelias y copas cubiertas de musgo en parejas o pequeños grupos, pero es probable que los oigas antes de verlos. Su grito metálico se oye desde lejos en el bosque.

La belleza discreta de la paloma nicobar reside en su manto de largas plumas que brillan y se mecen mientras se alimenta de frutos caídos en el suelo de pequeñas islas densamente boscosas del sudeste asiático. El color de las plumas cambia según la luz, pasando del verde oscuro y gris al azul y al naranja bronceado.

También tiene la cola blanca, pero solo se ve cuando este tímido pájaro se asusta y vuela hacia el espeso dosel para escapar.

Los ampelis europeos pueden tener su hogar en el norte de EE.UU. y Canadá, pero su discreto plumaje rojizo-marrón emana un cierto aire escandinavo. Los detalles también son sutiles: una máscara negra sobre una cara “sonrojada” color melocotón y puntas rojas y amarillas cerosas causadas por los pigmentos carotenoides que se encuentran en la fruta de la que se alimentan.

Su adicción a la fruta les lleva a recorrer grandes distancias en bandadas, llenando el cielo con sus trinos agudos mientras buscan su próxima comida. Podría ser un arbusto solitario en el desierto, tal es la dedicación de su búsqueda.

Con su llamativa máscara negra, sus penetrantes ojos escarlatas y su corona de plumas encajeadas, este pájaro originario de los pantanos de las tierras bajas del norte de Nueva Guinea tiene un aspecto muy elegante. Con un peso de poco más de tres kilogramos, es grande para ser una paloma y se parece más a un pavo en tamaño.

Pasa la mayor parte del tiempo en el suelo buscando frutos y bayas, y solo vuela a los árboles por la noche para dormir. Los machos cortejan a las hembras inclinándose, moviendo las plumas de la cola y emitiendo un sonido retumbante "whoom-whoom-whoom-whoom".

Elegantes y gráciles, las grullas japonesas son la especie de grulla más grande del mundo, pero se mantienen con un equilibrio increíble. Símbolo de la longevidad, han sido musas de acuarelistas y ceramistas japoneses durante siglos. En forma de origami son un símbolo de paz y se cree que doblar 1.000 de ellas concede deseos.

Sus bailes en los campos nevados del norte de Japón son de una poesía impresionante y están diseñados para fortalecer el vínculo entre las parejas, que suelen emparejarse de por vida.

La impresionante ave del paraíso de Wilson ocupa el primer puesto. El macho luce más colores que cualquier otra especie de la famosa y colorida familia de las aves del paraíso, y solo fue filmado por primera vez en 1996, cuando David Attenborough viajó a Nueva Guinea para grabar el documental de la BBC Attenborough in Paradise.

Sus plumas caudales, notablemente aplanadas y rizadas, se asemejan a un elaborado sombrero que una dama podría llevar a las carreras, y reflejan tonos azules al moverse con la luz. Es un ave realmente hermosa, especialmente durante el cortejo, cuando el macho arregla sus plumas para crear una elaborada ornamentación.

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