Si lo construyes, existe la posibilidad de que no vengan. Al menos, eso es lo que ocurrió con muchas de estas atracciones que no lograron despegar. Algunas disfrutaron de un éxito inicial, pero finalmente se vieron truncadas por escándalos, problemas financieros o una mala gestión. Otras nunca fueron populares. Desde elefantes blancos como el llamado “Hotel de la Muerte” de Corea del Norte hasta vergüenzas recientes como el Marble Arch Mound de Londres, lo cubrimos todo.

Recorre la galería para ver los fracasos más épicos de las atracciones turísticas del mundo...

Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveEXPLORING.

Dinosaurios sin cabeza, una noria congelada y atracciones recuperadas por la naturaleza y cubiertas de grafitis: los restos del Spreepark de Berlín se han convertido en una especie de atracción turística. Inaugurado en 1969 como VEB Kulturpark Plänterwald, fue el único parque de atracciones de Alemania Oriental y atraía a 1,7 millones de visitantes al año.

De alguna manera sobrevivió a la caída del Muro de Berlín y fue rebautizado en 1991, cuando el nuevo operador Norbert Witte añadió atracciones del desaparecido parque Mirapolis, cerca de París.

En un momento dado, incluso añadió un pueblo de estilo inglés. Pero se descubrió que estaba traficando con cocaína en piezas de las atracciones enviadas desde Perú. Ese escándalo, junto con la disminución del número de visitantes, provocó el cierre del parque en 2002 (Witte fue condenado en 2004).

El parque abandonado fue parcialmente destruido por un incendio provocado en 2014 y, dos años más tarde, el terreno fue adquirido por una empresa municipal. Se está transformando en un parque urbano con visitas guiadas por las antiguas estructuras y planes para volver a poner en funcionamiento la noria. Actualmente se están llevando a cabo importantes trabajos de restauración y está previsto que el parque reabra sus puertas por fases, con la finalización prevista para 2027.

El Revel Casino de Nueva Jersey fue declarado en quiebra menos de tres años después de su inauguración, con un proyecto de 2.400 millones de dólares (2.200 millones de euros) sumido en dificultades financieras. El edificio frente al mar, el más alto de Atlantic City y uno de los casinos más altos del país, sufrió reveses y tragedias desde el principio, con la muerte de tres ejecutivos de Revel Entertainment y su empresa constructora en un accidente aéreo en 2008.

La crisis financiera causó más problemas y los inversores Morgan Stanley se retiraron del proyecto en 2010.

Revel consiguió financiación y abrió sus puertas en 2012 con dos torres de 213 metros y más de 1.800 habitaciones de hotel, aunque los planes originales eran 4.000. Sin embargo, no logró recuperar sus pérdidas. Esta foto fue tomada en 2014, el año en que Revel cerró.

Ahora ha reabierto sus puertas como Ocean Casino Resort. Aunque ha habido informes de dificultades financieras, está invirtiendo activamente 50 millones de dólares (45,9 millones de euros) como parte de una amplia remodelación prevista para 2025.

La estación de esquí de los Alpes no fue un fracaso total. De hecho, fue un gran éxito durante décadas. Abrió sus puertas en la década de 1980 en Heul-ri, un pequeño asentamiento cercano a la zona desmilitarizada que divide Corea del Sur de Corea del Norte. El que fuera un animado complejo turístico, uno de los primeros destinos de deportes de invierno del país, atraía a decenas de miles de visitantes cada año.

Su elevada altitud le permitía disfrutar de las nevadas naturales más intensas del país, y los esquiadores acudían aquí incluso antes de que se inaugurara la estación.

Los Alpes cerraron en 2006, ante la competencia de complejos turísticos con instalaciones más modernas. Los planes para rescatarlo y renovarlo no han dado frutos hasta ahora. Entre las estructuras oxidadas y vacías hay piscinas, hoteles, restaurantes y tiendas llenas de montones de esquís y botas de nieve.

Esta foto muestra un telesilla en la estación abandonada, donde los propietarios de negocios locales y otros habitantes del pueblo dicen que se han quedado en una situación difícil.

El South China Mall era el más grande del mundo cuando se inauguró en 2005, con más de 460.000 metros cuadrados de superficie comercial y capacidad para 2350 tiendas. Es más del doble que el centro comercial más grande de EE.UU., el Mall of America.

Sin embargo, solo se ocupaba un puñado de locales, alrededor del 1 %, y el centro comercial no consiguió atraer ni de lejos los 100.000 visitantes diarios que se esperaban. Los observadores sugirieron que la ubicación alejada del centro de Dongguan era en parte responsable de ello.

Se han realizado varios intentos para revertir la suerte del centro comercial, incluida la incorporación de un parque de atracciones al aire libre con una esfinge egipcia gigante, una réplica del Arco del Triunfo de París y una mini Venecia con canales y góndolas. Esta foto muestra las obras de la zona en 2015. Se esperaba que unas renovaciones más amplias, que incluían un cine estilo IMAX, atrajeran a más visitantes, pero aún está lejos del bullicioso centro comercial que se había imaginado.

Dubái tiende a hacer todo a lo grande y con audacia, y sus atracciones menos exitosas no son una excepción. En este caso, el mundo entero fracasó. The World Islands iba a ser un archipiélago artificial diseñado para parecerse a un mapa del mundo, con 300 masas de tierra agrupadas en continentes.

Se creía que entre los posibles compradores se encontraban Richard Branson, Karl Lagerfeld, que planeaba una isla temática dedicada a la moda, y Brad Pitt y Angelina Jolie.

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Con el promotor Nakheel, creador de Palm Jumeirah, detrás del proyecto, parecía destinado al éxito. Excepto que, por supuesto, no fue así. La construcción comenzó en 2003, pero se suspendió debido a la crisis financiera de 2008.

Incluso hubo informes de que algunas de las islas privadas, cuyo precio oscilaba entre los 15 y los 50 millones de dólares (entre 13,8 y 43,5 millones de €) cada una, estaban empezando a hundirse. Hoy en día, solo se han desarrollado unas pocas, aunque se están reanudando algunos proyectos, como el complejo turístico Heart of Europe.

Sobre el papel, un museo dedicado a la artista de música country más vendida de todos los tiempos debería haber sido un éxito rotundo. En realidad, el Shania Twain Centre apenas entró en las listas.

El centro abrió sus puertas en 2001 en Timmins, donde la cantante creció y comenzó su carrera. Sin embargo, su ubicación relativamente remota resultó ser parte del problema y atrajo a menos de 15.000 visitantes en 2002.

El enfoque del museo tampoco impresionó mucho al público: las exposiciones de recuerdos relacionados con la carrera de Twain se mezclaban con artefactos de la minería del oro que no tenían nada que ver. Las cifras no dejaban de caer y el centro, financiado por la ciudad, funcionaba con pérdidas.

Sin embargo, aún podría convertirse en una mina de oro. Cuando el centro cerró definitivamente en 2013, el terreno se vendió a Goldcorp con planes de demoler el edificio y sustituirlo por una mina a cielo abierto. La cantante sigue teniendo una calle con su nombre en Timmins (en la foto).

No todos los cuentos de hadas tienen un final feliz, y menos aún la historia del parque de atracciones Wonderland, a las afueras de Pekín. Se suponía que iba a ser la respuesta china a Disneylandia y el parque temático más grande de Asia, con 48 hectáreas, aprovechando los terrenos baldíos de las afueras de la capital.

La construcción comenzó a mediados de la década de 1990, pero se abandonó en 1998 en medio de disputas por el dinero y los terrenos.

Las torres pastel de su castillo al estilo de Cenicienta se mantuvieron en pie durante años como un inquietante recordatorio del proyecto fallido, rodeadas de estructuras más pequeñas y zonas a medio terminar. Al parecer, a menudo se veía a trabajadores labrando los maizales de la zona.

El parque fue finalmente demolido, junto con el cuento de hadas, en 2013, como se muestra en esta imagen. Para colmo, en 2016 se inauguró el parque Disneyland Shanghai.

A lo largo de los años ha habido algunas montañas rusas de corta duración, pero Son of Beast es quizás la que más expectación causó en sus inicios. Kings Island abrió sus puertas en 1972 y se hizo famosa por The Beast, la montaña rusa de madera más larga del mundo, con 2.243 metros. La emocionante atracción cubría una gran parte del parque y ofrecía a los pasajeros una vista privilegiada (aunque borrosa) de los paisajes circundantes.

Fue tan popular que en 2000 dio lugar a Son of Beast, la montaña rusa de madera más alta y rápida del mundo.

La montaña rusa se elevaba a unos 66 metros y tenía una caída de 65 metros, con los pasajeros girando a más de 125 kilómetros por hora. Desgraciadamente, resultó ser un poco problemática. En julio de 2006, la atracción se detuvo bruscamente hacia el final debido a un fallo estructural, hiriendo a 27 personas.

Se realizaron cambios, pero tres años más tarde, una mujer afirmó haber sufrido una rotura de un vaso sanguíneo en el cerebro después de montarse en Son of Beast, por lo que la atracción se cerró definitivamente y se vendieron sus piezas.

¿Te apetece alojarte en el "Hotel de la Muerte"? Aunque te apetezca, no es realmente una opción. El Hotel Ryugyong, como se llama oficialmente, debía abrir sus puertas en 1989. Aunque las obras comenzaron según lo previsto en 1987, ha sido un desastre monumental.

La construcción del rascacielos piramidal fue lenta, por decirlo suavemente, debido a problemas presupuestarios. En 1992 alcanzó la altura prevista de 329 metros, lo que lo convirtió en el edificio más alto de Pyongyang (que se ve en el centro de esta foto del horizonte).

La construcción se detuvo por completo en 1992, cuando el colapso de la Unión Soviética afectó a la economía del estado. El hotel se alzaba sobre la ciudad, sin revestimiento, sin ventanas y vacío, hasta que se llegó a un acuerdo con un conglomerado egipcio y finalmente se revistió de cristal y acero en 2011.

La inauguración prevista para 2013 bajo la cadena hotelera alemana Kempinski no se materializó y sigue siendo un fracaso monumental, con el dudoso honor de ser el hotel abandonado más alto del mundo.

Heritage USA fue inaugurado en 1978 por los televangelistas Jim y Tammy Faye Bakker (en la foto, en el parque) y se promocionó como una "versión cristiana de Disneylandia". La pareja construyó un imperio multimillonario gracias a su cadena de televisión, The PTL ("Praise the Lord") Club, que pedía a los espectadores que se comprometieran a hacer una aportación mensual para convertirse en "socios".

Utilizaron parte del dinero para comprar 930 hectáreas de terreno en la pequeña localidad de Fort Mill, animando a sus seguidores a comprometerse a pagar una cuota vitalicia para ser socios del complejo hotelero y acuático de 500 habitaciones.

Su castillo de cuento de hadas y su escuela de evangelismo atraían a millones de personas cada año. Pero entonces llegaron los escándalos, sobre todo una serie de acusaciones contra Jim Bakker. Fue encarcelado en 1989 por fraude postal, fraude electrónico y conspiración para defraudar al público.

Ese mismo año, el parque fue azotado por un huracán y nunca volvió a abrir. Recientemente, esta turbulenta historia ha despertado interés gracias a la película The Eyes of Tammy Faye, estrenada a principios de 2022, con Jessica Chastain en el papel protagonista y Andrew Garfield como Jim. En la imagen, la Heritage Tower, construida como hotel en 2019.

No hubo una razón concreta por la que el parque temático Camelot, que abrió sus puertas con gran fanfarria en 1983, acabara fracasando, sino que su cierre en 2012 se achacó al mal tiempo y a que se vio eclipsado por grandes eventos como los Juegos Olímpicos de Londres y el Jubileo de Diamante. El parque temático medieval se basaba en la leyenda de Camelot, el rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda, y contaba con montañas rusas, atracciones infantiles más suaves, justas y el castillo de Merlín (en la foto de 2010).

Las estructuras del parque fueron finalmente desmanteladas a principios de 2020 y, más tarde ese mismo año, se informó de que se estaban vendiendo en eBay trozos de la montaña rusa Knightmare (en la foto). Los planes para una nueva atracción de zombis en el lugar, Camelot Rises, surgieron y se desvanecieron.

En mayo de 2025, se informó de que los promotores inmobiliarios habían presentado una solicitud para comenzar las obras de 350 viviendas en el antiguo emplazamiento del parque temático Camelot.

Era una idea interesante, aunque bastante aleatoria. Un equipo de artesanos, liderado por el arqueólogo aficionado Michel Guylot, planeó construir una réplica de un castillo francés del siglo XIII utilizando únicamente materiales y herramientas disponibles en la Edad Media, incluida una grúa de rueda impulsada por alguien que caminaba dentro de la rueda y que se utilizaba para izar rocas.

En lugar de completar el proyecto antes de dar la bienvenida a los turistas, se abrió al público en 2010 y se invitó a los visitantes a ver cómo se desarrollaba la construcción a lo largo de dos décadas.

Según sus previsiones, en 2030 el castillo estaría terminado, con torres de 21 metros, un puente levadizo y gruesos muros que rodeaban un patio. En cambio, cerró indefinidamente a principios de 2012, y los propietarios alegaron problemas financieros. Guyot había lanzado con éxito un proyecto similar, Guedelon, cerca de Saint-Fargeau, en Francia, pero, mientras que esa atracción atrajo a 310.000 visitantes en 2011, la fortaleza medieval de Ozark recibió menos de 12.000 en su primer año.

Las estructuras, apenas iniciadas, permanecen en el bosque, incongruentes con el telón de fondo de las montañas Ozark.

Sin duda, la inauguración fue espectacular. De hecho, hubo varias explosiones. El Millennium Dome, construido para albergar una exposición nacional en Greenwich, Londres, se inauguró en medio de los fuegos artificiales de la Nochevieja de 1999, con unos 10.000 invitados, entre los que se encontraban la reina y el entonces primer ministro Tony Blair.

La noche de la inauguración fue un desastre, con entradas que no llegaron a tiempo e incluso una amenaza de bomba (que resultó ser una falsa alarma).

El número de visitantes no cubrió los 1.000 millones de dólares (900 millones de euros) que costó su construcción ni suplió los gastos corrientes, por lo que la cúpula se cerró al público poco después. La estructura se vendió en diciembre de 2001 y durante años se alzó sobre el Támesis como una especie de elefante blanco.

Se reabrió en 2007 como The O2 y finalmente ha tenido cierto éxito como recinto para conciertos y eventos deportivos que atrae regularmente a grandes artistas y a decenas de miles de fans.

Esta escultura de andamios cubiertos de césped debía ser un modelo de vegetación urbana y potenciar el negocio de las tiendas del West End de Londres tras los confinamientos por la COVID-19. En cambio, no pasó de ser un montículo de frijoles.

El Marble Arch Mound costó 8,1 millones de dólares (7,4 millones de euros), muy por encima del presupuesto de 4,4 millones de dólares (4 millones de euros), y se construyó con la idea de que la gente pudiera explorar una zona verde con vistas a Oxford Street y Hyde Park. Sin embargo, no consiguió atraer a suficientes visitantes ni cumplir su promesa.

Originalmente había que pagar una entrada de hasta $11 (10,1 euros) para subir a la colina, pero ni siquiera la supresión de esta tarifa, que hacía que la "atracción" fuera completamente gratuita, impidió las quejas sobre el mal estado del montículo, que, según se informa, ofrecía plantas moribundas y árboles llenos de malas hierbas en lugar de la exuberante vegetación prometida.

Su demolición, que se completó en varios meses, se anunció en febrero de 2022.

El parque de atracciones de Pripyat nunca tuvo ninguna oportunidad. La atracción debía inaugurarse el 1 de mayo de 1986, pero cuatro días antes se produjo el peor desastre de la historia de la energía nuclear, cuando el cuarto reactor de la central de Chernóbil entró en fusión y filtró radiación a Pripyat.

Curiosamente, al parecer el parque abrió sus puertas durante un día, el 27 de abril de 1986, para ofrecer un respiro a las personas que se preparaban para evacuar la ciudad condenada.

Hoy en día, sus estructuras oxidadas, y en particular la noria que se eleva sobre la ciudad abandonada hace mucho tiempo, se han convertido en símbolo de la tragedia. Los coches de choque, con la pintura que una vez fue brillante, ahora descascarillada, están sucios y llenos de maleza; un tiovivo se alza inquietante en medio de un campo por lo demás vacío; y una montaña rusa acuática ha sido prácticamente engullida por los árboles.

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