Todo lo que no sabías sobre las fascinantes pirámides de México: Esconden más de un misterio
Pirámides, pero no como las conoces
Las pirámides de México toman los principios básicos de la estructura tradicional y los llevan al siguiente nivel. Algunas están escalonadas. Otras están cubiertas de nichos. La mayoría están coronadas por templos. Una, en Chichén Itzá, se construyó de modo que la sombra de una serpiente gigante parece deslizarse por su escalinata durante los equinoccios.
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Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveEXPLORING.
Gran Pirámide de La Venta, Tabasco
La pirámide de la isla de La Venta, en Tabasco, puede que sea la menos espectacular de las grandes pirámides de México, pero probablemente sea la más antigua. Aparentemente nada más que un montículo de tierra y arcilla de 30 metros (100 pies) de altura, es el principal punto focal de la plaza ceremonial de La Venta, una antigua ciudad olmeca que floreció aquí entre el 800 y el 400 a.C. Los arqueólogos han especulado con la posibilidad de que albergue la tumba de un gran gobernante olmeca.
Gran Pirámide de La Venta, Tabasco
Sin duda, no hay nada ordinario en las gigantescas cabezas de piedra encontradas en las cercanías de la pirámide de La Venta. La cabeza de piedra que se muestra aquí fue descubierta junto con otras cuatro esculturas similares durante una expedición arqueológica conjunta de la National Geographic Society y el Smithsonian Institution en 1940. Talladas en basalto y con alturas que van de 1.7 a 3.4 metros (5.6-11.2 pies), cada cabeza es notablemente única, lo que lleva a los arqueólogos a pensar que podrían representar a los antiguos gobernantes de la ciudad.
Gran Pirámide de La Venta, Tabasco
Las ruinas de La Venta también han revelado mucho sobre la vida espiritual del pueblo olmeca que vivió aquí. Anteriormente se pensaba que los olmecas solo adoraban a un dios, una deidad de la lluvia representada como un hombre-jaguar, que se ve aquí tallado en piedra con un sacerdote olmeca. Los estudios realizados en La Venta han demostrado que había al menos 10 dioses distintos representados en el arte olmeca, entre ellos un dios del fuego, un dios de la lluvia y un dios del maíz. Un monumento de La Venta presenta jeroglíficos no calendáricos que hasta ahora nadie ha podido descifrar.
Pirámide del Sol, Teotihuacán
La Pirámide del Sol es la pirámide más grande del hemisferio occidental y una de las dos que delimitan el enigmático Teotihuacán, una antigua ciudad en ruinas situada a solo 50 km (30 millas) de Ciudad de México. Fue una de las grandes urbes de Mesoamérica, aunque sus orígenes siguen siendo un misterio. Fundada alrededor del 400 a. C. por los totonacas, o tal vez los toltecas, ni siquiera conocemos su nombre original. Los aztecas la llamaron Teotihuacán, "el lugar donde los dioses fueron creados", pero ya llevaba siglos abandonada cuando ellos la descubrieron en el siglo XV. Esta fotografía data de 1883, antes de que el sitio fuera debidamente excavado.
Pirámide del Sol, Teotihuacán
Hay algunas cosas que sabemos con certeza sobre la Pirámide del Sol. Se eleva 66 metros (216 pies) sobre el nivel del suelo y mide unos 220 por 230 metros (720 por 760 pies) en su base. Se construyó con unos 765.000 metros cúbicos de tezontle labrado, una roca volcánica roja y gruesa de la región. La quinta terraza no es original. Fue añadida arbitrariamente por el arquitecto Leopoldo Batres durante unas obras de restauración organizadas apresuradamente entre 1905-10.
Pirámide del Sol, Teotihuacán
Los arqueólogos no están tan seguros de para qué se utilizaba la Pirámide del Sol, pero el consenso común es que en su cima hubo una vez un templo. En 2011, los arqueólogos encontraron tres estatuillas humanas de piedra verde y una máscara de piedra verde bajo el centro de la pirámide. Y en 2013 se encontró una figura del dios Huehueteotl, una deidad presente en los panteones de varias civilizaciones mesoamericanas, en una fosa bajo la plataforma que forma la cúspide de la pirámide. Aquí vemos a una bailarina tradicional teotihuacana realizando rituales del equinoccio de primavera frente a la pirámide en 2003.
Pirámide de la Luna, Teotihuacán
La Pirámide de la Luna se encuentra en el extremo opuesto de la Calzada de los Muertos en Teotihuacán, con una forma que imita los contornos del Cerro Gordo, la montaña que se eleva justo detrás de ella. Con una altura de 43 metros (140 pies), es un poco más pequeña que la Pirámide del Sol y, al haberse completado alrededor del año 250 d. C., también es algo más reciente. Aquí vemos la "Calzada de los Muertos", como se conocía originalmente, conduciendo a la Pirámide de la Luna en 1883, un año antes de que comenzaran las excavaciones arqueológicas.
Pirámide de la Luna, Teotihuacán
Parece que la finalidad de la Pirámide de la Luna también pudo ser un poco más oscura. En noviembre de 2004, unos arqueólogos descubrieron 12 esqueletos humanos rodeados de huesos de animales, estatuas, puntas de lanza y otros materiales. Diez de los cuerpos habían sido decapitados, lo que sugiere que la Pirámide de la Luna pudo utilizarse para sacrificios humanos. "Lo más probable es que la ceremonia creara una horrible escena de derramamiento de sangre con personas y animales sacrificados", declaró Saburo Sugiyama, uno de los científicos que dirigió la excavación.
Pirámide de la Luna, Teotihuacán
Respaldada por el sagrado pico del Cerro Gordo y con su escalera de piedra exterior orientada hacia la Calzada de los Muertos, los arqueólogos han especulado durante mucho tiempo que la Pirámide de la Luna formaba parte de un viaje ritual hacia el "otro lado". El descubrimiento en 2017 de un túnel secreto bajo la pirámide parece haber reforzado esta hipótesis. Otra teoría sostiene que la Pirámide de la Luna está compuesta por siete pirámides superpuestas y sugiere que cada nueva etapa pudo haberse conmemorado con un importante evento sacrificial. A medida que los arqueólogos desentierran nuevas capas, continúan surgiendo nuevos misterios.
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Pirámides de Monte Albán, Oaxaca
Apenas a diez kilómetros de la ciudad colonial de Oaxaca, el yacimiento de Monte Albán, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está situado en la cima de una colina desde la que se domina el valle de Oaxaca. Fundada hacia el año 100 a.C., alcanzó su apogeo bajo los zapotecas hacia el año 500 d.C. y estuvo habitada continuamente durante 1.500 años por pueblos zapotecas, mixtecos y olmecas. Aquí encontrarás ruinas de edificios ceremoniales, un campo de pelota y varias pirámides antiguas; las únicas construidas por los zapotecas y muy influidas por las pirámides de Teotihuacán, al norte.
Pirámides de Monte Albán, Oaxaca
El arqueólogo mexicano Leopoldo Batres dirigió la primera excavación seria del yacimiento en 1902 (en la foto). Fueron sus trabajadores quienes limpiaron siglos de escombros para revelar la impresionante Plataforma Sur, la pirámide más grande de Monte Albán y utilizada para observaciones astronómicas, así como la Plataforma Norte, más pequeña, que Batres especuló que se utilizaba para ceremonias públicas y discursos políticos. Publicó sus descubrimientos y opiniones en un libro titulado Exploraciones al Monte Albán, creando gran expectación sobre el yacimiento tanto en su país como en el extranjero.
Pirámides de Monte Albán, Oaxaca
No fue hasta 1931 cuando se revelaron los mayores tesoros de Monte Albán, cuando el arqueólogo mexicano Alfonso Caso desenterró la "Tumba Siete". Considerada la necrópolis más antigua conocida de América del Norte, Caso descubrió que había sido reutilizada a lo largo de los siglos, lo que confirmó al menos cinco grandes fases en la extensa historia de Monte Albán. También fue una de las más ricas, un auténtico tesoro de ofrendas funerarias invaluables, incluyendo un cráneo cubierto de turquesa (en la imagen). Actualmente, el cráneo se exhibe junto con los demás tesoros de la Tumba Siete en el Museo de las Culturas de Oaxaca.
La Gran Pirámide, Calakmul
Ubicada en lo profundo de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, a 35 km (22 millas) de la frontera con Guatemala, Calakmul fue la capital del temido Reino de la Serpiente (K'aan). Fue uno de los estados-ciudad más grandes y poderosos del mundo maya, con una población estimada de más de 50.000 habitantes y un control político sobre más de un millón de personas. El reino alcanzó su apogeo durante la era Clásica maya (250-850 d. C.), mientras libraba una feroz lucha por la hegemonía con Tikal, en Guatemala, disputándose no solo el poder político, sino también la pirámide más impresionante de las tierras bajas del sur de esta región de México.
La Gran Pirámide, Calakmul
Calakmul entró en declive alrededor del año 900 d. C. y fue rápidamente reclamada por la selva voraz. Fue redescubierta en 1931 por el botánico estadounidense Cyrus Lundell, quien había oído hablar del sitio por dos trabajadores que cosechaban chicle allí, una especie de savia utilizada en la fabricación de chicles en esa época. Las excavaciones comenzaron en 1932 (en la imagen) y, a lo largo de las décadas siguientes, se han identificado más de 6.000 estructuras antiguas, incluida la imponente gran pirámide. Con una altura de 45 metros (150 pies) sobre la selva, es la pirámide más alta y grande de la península de Yucatán, con una base que cubre casi 2 hectáreas (5 acres).
La Gran Pirámide, Calakmul
Aunque la Gran Pirámide ha sido restaurada en gran medida, muchas de las demás estructuras antiguas de la ciudad permanecen ocultas e inexploradas. En 2004, más de 70 años después del redescubrimiento inicial de la ciudad, los arqueólogos descubrieron una serie de murales pintados asombrosamente bien conservados en la acrópolis de Chiik Naab. En lugar de los temas políticos, ceremoniales o religiosos habituales, estos murales retratan las actividades cotidianas típicas de los mayas corrientes, lo que llevó a los arqueólogos a preguntarse qué otros tesoros permanecen ocultos en la selva.
Pirámide del Mago, Uxmal
Según un antiguo cuento popular mexicano, la Pirámide del Mago fue construida de la noche a la mañana por un enano encantado que salió de un huevo. Tras completar la tarea con la ayuda de su madre hechicera, el enano derrocó al rey existente y se convirtió en el nuevo gobernante de Uxmal. Por desgracia, la realidad es un poco menos fantasiosa. La pirámide de 27,6 metros (90,5 pies) se construyó hacia el año 569 d.C. y se amplió otras cinco veces. Está coronada por un templo con una puerta en forma de Chac, el dios maya de la lluvia famoso por su nariz ganchuda.
Pirámide del Mago, Uxmal
El aventurero estadounidense John Lloyd Stephens "redescubrió" Uxmal en 1840 siguiendo un mapa aproximado que le proporcionó un hombre llamado Simon Peon, propietario de una gran extensión de terreno cerca de las ruinas. Las excavaciones comenzaron finalmente en 1929 y casi de inmediato se vieron plagadas de misteriosos sucesos. Los trabajadores mayas que pasaron la noche en el yacimiento contaron que los aluxob, unos duendes traviesos parecidos a los leprechauns irlandeses, les mantenían despiertos, afirmando que los aluxob les arrojaban piedras hasta que hacían una ofrenda de tabaco para apaciguar a los espíritus del bosque.
Pirámide del Mago, Uxmal
Hoy en día, la Pirámide del Mago y los demás edificios ceremoniales de Uxmal, como el Cuadrángulo de las Monjas, la Casa del Gobernador y la Casa de las Tortugas, se consideran la cumbre del estilo arquitectónico Puuc, que floreció en el periodo Clásico Tardío, entre 600 y 900 d.C. El exquisito acabado de la piedra tallada y la profusión de motivos simbólicos se consideran prueba de la riqueza y el poder de Uxmal. Si visitas la ciudad el 12 de abril o el 31 de agosto, te darás cuenta de que la puerta de entrada al templo, en la cima de la pirámide, se alinea perfectamente con el sol poniente.
Las pirámides de Cobá, Cobá
Situada a 45 minutos al noroeste de Tulum, esta comunidad albergó una de las ciudades más grandiosas de los antiguos mayas, establecida hacia el año 600 d.C. Los sacbeob (caminos) de piedra caliza blanca irradiaban desde la ciudad hacia todos los rincones de Yucatán, incluido uno de 95 kilómetros (60 millas) de longitud que se dirigía en línea recta a la antigua ciudad de Yaxuna. Cobá alberga tres pirámides, la más grandiosa de las cuales es Ixmoja, también conocida como Nohoch Mul, el gran montículo. Alcanza una altura de unos 40 metros (138 pies), lo que la convierte en la segunda estructura maya más alta de la península de Yucatán y la única a la que aún se puede subir.
Las pirámides de Cobá, Cobá
Quienes se aventuran en la peligrosa ascensión son recompensados con la vista de dos dioses descendentes esculpidos sobre la puerta del templo en la cima. Estos dioses descendentes o inmersores son únicos de los mayas de la península de Yucatán y se cree que están relacionados con Ah Muzen Cab, el dios maya de las abejas. La miel era un producto básico en el comercio maya entre Cobá y Tulum. Se utilizaba como endulzante, antibiótico y como ingrediente principal en el balché, una bebida de miel similar al hidromiel.
Las pirámides de Cobá, Cobá
Cobá tiene otras dos pirámides destacadas. La Iglesia es la segunda más alta, con 22 metros (74 pies) de altura, y está coronada por un pequeño templo donde los arqueólogos descubrieron un depósito de figurillas de jade, vasijas de cerámica, perlas y conchas. También está Xaibe (en la imagen), una pirámide de forma curiosamente cónica, cuyo nombre proviene de la palabra maya yucateca para "cruce de caminos". Se encuentra en el cruce de cuatro sacbeob (antiguos caminos mayas pavimentados), por lo que los arqueólogos creen que la estructura funcionaba como una torre de vigilancia. Todo el sitio está esparcido con increíbles estelas, grandes losas de piedra esculpidas con imágenes y jeroglíficos que describen la organización sociopolítica de la ciudad y los principales eventos históricos.
Pirámides de las Inscripciones, Palenque
En lo profundo de las verdes montañas de la región mexicana de Chiapas, las ruinas mayas de Palenque parecen pertenecer a una película de Indiana Jones. Aquí la selva presiona por todos lados y los jardineros armados con machetes se enfrentan a una batalla constante para mantener despejado el impresionante lugar. En muchos sentidos, esta antigua ciudad no parece muy diferente de cuando el explorador español José Calderón redescubrió Palenque en 1784. O cuando se encargó esta ilustración en 1890.
Pirámides de las Inscripciones, Palenque
Al igual que la antigua ciudad, las ruinas de Palenque están dominadas por la Pirámide de las Inscripciones, de 72 metros (237 pies) de altura. Fue construida por K'inich Janaab' Pakal (Pakal el Grande) en 682 d.C. y fue enterrado bajo la pirámide en la cripta y el sarcófago más grandiosos conocidos fuera del antiguo Egipto. La pirámide recibe su nombre de los textos jeroglíficos de sus paredes interiores, la inscripción maya más extensa que ha sobrevivido.
Pirámides de las Inscripciones, Palenque
En 1952, la Pirámide de las Inscripciones reveló más de sus secretos. El arqueólogo mexicano Alberto Ruz había observado una gran losa de piedra tallada en el suelo, en la parte más baja del templo. Al levantarla descubrió un cuerpo que llevaba una máscara mortuoria de jade ricamente ornamentada. Se trataba del propio Pakal el Grande. Hoy, la impresionante máscara (en la foto) está expuesta de forma permanente en el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México.
Pirámide de los Nichos, El Tajín
La Pirámide de los Nichos de El Tajín se encuentra en las húmedas selvas del estado de Veracruz y es tan enigmática como hermosa. Los historiadores y arqueólogos estiman que se construyó durante el siglo VIII, pero no están seguros exactamente por quién. La teoría más aceptada es que fueron los antepasados de los pueblos indígenas totonacas y huastecos que viven en la zona hasta nuestros días. También es posible que fueran la primera civilización que cultivó las orquídeas que producen la vainilla.
Pirámide de los Nichos, El Tajín
El Tajín fue abandonado después de que un ejército azteca, compuesto por guerreros águila y jaguar, invadiera y saquease la zona alrededor del año 1200 d.C. El sitio permaneció oculto y olvidado hasta 1785, cuando un oficial español lo descubrió mientras buscaba plantaciones ilegales de tabaco. La leyenda de esta misteriosa ciudad en ruinas con su enigmática pirámide se difundió ampliamente, lo que atrajo a muchos viajeros y exploradores europeos, como este hombre en 1913, quienes llegaron a maravillarse ante su intrigante sofisticación.
Pirámide de los Nichos, El Tajín
La arquitectura de la Pirámide de los Nichos es única en Mesoamérica. Está construida en un estilo de escalones y festones, y decorada con intrincados relieves esculpidos en las columnas y el friso. Su nombre proviene de los nichos que cubren cada uno de sus cuatro lados. En total, hay 365 huecos, cada uno de 60 centímetros de profundidad, lo que sugiere que la pirámide se utilizaba como una especie de calendario astronómico para rastrear los días del año. La importancia astronómica y simbólica de la pirámide fue destacada por la UNESCO cuando incluyó a El Tajín en la lista de Patrimonios de la Humanidad en 1992.
Templo de Kukulkán, Chichén Itzá
Con su simetría armoniosa, sus plataformas escalonadas ordenadas y el templo que corona la estructura, Kukulkán es una de las pirámides más reconocibles de México. De hecho, es un calendario en piedra, con 91 escalones en cada uno de los cuatro lados de la pirámide. Si sumamos el total de escalones con el templo en la cima, obtenemos 365, el número de días del año solar maya. Es una hazaña extraordinaria de ingeniería, especialmente cuando se considera que, cuando se construyó entre los años 1050 y 1300 d.C., la población estaba disminuyendo y la civilización maya tolteca se encontraba en declive.
Templo de Kukulkán, Chichén Itzá
Chichén Itzá fue finalmente abandonada en 1440 y permaneció olvidada hasta que el intrépido explorador estadounidense John Lloyd Stephens "redescubrió" el sitio en la década de 1840, despertando la imaginación del mundo con su libro Incidents of Travel in Yucatan. Pronto, otros exploradores y fotógrafos llegaron a Chichén Itzá, entre ellos Teobert Maler, nacido en Austria, quien tomó esta foto en 1892. En 1894, el cónsul de Estados Unidos en Yucatán, Edward Herbert Thompson, compró el terreno en el que se encontraba y exploró el sitio a su antojo. Thompson donó la mayoría de los artefactos que encontró al Museo Peabody de la Universidad de Harvard.
Templo de Kukulkán, Chichén Itzá
Una de las características más notables de la pirámide de Kukulkán es su alineación con el sol durante los equinoccios de primavera y otoño. Al ponerse el sol, aparece una sombra en forma del cuerpo de una serpiente en la escalera norte, como se ve en esta foto. La sombra se "conecta" con la enorme cabeza de serpiente de piedra en la base de la escalera, creando la ilusión de una gran serpiente deslizándose. Se trata de Kukulkán, un dios serpiente emplumado y portador de lluvia y vientos.
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