30 destinos donde los turistas ya NO son bienvenidos: 4 ciudades españolas dicen basta
Turistas vayan a casa
El turismo ha sido históricamente una bendición económica para muchos destinos, pero algunos lugares están sufriendo ahora por su propio éxito. La masificación, el aumento vertiginoso de los costes de la vivienda y la degradación medioambiental se han convertido en problemas comunes en los lugares turísticos más populares de todo el mundo, lo que ha provocado tensiones entre los visitantes y los lugareños. En muchos de estos sitios, el impacto del turismo de masas ha dejado a los residentes frustrados, y la acogida que antes era cálida puede que sea cosa del pasado.
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Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveMONEY.
Santorini, Grecia
El pueblo de Oia, encaramado en la pequeña isla griega de Santorini, es famoso por sus impresionantes vistas del mar Egeo, sus espectaculares puestas de sol y sus emblemáticos edificios encalados rematados con cúpulas azules. Sin embargo, con colas de 20 minutos de turistas que claman por una foto en el lugar perfecto, la escena suele estar lejos de ser serena. A pesar de tener una población de solo unos 15.000 habitantes, Santorini recibe una afluencia de entre dos y tres millones de visitantes cada año, lo que provoca atascos en las carreteras, una sobrecarga de recursos y una alteración significativa de la vida cotidiana. Muchos lugareños se ven incluso animados a quedarse en casa para escapar del caos.
Machu Picchu, Perú
El sitio de Machu Picchu, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha cautivado durante mucho tiempo a los viajeros con sus impresionantes vestigios del Imperio Inca. Sin embargo, el gran volumen de turistas ha ejercido una inmensa presión sobre su frágil entorno. En 2008, se introdujo un límite diario de visitantes de 2.500 para frenar la degradación medioambiental causada por el exceso de turismo, aunque los ajustes recientes han permitido hasta 5.600 visitantes en ciertos días. Del mismo modo, la popular caminata de cuatro días desde Aguas Calientes a través de las aldeas quechuas está limitada a 500 personas por día, incluidos guías y porteadores, para aliviar la tensión tanto en el paisaje como en las comunidades locales.
Venecia, Italia
La popularidad de Venecia se ha disparado en las últimas décadas, atrayendo a unos 30 millones de visitantes al año, de los cuales aproximadamente el 80 % son excursionistas de un día. Este aumento ha ejercido una enorme presión sobre la frágil infraestructura de la ciudad, contribuyendo a la masificación y a los daños, sobre todo porque las olas de los numerosos barcos erosionan los cimientos de los edificios históricos de Venecia. En abril de 2024 se introdujo una tarifa de entrada de 5 € para los visitantes de un día como parte de una prueba destinada a gestionar los flujos turísticos y recaudar fondos para los esfuerzos de conservación. La tarifa se aplica en los días de mayor afluencia, principalmente los fines de semana entre finales de abril y mediados de julio, y tiene por objeto fomentar las estancias más largas en lugar de las visitas cortas y de gran impacto. Los excursionistas que eludan la tarifa podrían enfrentarse a multas de hasta 300 €.
Islas Galápagos, Ecuador
Con más de 9.000 especies únicas de flora y fauna, muchas de ellas endémicas, que viven en 19 islas principales que abarcan casi 8.046 kilómetros, las islas Galápagos son como ningún otro lugar de la Tierra. Sin embargo, el aumento del turismo ha suscitado preocupaciones sobre la degradación del medio ambiente, incluida la erosión y la introducción de especies invasoras, que amenazan los delicados ecosistemas. En 2012, se introdujo un límite en el número de vuelos a las islas para ayudar a gestionar el número de visitantes. En agosto de 2024, la tarifa de entrada a las Islas Galápagos para turistas extranjeros adultos se duplicó de $100 (96,2 euros) a $200 (192 euros), lo que supuso el primer aumento en 26 años para apoyar los esfuerzos de conservación y las mejoras de las infraestructuras.
Boracay, Filipinas
Las suaves playas de arena blanca y un idílico paisaje tranquilo atrajeron en un principio a los veraneantes a Boracay, pero el aumento del turismo en la isla provocó una grave degradación medioambiental. Los residuos y las aguas residuales sin tratar se vertían al mar, mientras que la basura, incluyendo cristales rotos y plástico, se esparcía por la costa, antaño virgen. En 2018, el presidente Rodrigo Duterte calificó a Boracay de "pozo negro" e impuso una prohibición turística de seis meses para permitir una limpieza muy necesaria. Durante este período, se cerraron cientos de negocios y se introdujeron controles medioambientales más estrictos. Los esfuerzos de rehabilitación ayudaron a restaurar la belleza natural de Boracay, pero las prácticas de turismo sostenible en curso siguen siendo fundamentales para evitar que la isla vuelva a enfrentarse a problemas similares.
Ámsterdam, Países Bajos
Ámsterdam está tomando medidas enérgicas contra el turismo ruidoso, ya que los lugareños están cada vez más frustrados por los 20 millones de visitantes anuales que abarrotan su ciudad. En 2023, la ciudad lanzó su audaz campaña "Stay Away", dirigida especialmente a los jóvenes británicos que acuden en masa a Ámsterdam para celebrar fiestas salvajes. La campaña utiliza anuncios contundentes para desalentar el consumo excesivo de alcohol y drogas, destacando las fuertes multas y detenciones. Además, Ámsterdam ha introducido medidas como la prohibición de fumar cannabis en público en determinadas zonas y la reducción del número de cruceros fluviales.
Lanzarote, Islas Canarias, España
Lanzarote está cambiando su estrategia turística para centrarse en los visitantes más adinerados y promover el turismo sostenible. En 2023, la presidenta de la isla, María Dolores Corujo, anunció planes para reducir la dependencia de los turistas británicos, que actualmente representan alrededor de la mitad de los visitantes de la isla. En su lugar, el enfoque está cambiando hacia la atracción de turistas de países como Alemania, junto con otros que se cree que gastan más, al tiempo que se destacan los paisajes volcánicos y las atracciones culturales de la región.
Islas Cíes, España
Las Islas Cíes, frente a la costa de Galicia, son un destino popular conocido por sus paisajes vírgenes y su abundante vida silvestre. Sin embargo, para proteger los delicados ecosistemas de los efectos del exceso de turismo, se introdujo un estricto límite de visitantes de 1.800 personas por día. Esta medida, implementada para preservar la biodiversidad y la belleza natural de las islas, ha sido bien recibida tanto por los turistas como por los lugareños, que aprecian la sensación de exclusividad y el enfoque en la conservación.
Barcelona, España
Los residentes de Barcelona llevan mucho tiempo expresando su preocupación por el impacto negativo de los alquileres de Airbnb, que han hecho subir los precios de la vivienda y han reducido el acceso a viviendas asequibles en el centro de la ciudad. La creciente popularidad de la ciudad como destino de cruceros ha agravado estos problemas, provocando la masificación y el comportamiento perturbador de los turistas. La frustración ha llegado a un punto crítico, con protestas de los residentes que argumentan que el turismo ha convertido sus barrios en centros turísticos abarrotados, expulsando a los lugareños y dañando el carácter de la ciudad. En respuesta, las autoridades comenzaron a tomar medidas en 2022, tomando medidas enérgicas contra los grandes grupos de turistas, haciendo cumplir las restricciones de ruido e implementando medidas para redistribuir mejor los ingresos del turismo en beneficio de las comunidades locales.
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Lisboa, Portugal
Las fotogénicas calles adoquinadas de Lisboa, sus emblemáticos tranvías y sus vibrantes azulejos la convierten en un imán para los turistas. Sin embargo, la afluencia de visitantes y tuk-tuks ha provocado una mayor congestión en las estrechas calles de la ciudad, lo que frustra a los residentes que luchan por moverse por sus propios barrios. Muchos lugareños sienten que el turismo ha convertido los puntos de interés cultural en parques de atracciones, marginando a los negocios tradicionales. En respuesta, las autoridades municipales han comenzado a abordar estas preocupaciones proponiendo regulaciones más estrictas. Los planes para reducir a la mitad el número de tuk-tuks que operan en la ciudad, limitar las plazas de aparcamiento y hacer cumplir las medidas de concesión de licencias forman parte de los esfuerzos para aliviar la congestión y preservar el carácter de la ciudad.
Florencia, Italia
Florencia, famosa por su arte y arquitectura renacentistas, está lidiando con los impactos del turismo excesivo, que amenaza su condición de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Con alrededor de 16 millones de visitantes al año, la afluencia ha ejercido una presión significativa sobre la infraestructura local, ha hecho subir los precios de los alquileres y ha desplazado a las tiendas de artesanía tradicional en favor de los negocios impulsados por el turismo. Una cuestión clave es el aumento de los alquileres a corto plazo a través de plataformas como Airbnb, que ha reducido las viviendas asequibles para los residentes. En junio de 2023, Florencia prohibió los nuevos alquileres a corto plazo en su centro histórico, centrándose en las propiedades situadas dentro de la zona protegida por la UNESCO.
Dubrovnik, Croacia
Dubrovnik, que ya era un destino de cruceros de primer orden, vio cómo sus calles medievales se llenaban aún más de visitantes tras convertirse en un famoso lugar de rodaje de Juego de Tronos. Si bien la afluencia impulsó el turismo, sobrecargó la infraestructura de la ciudad e infló el costo de vida, dejando a muchos lugareños frustrados. Para hacer frente a esto, Dubrovnik introdujo un límite de dos cruceros por día, limitando el total de pasajeros de cruceros a 5.000 diarios. La ciudad también implementó un sistema de monitoreo en tiempo real para controlar el número de visitantes en el casco antiguo, ayudando a aliviar el hacinamiento.
Kioto, Japón
El distrito de Gion en Kioto, conocido por sus calles históricas y geiko (geishas), se ha enfrentado a los desafíos del turismo excesivo, con muchos turistas fotografiando geiko y residencias privadas sin permiso. En 2019, se implementaron prohibiciones de fotografía en ciertas calles, con señalización clara. Los turistas que violen estas reglas enfrentan multas de $67 (€64.4). Estas medidas tienen como objetivo proteger la privacidad de los residentes y mantener la integridad cultural del distrito.
Las Islas Feroe, Dinamarca
Las Islas Feroe, aunque no son tan transitadas como otros destinos, han experimentado una degradación medioambiental debido al aumento del turismo, especialmente en los miradores y rutas de senderismo más populares. Para hacer frente a esta situación, las islas lanzaron en 2019 la exitosa iniciativa "Cerrado por mantenimiento, abierto para el volunturismo". Este programa invita a voluntarios internacionales a ayudar en tareas de mantenimiento vitales, como la reparación de rutas de senderismo y la instalación de señalización, contribuyendo así a preservar la belleza natural de las islas.
Koh Phi Phi Leh, Tailandia
La playa Maya en Koh Phi Phi Leh, famosa por aparecer en la película de Leonardo DiCaprio de 2000, La Playa, se convirtió en un imán para los turistas, con hasta 5.000 visitantes y 200 barcos que acudían allí a diario. Esta abrumadora afluencia dañó gravemente el delicado ecosistema, con la destrucción de los arrecifes de coral, el aumento de la contaminación y la acumulación de basura. En 2018, las autoridades tailandesas tomaron la drástica decisión de cerrar la playa para permitir que el medio ambiente se recuperara. Después de más de tres años de restauración, la playa reabrió en enero de 2022 bajo estrictas regulaciones, que incluyen limitar los visitantes a 375 a la vez, prohibir la natación y exigir que los barcos atraquen lejos de la playa para proteger los arrecifes de coral.
Costa Norte 500, Escocia, Reino Unido
La North Coast 500 (NC500) se ha convertido en una ruta muy popular a través de las Tierras Altas de Escocia, impulsando la economía local de las ciudades y pueblos más pequeños. Sin embargo, la afluencia de visitantes, especialmente de autocaravanas, ha causado problemas como la congestión en carreteras estrechas no construidas para el tráfico pesado. Muchos turistas en autocaravana son autosuficientes, lo que significa que los negocios locales como cafeterías y tiendas no han visto los beneficios económicos que esperaban. El aumento de visitantes también ha ejercido presión sobre el aparcamiento, la gestión de residuos y los baños públicos, lo que ha provocado una degradación del medio ambiente. En respuesta, se introdujo un pase para autocaravanas de 52 millones de dólares (50 millones de euros) para proporcionar acceso a plazas de aparcamiento e instalaciones designadas, pero esta medida ha suscitado controversia, ya que algunos propietarios de campings locales consideran que perjudica a sus negocios.
Parque Nacional de Yellowstone, EE.UU.
Gran Cañón, Arizona, EE.UU.
El Gran Cañón, uno de los parques nacionales más populares de EE.UU., recibe más de 5 millones de visitantes cada año, lo que somete a su infraestructura a una presión considerable. La masificación ha provocado daños en los senderos y contaminación atmosférica, agravados por las ciudades cercanas. Los frágiles ecosistemas del parque también están amenazados, y la construcción de la presa de Glen Canyon ha interrumpido el flujo natural del agua, perjudicando la vida acuática y permitiendo que prosperen especies invasoras. Para abordar estos problemas, el parque ha implementado varias medidas, entre las que se incluyen la restricción de la construcción cerca del borde, la creación de zonas de exclusión aérea para reducir la contaminación acústica y el empleo de la gestión integrada de plagas para controlar las especies invasoras.
Río de Janeiro, Brasil
El Cristo Redentor de Río de Janeiro, construido en 1931, es uno de los monumentos más emblemáticos de Sudamérica y atrae a millones de visitantes cada año. Aunque su popularidad es un motivo de orgullo para muchos, algunos lugareños consideran que el turismo de masas ha comercializado el significado religioso y cultural de la estatua. Para gestionar las multitudes, se han puesto en marcha estrategias que incluyen la promoción de miradores alternativos como el Pan de Azúcar, que ofrece unas vistas panorámicas impresionantes sin el mismo nivel de aglomeración.
Tulum, México
Tulum, antaño una tranquila joya de la península de Yucatán, en México, se ha convertido en un punto de encuentro para viajeros adinerados, a menudo denominados "tuluminati", atraídos por sus impresionantes playas, su vida nocturna y sus complejos turísticos eco-chic. Sin embargo, este rápido crecimiento ha suscitado preocupación entre los lugareños, que sienten que sus tradiciones culturales se están mercantilizando para el consumo turístico. La auténtica cocina mexicana se modifica a menudo para adaptarse a los gustos internacionales, y las ceremonias tradicionales, como los rituales temazcal, se han simplificado para convertirlas en entretenimiento, dando prioridad a las experiencias turísticas sobre la integridad cultural. Esto ha dado lugar a debates sobre la pérdida de autenticidad cultural, ya que Tulum se está convirtiendo más en un parque de atracciones de lujo que en un reflejo del patrimonio local.
Antártida
La Antártida no tiene población ni ciudades permanentes, por lo que la única presencia humana proviene de las estaciones de investigación científica y del turismo. Los visitantes dependen principalmente de los cruceros para sus instalaciones, pero problemas como los vertidos de combustible, la eliminación de residuos y la contaminación son preocupaciones cada vez mayores. El clima frío de la región significa que cualquier daño a los hábitats puede tardar mucho más en recuperarse en comparación con otras partes del mundo. El aumento del turismo, que se ha disparado en los últimos años, agrava aún más estos riesgos, ya que los contaminantes como el carbono negro de los barcos contribuyen a la degradación del medio ambiente.
Castillo de Neuschwanstein, Alemania
El castillo de Neuschwanstein, en Baviera, famoso por ser la inspiración del castillo de Disney, atrae a más de 1,4 millones de visitantes al año, con hasta 6.000 personas que lo visitan a diario durante la temporada alta. Esta afluencia masiva ejerce una presión significativa en el pequeño pueblo de Hohenschwangau y en su infraestructura circundante, lo que provoca frecuentes atascos de tráfico, espacios públicos abarrotados y estrés medioambiental en la belleza natural de la zona. Se han hecho esfuerzos para gestionar el flujo de turistas, pero manejar un volumen tan alto de visitantes sigue siendo un reto, especialmente durante los ajetreados meses de verano.
Chefchaouen, Marruecos
Chefchaouen, conocida como la "Perla Azul" de Marruecos, ha ganado fama mundial en Instagram gracias a sus llamativos edificios teñidos de azul y sus encantadores callejones. En 2018, Fodor's la incluyó en su lista de los "10 lugares arruinados por Instagram", con más de 250.000 publicaciones etiquetadas con #Chefchaouen en ese momento. Aunque algunos lugareños han aprovechado la atención para abrir sus casas como atracciones turísticas, el aumento del número de visitantes también ha elevado el coste de la vida y ha ejercido presión sobre los servicios locales como la gestión de residuos, el suministro de agua y el transporte.
Zanzíbar, Tanzania
Zanzíbar, famosa por sus impresionantes playas, su rica historia y su cultura swahili, se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos de África. La capital, Stone Town, es un centro vibrante que ha experimentado un crecimiento económico gracias al turismo. Sin embargo, este crecimiento no ha beneficiado por igual a todos los residentes. Aunque el turismo ha creado puestos de trabajo, muchos de los puestos mejor remunerados, sobre todo en la gestión, suelen recaer en personas de Tanzania continental, lo que deja menos oportunidades para los lugareños. Esta dinámica ha contribuido al aumento de los costes y a las desigualdades dentro de la comunidad, ya que los lugareños de Zanzíbar luchan por beneficiarse plenamente de esta industria en auge.
Masai Mara, Kenia
El estilo de vida pastoral de los masái ha fascinado a visitantes de todo el mundo, y el turismo se ha convertido en un salvavidas económico vital para muchas comunidades masái. Sin embargo, el rápido crecimiento del turismo también trae desafíos. Las prácticas tradicionales a veces se modifican o se realizan únicamente para el entretenimiento de los turistas, lo que genera preocupaciones sobre la mercantilización cultural. Muchos masáis temen que la exposición a influencias externas pueda erosionar tradiciones arraigadas, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Se están realizando esfuerzos para promover el turismo responsable, con iniciativas lideradas por la comunidad que garantizan que el pueblo masái mantenga el control sobre cómo se comparte su cultura y se beneficia directamente del turismo, al tiempo que preserva su patrimonio.
Pirámides de Giza, Egipto
Las pirámides de Giza se encuentran entre los monumentos históricos más emblemáticos del mundo y atraen a millones de visitantes cada año. Sin embargo, el sitio se enfrenta a varios desafíos, como la masificación, los daños estructurales causados por la constante interacción humana y la contaminación del tráfico cercano. Los turistas a menudo expresan su frustración con los vendedores agresivos y la comercialización que rodea la zona. A pesar de los continuos esfuerzos de conservación, el gran volumen de visitantes dificulta la protección total de las antiguas estructuras contra el desgaste del turismo de masas.
Cornualles, Inglaterra, Reino Unido
Cornualles es el destino de vacaciones familiares por excelencia, ya que es lo más parecido que tiene el Reino Unido a una costa tropical. Por eso, no es de extrañar que, cuando llegan las vacaciones escolares, las carreteras se colapsen por el tráfico de turistas y zonas populares como St Ives y Newquay se inunden de visitantes. La disponibilidad de viviendas es otra preocupación importante. El aumento de las vacaciones de corta duración a través de plataformas como Airbnb ha provocado una crisis de vivienda para los residentes locales. Muchas casas que antes estaban disponibles para alquiler a largo plazo se han convertido en alojamientos vacacionales, lo que ha reducido drásticamente la disponibilidad de viviendas asequibles.
Amalfi, Italia
La costa de Amalfi, un tramo impresionante de la costa sur de Italia, es famosa por sus espectaculares acantilados, sus encantadores pueblos y sus aguas cristalinas. El turismo desempeña un papel crucial en la economía local, atrayendo a millones de visitantes cada año. Sin embargo, esta afluencia ha creado tensión entre los turistas y los residentes locales. La masificación y la presión sobre las infraestructuras son cuestiones clave, y las estrechas carreteras costeras se congestionan en gran medida, lo que complica los desplazamientos diarios de los habitantes. Además del tráfico, el ruido, la contaminación y el aumento del coste de la vida son preocupaciones cada vez mayores. Muchos residentes sienten que el turismo de masas está alterando el carácter de sus pueblos, haciendo subir los precios de la vivienda y haciendo cada vez más inasequible para las generaciones más jóvenes permanecer en sus lugares de origen.
Mallorca, Islas Baleares, España
Mallorca, uno de los destinos favoritos de los europeos desde hace mucho tiempo, se enfrenta a una creciente tensión entre turistas y lugareños debido a la masificación, el aumento de los costes de la vivienda impulsado por los alquileres a corto plazo y la degradación del medio ambiente. Las recientes protestas, en las que han participado miles de lugareños, han exigido prácticas turísticas más sostenibles, controles más estrictos de los alquileres vacacionales y límites en el número de visitantes. Estas protestas reflejan la creciente frustración por el impacto del turismo de masas en la calidad de vida, ya que los residentes se sienten excluidos de sus propias comunidades y, al mismo tiempo, sufren la presión sobre las infraestructuras locales.
Bután
Bután, el único país del mundo con huella de carbono negativa, ha adoptado desde hace mucho tiempo un modelo de turismo sostenible centrado en el alto valor y el bajo impacto. Para proteger su medio ambiente y su cultura, los visitantes deben pagar una tasa de desarrollo sostenible (SDF), que se redujo recientemente de 200 dólares (192 euros) a $100 (96,2 euros) por día en 2023 para impulsar el turismo después de la pandemia. Esta tasa financia proyectos esenciales como la atención sanitaria, la educación y los esfuerzos de conservación.
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