Nacidas de grandes ambiciones, estas ciudades modernas son ahora hitos sin vida, construidas para alojar a poblaciones en auge antes de que la desgracia o el desacierto las dejaran obsoletas. Desde hileras de mansiones abandonadas hasta casas de vacaciones con forma de ovni que no encontraron compradores, descubre los asentamientos desiertos que se quedaron en el camino.

Sigue leyendo mientras exploramos algunos de los fascinantes asentamientos vacíos del mundo...

Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveEXPLORING.

Construida en una cadena de cuatro islas artificiales, Forest City se presentó en su día como una nueva comunidad ecológica futurista. Al parecer, los planes para esta ciudad de $100.000 millones (unos 94.510 millones de euros) en la costa del sur de Malasia fueron anunciados en 2016 por el importante promotor inmobiliario chino Country Garden. El mercado inmobiliario chino estaba en auge en aquel momento y, según la BBC, la urbanización iba dirigida a compradores chinos adinerados que buscaban una segunda residencia en el extranjero.

Comercializado como un "paraíso de ensueño para toda la humanidad", el asentamiento debía ocupar más de 3.000 hectáreas (7.400 acres), con residencias de lujo, restaurantes, bares, un campo de golf, un parque acuático y oficinas comerciales. Se diseñó para albergar a casi un millón de personas, pero ahora sus calles están desoladas.

En la foto, hileras de casas preconstruidas a la sombra de los rascacielos de Forest City. Muchas parecen estar aún en construcción, mientras que los signos de abandono son evidentes en las terrazas de los tejados, algunas de las cuales están inundadas y enmohecidas.

Por desgracia, la crisis inmobiliaria de China en 2021 no podría haber llegado en peor momento para la incipiente ciudad. Al parecer, Country Garden, antaño un gigante del sector inmobiliario chino, se enfrenta ahora a deudas de $200.000 millones (unos 186.000 millones de euros). Aunque los atribulados promotores declararon a la BBC (la cadena nacional de noticias del Reino Unido) que eran "optimistas" respecto a la finalización de Forest City, esa probabilidad parece estar disminuyendo. Country Garden se encuentra ahora en medio de una audiencia de liquidación para decidir el futuro de la empresa.

A finales de 2023, solo se había construido el 15% de la metrópolis, mientras que, según los informes, alrededor del 1% de la urbanización estaba ocupada.

La BBC habló con Nazmi Hanafiah, ingeniero informático que alquiló un apartamento en Forest City durante seis meses, antes de abandonar el asentamiento, que describió como una "ciudad fantasma".

"No me importaba mi fianza, no me importaba el dinero. Solo tenía que salir", dijo. "Aquí se está muy solo, solo tú y tus pensamientos". 

En el centro comercial desierto, muchas de las tiendas y restaurantes están cerrados, y algunos nunca han abierto sus puertas. El régimen de tiendas libres de impuestos de Forest City debía atraer a los clientes, pero la afluencia prevista sigue sin materializarse.

El futuro de Forest City parece pender de un hilo. Si Country Garden entra en liquidación, no está claro quién, si es que hay alguien, asumirá la responsabilidad de terminar el enorme proyecto. ¿Podría esta metrópolis, anunciada en su día como un "paraíso de vida verde", quedar reducida a una utopía fallida? Solo el tiempo lo dirá. 

En 2010, el gigante inmobiliario chino Greenland Group empezó a construir las Mansiones de Huéspedes del Estado, un barrio de lujo de 260 lujosas viviendas dotadas de servicios de lujo, diseñadas para los millonarios de China. Pero solo dos años después, los elaborados planes se archivaron y estos castillos de estilo europeo se dejaron pudrir.

"Estas casas se habrían vendido por millones, pero los ricos ni siquiera han comprado una de ellas", declaró a la agencia de noticias AFP un granjero local. "No se construyeron para la gente corriente".

Como podemos ver en estas fotos tomadas en marzo de 2023, el proyecto está ahora en ruinas. Desde las enormes lámparas de araña hasta los suelos de mármol y las columnas estriadas, es evidente que se invirtió una enorme cantidad de trabajo en crear las ahora inquietantes villas abandonadas.

En aquella época, la economía y el sector inmobiliario de China estaban creciendo, pero con la llegada al poder del presidente Xi Jinping en 2012, todo cambió. Se hizo un esfuerzo por acabar con la corrupción gubernamental y, en consecuencia, la gente se sintió menos inclinada a exhibir su riqueza. 

Como consecuencia, se cortó la financiación de urbanizaciones como esta, se abandonaron los planes y las urbanizaciones a medio terminar quedaron desiertas. Gracias a una restricción gubernamental del endeudamiento excesivo en 2020, la demanda de viviendas suntuosas se ha secado aún más, dejando numerosas ciudades fantasma -conocidas como viviendas de "cola podrida" en chino- ensuciando el paisaje. Según AFP, un informe sugiere que casi el 4% de los proyectos inmobiliarios de China se han abandonado a medio construir en junio de 2022.

Sin embargo, la pérdida del promotor ha sido la ganancia de los lugareños y se ha dado un nuevo aliento a este barrio ligeramente espeluznante, aunque muy distinto del que se pretendía. Los agricultores se han instalado en el pueblo fantasma y aran los anchos caminos de tierra, sembrando cultivos que riegan con agua del lago artificial.

Han construido corrales entre las villas para albergar su ganado y aves de corral, y los garajes que debían albergar supercoches ahora cobijan balas de heno y maquinaria agrícola. Aunque hay pocas esperanzas de que el proyecto llegue a completarse, los lugareños son libres de seguir utilizando lo que podría ser una de las granjas improvisadas más extraordinarias del mundo.

Lo que iba a ser una lujosa urbanización multimillonaria pronto se convirtió en una pesadilla para las personas que decidieron comprar casas en la propuesta Indian Ridge Resort Community, ahora conocida como la Ciudad Fantasma de las McMansiones.

Los planes para la comunidad ultraexclusiva de Branson West, Misuri, se anunciaron en 2006 y se preveía que la finalización del proyecto costaría $1.600 millones (unos 1.500 millones de euros). Se prometió a los inversores más entusiastas que el moderno complejo de los Ozarks vendría equipado con todo lo que un millonario pudiera necesitar, desde un centro comercial hasta un hotel de lujo, así como docenas de casas contemporáneas con aspecto de castillo.

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Sin embargo, por desgracia para quienes invirtieron en el proyecto, la comunidad nunca llegaría a materializarse. Llegó la crisis financiera, se dejaron de pagar los préstamos bancarios y las obras de construcción se paralizaron rápidamente. Solo se iniciaron 13 viviendas y, 15 años después, la urbanización de 365 hectáreas (900 acres) aún no estaba terminada.

La ambición del proyecto era evidente. La singular ciudad fantasma presentaba grandes mansiones incompletas que habían perdido la batalla contra la Madre Naturaleza. La maleza y los árboles se habían apoderado del interior de las casas y muchas de las ventanas estaban rotas o habían desaparecido.

La estación de noticias de Missouri KY3 ofreció una visión del interior incompleto de una de las viviendas. Había una cocina a medio equipar, sin electrodomésticos, un cascarón vacío destinado a la vida familiar.

Envuelta en polémica, la urbanización abandonada fue el centro de una de las mayores investigaciones de fraude inmobiliario de la historia de EE.UU. en 2017. Al menos tres de los promotores de la comunidad fueron encarcelados por fraude bancario y blanqueo de dinero. A los declarados culpables también se les obligó a devolver $14 millones (unos 13 millones de euros) que habían pedido prestados bajo falsos pretextos.

A pesar de haberse financiado con ganancias mal habidas, parecía haber destellos de esperanza para esta ciudad abandonada. Los promotores inmobiliarios Brookwood Group compraron la extensa finca y en 2018 desvelaron sus planes. La comunidad propuesta por la empresa iba a llamarse The Ridge at Table Rock Lake, y ofrecería viviendas de lujo, así como un hotel e instalaciones hosteleras, de ocio y sanitarias, justo a las puertas de los Ozarks. Sin embargo, los planes nunca llegaron a materializarse.

En octubre de 2022, el parque temático Silver Dollar City confirmó que había comprado el emplazamiento y que las casas adosadas se derribarían para dar paso a una nueva urbanización. El asentamiento abandonado fue demolido menos de un mes después de la venta, cerrando así el capítulo de esta ciudad fantasma a medio construir.

A 150 kilómetros (93 millas) al oeste de Riga se encuentra la tranquila ciudad letona de Skrunda. Formada por granjas, campos y pintorescas aldeas, la región también alberga un secreto bastante espeluznante. Conocida como Skrunda-1, esta antigua metrópolis soviética está abandonada en medio del campo. En sus mejores tiempos, la ciudad clandestina albergaba a más de 5.000 personas, pero ahora sirve de inquietante recordatorio de la turbulenta historia de Letonia.

La ciudad, construida en la década de 1960 durante la época comunista, estaba formada por 10 bloques de apartamentos brutalistas, un supermercado, un gimnasio, una escuela e incluso una discoteca.

Además, contaba con una red de búnkeres subterráneos y varias estaciones de radar, esenciales para la Unión Soviética. Estas estaciones, que cubrían Europa occidental, detectaban objetos en el espacio y rastreaban posibles misiles balísticos entrantes que podrían haber destruido el país.

Se cree que la ciudad es uno de los 40 asentamientos secretos que los soviéticos construyeron durante el apogeo de su poder. Skrunda-1, que en su día fue una próspera comunidad militar y civil, pronto cayó en el abandono cuando se disolvió la Unión Soviética en 1991.

Se dice que los últimos residentes que quedaban se marcharon de la ciudad en 1999 y que esta ha permanecido intacta desde entonces, y que muchos de los edificios aún conservan fotografías, ropa, muebles, periódicos y juguetes de niños.

En 2015, el gobierno letón pagó a una empresa privada unos $14.000 (unos 13.000 euros) para comprar la ciudad. El plan de reurbanización preveía utilizar la mitad de la ciudad para fines militares, mientras que la otra mitad consistiría en viviendas que se alquilarían a la población local. Sin embargo, no parece que se haya realizado ninguna actualización en los años transcurridos desde la compra, por lo que el futuro de Skrunda-1 sigue siendo un misterio.

Skrunda-1 saltó a los titulares en febrero de 2024 después de que un grupo de Marines Reales británicos que participaron en un programa de entrenamiento en el puesto abandonado iniciaran acciones legales contra el Ministerio de Defensa del Reino Unido. El grupo alega que estuvieron expuestos al amianto tras dormir en uno de los edificios, que posteriormente dio positivo en las pruebas de detección del cancerígeno.

La isla española de Tenerife es adorada por su escarpado paisaje volcánico, sus playas de arena blanca y negra y sus espectaculares aguas azules, pero el pintoresco lugar de vacaciones también alberga un hito bastante singular que muy poca gente conoce...

El Sanatorio de Abona se encuentra enclavado en un pintoresco acantilado de la costa sureste de la isla. El sanatorio fue diseñado en 1943 por el arquitecto español José Enrique Marrero Regalado, después de que un brote de lepra pareciera apoderarse del país. 

En aquella época, muchos creían que aislarse en un clima cálido y seco era la mejor forma de curar a la gente de la progresiva infección bacteriana, por lo que Tenerife era el lugar perfecto para crear colonias construidas expresamente donde los enfermos pudieran pasar juntos la cuarentena.

Bautizada con el nombre de Sanatorio de Abona, la pequeña ciudad iba a constar de cuarenta edificios, entre ellos una iglesia, un crematorio, un hospital y diversos tipos de alojamiento.

Sin embargo, en 1945 un nuevo antibiótico resultó eficaz contra los síntomas de la lepra, dejando obsoleto el sanatorio incluso antes de que estuviera terminado. Los trabajos de construcción se interrumpieron, dejando muchos de los edificios parcialmente terminados y malgastando los $77.630 (unos 72.200 €) que ya se habían gastado en el proyecto, lo que equivale a unos $1,3 millones en dinero de hoy (unos 1,2 millones de €).

Desocupada durante casi 80 años, la leprosería abandonada de Tenerife es ahora una atracción turística fuera de lo común, aunque seguramente es solo cuestión de tiempo que el lugar se reconstruya.

Situado en la provincia meridional italiana de Matera, en uno de los países más bellos del mundo, Craco debe de ser uno de los pueblos más desafortunados del mundo. Tras décadas soportando los embates de la Madre Naturaleza, el pueblo finalmente fue abandonado en 1980.

La aldea, situada en lo alto de una colina, ha estado ocupada desde el siglo X a.C. y en su apogeo, en 1881, la población superaba los 2.000 habitantes. Sin embargo, 1963 marcó el inicio de una espiral descendente, ya que un corrimiento de tierras obligó a los habitantes a trasladarse a un valle vecino. La situación empeoró en 1972, cuando se produjeron inundaciones, y un posterior terremoto en 1980 supuso el último clavo en el ataúd de esta hermosa ciudad.

En el interior de los edificios restantes, quedan signos de domesticidad, con un hogar y un somier aún visibles en esta casa en ruinas. Hoy en día Craco está bloqueado por razones de seguridad, pero ahora se ofrecen visitas guiadas privadas a los turistas curiosos.

Gracias a su dramático paisaje, la ciudad también ha servido de telón de fondo para algunas de las mayores superproducciones de Hollywood, como La Pasión de Cristo y 007 Quantum of Solace.

Décadas después, el encanto místico de Craco aún perdura: en el interior de la iglesia de San Nicola, las columnas abovedadas insinúan la antigua grandeza de este asentamiento histórico.

Esta extraña urbanización, conocida como "The Truman Show" en la vida real, se completó en 2006 por la escalofriante cantidad de $635 millones (unos 590,6 millones de euros). El proyecto se inició como parte de una iniciativa para atraer a medio millón de personas de la superpoblada Shanghái a suburbios satélites más pequeños, diseñados para parecerse a las ciudades europeas.

Antaño un campo de arrozales, la Ciudad del Támesis alberga ahora una iglesia gótica, pintorescos canales, falsos pubs Tudor, elegantes casas urbanas eduardianas e incluso un pequeño castillo. Lo único que falta es gente.

Con los precios de las propiedades fuera del alcance de los residentes de clase media de Shanghái, la mayoría de las casas se compraron como inversiones o segundas residencias y ahora están vacías.

Aunque el lugar es un telón de fondo popular para las fotografías de boda, no hay nadie merodeando. Detrás de la gran fachada, algunos locales comerciales y restaurantes están vacíos. Ni siquiera las estatuas de bronce de James Bond, Harry Potter y Charles Dickens atraen a los residentes a este desconcertante lugar.

Glenrio, situado en la frontera entre Texas y Nuevo México, comenzó su andadura como pueblo ferroviario en 1903. Punto de parada de la Rock Island and Pacific Road, la pintoresca ciudad albergó un motel, tiendas de comestibles, estaciones de servicio y cafeterías.

Con la aparición de la red nacional de carreteras en la década de 1930, Glenrio se convirtió en un popular punto de parada para los excursionistas que recorrían la emblemática Ruta 66. A pesar de que la población apenas superaba los 30 habitantes, la pequeña ciudad era próspera. A pesar de que su población apenas superaba los 30 habitantes, la pequeña ciudad era próspera e incluso acogió a equipos de rodaje cuando se rodó allí Las uvas de la ira, de John Steinbeck, en 1940.

El antiguo residente John Paul Ferguson trabajaba en las gasolineras durante el verano y recuerda las constantes corrientes de tráfico que atravesaban el pueblo. Sin embargo, la suerte de Glenrio se acabó en 1975, cuando la interestatal 40 circunvaló el pueblo, aislándolo del turismo de paso.

Todo lo que queda de este lugar antaño floreciente son 17 edificios de época que no se han tocado en décadas y la antigua calzada de la Ruta 66. Este evocador lugar, que se remonta al apogeo de la América de mediados de siglo, fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 2007.

Sin embargo, puede que se avecinen cambios. En febrero de 2022, se informó de que los socios comerciales Gabi Tuschak y Lance Olinger habían comprado Glenrio con la esperanza de convertir el descolorido puesto de avanzada en un nostálgico destino turístico. Sus planes incluyen transformar la antigua cafetería en un centro de acogida y una tienda de regalos, así como renovar el motel para que pueda volver a acoger a los visitantes.

En 2008, la crisis financiera mundial provocó el caos en todo el mundo, pero algunos países se vieron más afectados que otros. El mercado inmobiliario español prácticamente se hundió, dejando a muchos promotores en quiebra e importantes proyectos inmobiliarios en todo el país incompletos. Unos 12 años después, una de las mayores urbanizaciones del país, Ciudad Jardín Soto Real, sigue sin terminar. 

El pueblo fue captado por el fotógrafo Markel Redondo en 2018 y pone de manifiesto los colosales daños que la crisis financiera causó casi de la noche a la mañana.

Situado en el municipio de Buniel, solo se construyeron 312 de las 1.400 viviendas propuestas para la urbanización, y las que quedan en pie se encuentran en distintas fases de finalización. La urbanización se abandonó en el verano de 2008, cuando la empresa constructora responsable del proyecto, Martinsa-Fadesa, entró en liquidación voluntaria.

El lugar se encuentra tras una valla de alta seguridad, pero a lo largo de los años los ladrones han despojado a la urbanización de sus objetos de valor, desde el cableado de cobre hasta los ladrillos e incluso las tapas de alcantarilla de las calles de la urbanización. Sin embargo, debido a su ubicación semirelejada, muchos han olvidado que Ciudad Jardín Soto Real existe.

Lamentablemente, Ciudad Jardín Soto Real es solo uno de los muchos proyectos urbanísticos similares que se han abandonado a su suerte en toda España. Al capturar la urbanización en su estado actual, Redondo espera animar al gobierno español a dar un buen uso a las propiedades.

En 2018 declaró a WIRED: "Podríamos hacer muchas cosas con estos proyectos abandonados. En todas las grandes ciudades echan a la gente de sus casas porque no pueden permitírselas. Hay mucha gente que necesita casas".

Actualmente, hay parcelas residenciales vacías disponibles para construir, con precios disponibles previa solicitud. ¡Solo tienes que estar de acuerdo con vivir en una ciudad fantasma! 

La población de este pueblo minero de Pensilvania, que llegó a albergar a miles de personas, se levantó y se marchó tras un extraño incendio que comenzó en 1962 y que aún continúa, más de 60 años después.

Las llamas comenzaron la víspera del Día del Trabajo. En una extraña serie de acontecimientos, el fuego se provocó intencionadamente para quemar un antiguo vertedero situado bajo la ciudad. Sin embargo, el lugar estaba conectado a un sistema de túneles de minas de carbón en desuso y el infierno se descontroló rápidamente.

Aquí, una grieta a lo largo de la desierta carretera 61 de la ciudad sigue expulsando gases sulfurosos.

El incendio arrojó gases tóxicos a la atmósfera y, con los años, el suelo del distrito alcanzó más de 480°C (900°F) en algunos lugares. Con el gas vertiéndose en los sótanos y los sumideros abriéndose repentinamente, un plan de reubicación de $42 millones (unos 39,1 millones de euros) hizo que la mayoría de los residentes de Centralia abandonaran el envenenado distrito en la década de 1980.

Cuando un éxodo masivo barrió la ciudad tóxica, la mayoría de las casas fueron demolidas, aunque en 2020 todavía vivían en Centralia cuatro personas, aferradas a sus antiguos hogares.

Propiedades solitarias como esta son un crudo recordatorio de la antigua vida de la ciudad. Todavía en llamas, se dice que hay suficiente carbón subterráneo para alimentar el fuego durante 250 años más.

Diseñada como lugar de vacaciones junto al mar para oficiales militares estadounidenses y taiwaneses de clase media, la Ciudad de la Vaina de Sanzhi ofrecía un espectáculo escalofriante. La espeluznante urbanización nunca se completó, pues quedó en ruinas en 1980. 

Situada en la costa septentrional de Taiwán, la futurista ciudad turística contaba con un complejo de brillantes casas con forma de ovni y un gran complejo de piscinas.

La construcción se interrumpió dos años después de su inicio, alegando los promotores dificultades financieras tras las pérdidas de inversión.

Diseñadas en un estilo retro que era popular en la época, el precio de estas casas únicas era tan alto que casi ninguna de las vainas se vendió.

Habiendo perdido la lucha con la Madre Naturaleza, fueron abandonadas en la costa cubierta de maleza, reducidas a ruinas grafiteadas frecuentadas por turistas curiosos.

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La urbanización desierta, que habría ofrecido a los residentes tranquilas vistas al mar, fue demolida en 2010, con planes para convertir el lugar en un complejo turístico y un parque acuático.

En 2024, ya no quedaba ninguna vivienda, pero la reurbanización prevista del emplazamiento no parece haber comenzado. Nos intriga ver cómo evoluciona este proyecto, ¡si es que llega a hacerlo!

Este próximo puesto avanzado abandonado ha sido descrito como uno de los lugares más peligrosos y contaminados del planeta. Antaño situado en los climas secos y polvorientos de Pilbara, el modesto pueblecito de Wittenoom escondía una sorpresa tóxica bajo tierra...

Desde la década de 1930 hasta la de 1960, Wittenoom fue el hogar de unas 20.000 personas, muchas de las cuales trabajaban en la única mina de amianto azul de Australia, que estaba situada allí. Se han relacionado más de 2.000 muertes con las actividades mineras tóxicas de la ciudad y, posteriormente, la mina cerró sus puertas para siempre en 1966.

Tras el cierre, la población empezó a decaer rápidamente, dejando edificios como el Doc Holiday's Cafe hechos polvo. En 2007, el gobierno de Australia Occidental borró oficialmente a Wittenoom del mapa y cortó el suministro eléctrico y los servicios de correo de la ciudad.

Fue calificado como uno de los desastres industriales más importantes de Australia Occidental y, aunque el gobierno intentó disuadir a los visitantes de aventurarse en la zona contaminada, Wittenoom fue un destino popular en los últimos años para quienes buscaban el llamado turismo oscuro.

En mayo de 2023 comenzó la demolición de los edificios que quedaban en Wittenoom, cerrando así el capítulo del oscuro pasado de la ciudad. 

Antaño hogar de 225 personas, el pueblo rural de Tyneham, en el suroeste de Inglaterra, no es ahora más que ruinas. Su población abandonó el pueblo justo antes de la Navidad de 1943, aunque no fue precisamente por elección...

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Oficina de Guerra requisó la ciudad para utilizarla como campo de tiro de tanques antes del Día D del desembarco de Normandía. A los habitantes se les prometió que podrían volver a sus casas cuando acabara la guerra. A los residentes se les prometió que podrían volver a sus casas una vez terminada la guerra. Cuando se marcharon, se clavó una nota en la puerta de la iglesia de Tyneham que decía: "Gracias por tratar amablemente al pueblo".

Sin embargo, los habitantes de Tyneham nunca regresaron. Décadas después, la casa solariega del pueblo (en la foto) es una reliquia de lo que fue, y la oficina de correos, la rectoría y las casas de campo permanecen sin tejado y en ruinas.

Aunque se pretendía que la evacuación fuera temporal, el ejército dictó una orden de expropiación forzosa de los terrenos en 1948 y desde entonces los conserva para uso militar.

Con sus inquietantes espacios abandonados, la extraña belleza de las ruinas de Tyneham ha fascinado a los paseantes durante décadas. Solo podemos imaginar las magníficas vistas al mar que los antiguos residentes disfrutaron una vez desde esta granja en ruinas.

Aunque la iglesia y la escuela han sido restauradas, a finales de 2019 se cerraron al público algunas partes del pueblo después de que el Ministerio de Defensa considerara inseguros siete de los edificios. Ahora, su destino pende de un hilo...

Enclavada en un paraje rural montañoso, a medio camino entre Estambul y Ankara, esta moderna ciudad fantasma abandonada es un espectáculo surrealista para la vista. Cientos de mini castillos, en diversas fases de construcción, se alzan en un valle mortalmente silencioso tras agotarse la financiación del proyecto.

La construcción de la urbanización Burj Al Babas en Turquía comenzó en 2014, dirigida por el Grupo Sarot. Se han terminado 587 castillos, pero, tras el colapso de la economía turca en 2018, la empresa se declaró en quiebra y el proyecto quedó paralizado.

Una vez terminado, el complejo debía albergar 732 villas, un centro comercial, un cine, restaurantes e instalaciones deportivas.

Con un valor de entre $400.000 (unos 372.000 €) y $500.000 (unos 465.000 €), las casas idénticas, de tres plantas y con aspecto de castillo, que parecen sacadas de las páginas de Cenicienta, cuentan con torrecillas y elaborados balcones circulares.

La obra abandonada aún puede verse más allá de los límites de la finca de $200 millones (unos 186 millones de euros). Tras haber conseguido condonar la mitad de su deuda, el vicepresidente del Grupo Sarot declaró en 2019 que tenía esperanzas de que el proyecto se completara finalmente en 2021, según el periódico Hurriyet Daily News.

Sin embargo, dadas sus cuentas inactivas en las redes sociales y su obra abandonada, no parece que la urbanización de cuento de hadas vaya a tener un final feliz a corto plazo...

Eagle Mountain, antaño una próspera ciudad empresarial, es ahora un abandonado tazón de polvo californiano en las afueras del Parque Nacional de Joshua Tree.

La mayoría de sus habitantes trabajaban en la cercana mina Kaiser Steel, pero en la década de 1970 el pueblo empezó a decaer debido a los importantes recortes de personal en la mina, a lo que siguió su cierre definitivo en 1983.

Tras el cierre de la mina, Eagle Mountain se convirtió en la sede de una malograda prisión de baja seguridad llamada Correccional Comunitaria de Eagle Mountain, que abrió sus puertas en 1988.

Todos los otrora prósperos centros comunitarios del pueblo, incluida su cafetería y bolera, se reutilizaron para alojar a los 438 reclusos que cumplían condena por delitos no violentos, como violaciones de la libertad condicional. Sin embargo, todo esto llegó a su fin en 2003, cuando estalló un violento altercado entre los presos y murieron dos reclusos. 

En los años siguientes, los planes de reurbanización de la ciudad se sucedieron, dejando que el asentamiento cayera en una mayor dilapidación.

Aunque sin habitantes, Eagle Mountain ha atraído la atención de exploradores urbanos y fotógrafos locales. Uno de los intrépidos aventureros que ha recorrido la ciudad olvidada es el YouTuber Trevor Costelloe, que capturó esta imagen de una de las calles residenciales de la comunidad.

Sin embargo, el futuro de este desamparado puesto de avanzada puede estar mejorando por fin. En abril de 2023, Eagle Mountain y sus derechos mineros se vendieron por $22,5 millones (unos 20,9 millones de euros) a un misterioso comprador vinculado a una empresa llamada Ecology Mountain Holdings, según SFGate. La empresa, que no ha revelado sus planes para la vasta propiedad, parece dedicarse a las piezas de automóviles y al reciclaje.

No está claro qué le depara el próximo capítulo a este olvidado puesto de avanzada californiano. Esperemos que el desértico emplazamiento se revitalice de un modo u otro.

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