Como destino turístico, Estados Unidos es difícil de superar. Paisajes épicos. Ciudades bulliciosas. Comida fantástica. Y la sensación de nostalgia que le debemos a Hollywood, pues muchos crecimos viendo películas que lo mostraban como el destino de ensueño. Pero hay que decir que hay algunas cosas que a nosotros los turistas nos resultan un poco extrañas.

Haz clic en la galería para descubrir las cosas que MENOS nos gustan a los visitantes de Estados Unidos y aquellas que hacen que sea un destino que vale la pena conocer.

Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de sindicación en Español para loveEXPLORING.

La primera visita a un baño público en EE.UU. puede resultar bastante desconcertante. Por alguna razón, no son tan privados como el resto del mundo está acostumbrado.

El enorme hueco en la parte inferior de la puerta ya es bastante desagradable. Pero lo más molesto es el hueco de un centímetro que hay alrededor de la puerta. Diseñado para permitir ver rápidamente si el baño está ocupado, también anima a los visitantes a salir rápidamente y seguir disfrutando de todo lo que EE.UU. tiene para ofrecer.

Fuera de las grandes ciudades, EE.UU. no cuenta con un buen servicio de transporte público. Los estadounidenses suelen desplazarse de un punto a otro manejando, ya que el 92 % de los hogares tiene al menos un vehículo.

Dicho esto, el transporte público que existe es uno de los más emblemáticos del mundo. Viajar en el metro de Nueva York, cruzar el país en un autobús Greyhound o tomar el Amtrak Empire Builder es una de las experiencias que muchos quieren vivir antes de morir.

Dar propina es una costumbre en todo el mundo, por supuesto. Pero en ningún sitio es tan habitual, ni tan esperado, como en Estados Unidos. Una encuesta reciente reveló que el 79 % de los visitantes se sienten más presionados a dar propina que en su país de origen, y uno de cada dos se siente observado cuando lo hace.

La mayoría entiende que las propinas son una parte esencial de los ingresos de los trabajadores del sector servicios y están dispuestos a pagarlas. Lo que causa consternación es la incertidumbre sobre cuánto dar. Da muy poco y corres el riesgo de parecer tacaño. Si das demasiado, es dinero que podrías gastar en otra cosa.

Otra cosa desconcertante de este país es el predominio de los anuncios de productos farmacéuticos. Si enciendes la televisión en tu habitación de hotel, te verás inmediatamente bombardeado con anuncios de tratamientos para todo tipo de dolencias, comunes y no tan comunes.

Las enormes distancias en Estados Unidos pueden resultar bastante intimidantes para quienes no estamos acostumbrados. Si un parisino recorriera en Europa la distancia equivalente a la que hay entre Nueva York y Chicago, podría acabar en Milán, Praga o incluso Madrid.

Sin embargo, esos espacios abiertos son parte del encanto de Estados Unidos Los precios más bajos de la gasolina en EE.UU. hacen que alquilar un coche y embarcarse en un épico viaje por carretera sea la opción más práctica e inolvidable.

Una vez más, no es tanto una queja como algo a lo que cuesta un poco acostumbrarse. Las raciones pueden ser hasta un 100 % más grandes en EE.UU. que en otros países, lo que puede resultar un poco, digamos, intimidante. Y no hablemos de mirar cuantas calorías hay en cada plato... 

Muchos visitantes de los Estados Unidos por primera vez se sorprenden un poco por la forma en que los estadounidenses protegen su espacio personal.

De hecho, un estudio reveló que, mientras que en muchos países la gente se siente cómoda con un espacio personal de entre dos y cero metros, los estadounidenses prefieren tener hasta tres metros. Quizás es una gran ventaja que en Estados Unidos hay mucho espacio para todos.

Una de las cosas más molestas es la “sorpresa” de tener que pagar un impuesto estatal sobre las ventas en la caja. Si estás acostumbrado a que los impuestos estén incluidos en el precio de venta final, puede ser muy molesto cuando esa hamburguesa barata de Burger King de repente cuesta más de lo que tenías presupuestado.

La cosa se complica aún más si tenemos en cuenta que cada estado aplica un tipo diferente, que va desde un tipo básico del 7 % en Misisipi hasta el 0 % en Delaware. 

Estados Unidos es una tierra generosa, donde sus ciudadanos pueden elegir entre una amplia gama de productos. Por muy específica que sea tu necesidad o deseo en Estados Unidos, encontrarás el producto que buscas. Y probablemente disponible en nueve colores diferentes.

Una vez más, para quienes visitan el país por primera vez, la gran cantidad de productos entre los que elegir puede resultar un poco abrumadora. ¿La ventaja? Si cierras los ojos y eliges algo al azar, seguro que será algo que nunca has probado antes. La mayoría de los cereales para el desayuno estadounidenses solo están disponibles en Estados Unidos.

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Si estás acostumbrado a un espresso fuerte por las mañanas, o aun café de muy buena calidad, el café americano te resultará todo un choque cultural. El café no solo es de una calidad inferior, sino que sirve de una jarra de cristal que ha estado sobre un soporte que lo mantiene caliente por horas, esperando a ser servido.

Dicho esto, muchos encuentran encantador que una camarera se acerque a su mesa para servirles una taza más (gratis), como en las películas. Da igual si les gusta o no.

Ahora veamos cuáles son algunas de las razones por las que SI vale la pena visitar los Estados Unidos...

Los parques nacionales de Estados Unidos son considerados por muchos como la "mejor idea" del país: espacios naturales extraordinarios protegidos no para unos pocos privilegiados, sino para todos. Es un concepto tan radical y significativo como la propia Declaración de Independencia.

En total, hay 63 parques nacionales, muchos de los cuales son tan emblemáticos que atraen a visitantes de todas partes del mundo. De hecho, es difícil encontrar una lista de destinos imprescindibles en la que no figuren Yellowstone, Yosemite, Grand Teton, Arches (en la imagen), los Everglades o el Gran Cañón entre los primeros lugares.

Estados Unidos alberga algunas de las metrópolis más emblemáticas del mundo, cada una con un carácter y energía propios. Desde el ajetreo constante de Nueva York y el glamour de Los Ángeles hasta la vibrante vida nocturna de Miami, las grandes ciudades del país atraen a los visitantes como la luz a las polillas.

Lo que más fascina a quienes las recorren son sus museos y galerías de renombre internacional, su diversidad gastronómica, los teatros innovadores y los barrios llenos de color y vitalidad. Pero, sobre todo, lo que hace especial la experiencia para los visitantes es que, sin importar sus intereses o pasiones, en estas ciudades siempre encuentran una versión inolvidable de lo que aman.

Gracias al impacto global del cine, la televisión y la música estadounidenses, recorrer Estados Unidos puede generar una sensación reconfortante de familiaridad, como un déjà vu que confirma que todo está justo como se espera.

Y no solo son los grandes íconos – como la Estatua de la Libertad, el puente Golden Gate, un barco de vapor en el Misisipi o el monte Rushmore – los que provocan esta sensación. Elementos más cotidianos, como el vapor que emana de las aceras, los buses escolares de color amarillo o una escalera de incendios en el lateral de un edificio, también pueden resultar igual de emocionantes.

El entusiasmo contagioso y la actitud positiva de los estadounidenses es algo que vale la pena destacar. Es difícil no dejarse llevar y terminar respondiendo con la misma energía.

Basta con echar un vistazo a cualquier foro de viajeros o hilo de Reddit sobre lo que más sorprende al visitar EE.UU. para comprobar que la amabilidad y hospitalidad de la gente se encuentran entre los aspectos más valorados. 

EE.UU. es el campeón mundial indiscutible en lo que se refiere a parques temáticos. Cada año, miles de personas de alrededor del mundo acuden al país para experimentar las emociones fuertes que ofrecen sus épicos parques temáticos.

Orlando es la meca indiscutible, con 18 parques temáticos, entre los que se incluyen Disney, Universal y Legoland. Pero, en realidad, hay un parque para cada persona en cada rincón del país, desde el Hersheypark, con temática de chocolate, en Pensilvania, y Dollywood, en Tennessee, hasta las emociones del Salvaje Oeste de Silver Dollar City, en Misuri.

Una de las cosas que más fascinantes de Estados Unidos es su increíble diversidad. Viajar de un estado a otro puede sentirse como cruzar fronteras entre países completamente distintos.

Los visitantes pronto descubren que Luisiana, con su mezcla única de influencias cajún y francesas, tiene un carácter muy distinto al espíritu salvaje y fronterizo de Montana o las Dakotas. Mientras tanto, los vivos matices de herencia mexicana en Texas y California contrastan por completo con el encanto ordenado y tradicional de Nueva Inglaterra. En Estados Unidos, cada rincón ofrece una experiencia nueva —y el aburrimiento nunca es una opción.

Esa diversidad es igualmente evidente en la gastronomía del país. Al ser una nación de inmigrantes, es tan fácil encontrar la mejor comida mexicana que hayas probado en tu vida como los mejores pierogis polacos del mundo. Por no hablar de toda la cultura de los food trucks que se ha apoderado del país.

Las opciones son tan infinitas, como el tamaño de las raciones. Como comentó un visitante de Singapur: "Los estadounidenses cocinan como si fuera el fin del mundo". Es raro que una comida aquí te deje decepcionado o con hambre.

Todo es más grande, más brillante y más atrevido en Estados Unidos, y eso es precisamente lo que lo hace tan fascinante. Para quienes visitan de países más reservados, resulta refrescante ver a una nación que se celebra a sí misma con tanto orgullo, entusiasmo y sin complejos.

Pocas cosas capturan mejor ese espíritu que sus icónicos eventos deportivos. Ya sea por las animadoras en los partidos de fútbol americano, la música de órgano en los estadios de béisbol o las famosas “cámaras de los besos” en los partidos de baloncesto, la experiencia es única. El mejor ejemplo es la Super Bowl de la NFL (en la foto), una mezcla electrizante de fuegos artificiales, música y, claro, deporte, que deja a muchos visitantes completamente maravillados.

Echa un vistazo a la lista de cosas que hacer antes de morir de cualquier visitante internacional a EE.UU. y verás que un gran viaje por carretera por EE.UU. aparece en uno de los primeros puestos. 

La Ruta 66, la “carretera madre”, es la que más atrae, un viaje inolvidable a través del corazón de EE.UU. hasta las playas de la resplandeciente costa oeste. Pero hay otras rutas que también tienen el mismo encanto para los visitantes, desde seguir la espectacular costa de Big Sur, en California, hasta la Blue Ridge Parkway, que atraviesa los Apalaches.

No es solo la gran variedad y el tamaño de los paisajes estadounidenses lo que los hace tan atractivos. También es la gran cantidad de cosas que se pueden hacer en ellos. En Estados Unidos hay infinitas oportunidades para disfrutar del aire libre.

Practica kayak en los lagos más pintorescos del país o surfea en sus magníficas playas doradas en verano, esquía en sus magníficas pistas en invierno o haz senderismo por sus rutas y disfruta de sus diferentes paisajes a lo largo del año.

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