Quejarse sobre largos retrasos en los vuelos y sobre alojamientos de calidad inferior a la esperada está totalmente justificado, pero algunos viajeros y viajeras son sencillamente imposibles de contentar. Desde turistas que se quejan de que hay demasiada arena en la playa hasta aquellas que culpan a las agencias de viajes de sus embarazos. En definitiva, algunas personas nunca están satisfechas.

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Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveEXPLORING.

El viaje de esta persona tuvo un comienzo accidentado cuando el traslado al aeropuerto presentó un obstáculo imprevisto: “Las carreteras eran irregulares y estaban llenas de baches, así que no pudimos leer la guía local durante el trayecto en autobús hasta el complejo turístico. Por ello, no nos enteramos de muchas cosas que habrían hecho nuestras vacaciones más divertidas”.

Una asesora de viajes dijo que recibió una llamada a altas horas de la noche de un cliente que visitaba Roma, que se quejaba de que le habían servido un bocadillo cuyo pan no estaba untado con mantequilla por ambos lados y de que no había leche en el té. Tras hablar con el hotel, descubrió que la leche se había servido en una jarra aparte, como es costumbre.

Una turista se quejó de que no hubiera una etiqueta de vestimenta más estricta en la playa que vistiban. Según ella, su marido se pasó el día mirando. “Debería prohibirse tomar el sol en topless en la playa. Mi marido me arruinó las vacaciones porque se pasaba el día mirando a otras mujeres.”

A este viajero le faltaron los fuegos artificiales cuando se dispuso a hacer turismo por la zona. Incluso se le reprochó a la persona que les había recomendado la excursión de un día, diciendo: “Dijiste que la ciudad estaba junto a un volcán, pero fuimos y no había lava". Llámanos supersticiosos, pero quizá insultar a algunas de las maravillas geológicas más destructivas del mundo es algo que deberías pensarte dos veces.

Un turista estaba descontento por la falta de fruta (o de variedad) en su sangría, y escribió: "Nuestra jarra de sangría no contenía una amplia selección de frutas". Al menos se preocupan por la salud.

Es uno de los monumentos prehistóricos más famosos del mundo, pero un usuario de TripAdvisor se sintió decepcionado cuando lo visitó y escribió: "Es un montón de rocas... en un campo. ¡GUAU! Disculpa el sarcasmo, pero la realidad es que esto es exactamente lo que es esta ‘atracción’, y ni siquiera puedes subir a ellas. Sí, hay algo de trasfondo histórico... pero eso se puede decir de muchas otras atracciones mucho mejores que ofrece el país. No lo visites, no merece la pena...”.

Una clienta culpó de su embarazo a la agencia de viajes, escribiendo: "Mi prometido y yo reservamos una habitación con dos camas, pero nos dieron una habitación con cama doble. Ahora los responsabilizamos del hecho de que me haya quedado embarazada.” Otra pareja se indignó al descubrir que sus vecinos habían reservado el mismo hotel, y se quejó: "Cuando llegamos al complejo descubrimos que Bert y Mavis, que vivían al final de la calle, también estaban allí. Odio a Bert".

La Gran Muralla China, uno de los ejemplos más magníficos de ingeniería antigua, es "demasiado larga" y "solo un muro", según algunos de sus visitantes. Otro viajero se quedó bastante poco impresionado con este monumento histórico, quejándose: "No le vi la gracia a este lugar, está muy deteriorado y viejo".

Una madre descontenta se sintió decepcionada cuando le cobraron la comida de su hija adolescente: "El restaurante decía ‘los niños comen gratis’, pero aun así le cobraron la comida a mi hija de 19 años". Otro escribió: "Mi viaje en avión fue una decepción, ya que el cielo estaba demasiado nublado, obstruyendo la visión del mar de mis hijos y arruinando nuestras partidas del veo veo".

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Uno de los destinos más populares de los Estados Unidos, el Gran Cañón, no encanta a todos sus visitantes, uno de los cuales dijo que pensaba que el cañón "podría haber sido un poco más grandioso". Otro viajero, que no esperaba el mal tiempo, dijo que la lluvia y la niebla le arruinaron el viaje, mientras que otro visitante descontento dijo: "No es más que un gran agujero en el suelo. Tardé mucho tiempo en rodearlo, le doy poca puntuación hasta que construyan un puente o algo".

El Louvre es uno de los museos más populares del mundo, pero Palindromeman, un usuario de Tripadvisor, no quedó nada impresionado con su visita. Escribió: "Museo del Louvre - malo. Respuesta corta: aburrido... Por lo visto, en el Louvre se ofrecen entre 14 y 16 kilómetros de aburrimiento”. De la Mona Lisa, escribió: "Es pequeña. Efectivamente, tamaño A4... ¿Y esa sonrisa? Parece que acabe de atracar un banco y se haya salido con la suya".

Una mujer acusó al operador de "publicidad engañosa" al no ver a ninguna estrella a bordo durante sus vacaciones con Celebrity Cruises y exigió el reembolso íntegro. Pero las extrañas quejas sobre cruceros no acaban aquí: otra viajera incluso pidió que su camarote estuviera "mejor insonorizado contra el ruido del mar".

Un turista de un refugio de caza africano se sintió disgustado y cohibido tras ver a un elefante visiblemente excitado en la sabana, alegando que el encuentro le hizo sentirse "incómodo". Pero no todo el mundo tiene un encuentro así durante un safari, pues un huésped lamentó que se hubiera pasado “una semana entera de safari y no vi ningún animal bueno. Solo había un montón de antílopes”. Pobres antílopes...

Un viajero indignado que visitó Florencia se quejó de las colas en la Galería de los Uffizi. Un asesor de viajes explicó: "Se quejaron de que había colas en los Uffizi y yo debería habérselo dicho... aunque había animado al cliente a reservar con antelación las entradas ‘sin colas’, que yo podía hacer por él."

La mayoría de los visitantes de Londres quieren tachar el Palacio de Buckingham de su lista de cosas que hacer antes de morir, pero Christopher H, usuario de Tripadvisor, no quedó muy impresionado: "No me entusiasmó en absoluto. ¿Qué sentido tiene viajar a Inglaterra para quedarse fuera del Palacio de Buckingham? No se puede entrar. ¿Es tan avariciosa la reina que necesita los 77.000 metros cuadrados y no puede presumir de uno de los palacios más grandiosos del mundo? Vaya, una valla, ¡guau!".

Llamar a recepción no suele ser tan difícil, pero una turista, después de que le dijeran que podía llamar a recepción marcando el nueve, se quejó al no poder hacerlo repetidamente... desde su móvil.

Puede que sea uno de los símbolos más reconocidos de París, pero a algunos visitantes no les impresiona demasiado este monumento francés. Un viajero le dio una calificación de una estrella en Google y sugirió que debería reconstruirse, mientras que otros la calificaron de fea y poco atractiva. "Más bien una torre horrible", dijo otro visitante.

Estos visitantes de un parque acuático iban muy mal preparados, y se quejaron: "Reservamos un día para ir a un parque acuático, pero nadie nos dijo que teníamos que llevar bañador y toalla. Asumimos que estaba incluido en el precio". Otro culpó a la agencia de viajes de la pérdida de su vuelo: "No nos recordaron que lleváramos los pasaportes y pensamos que no los necesitábamos".

La empresa italiana de vacaciones The Italian Connection ha recibido algunas quejas ridículas de sus clientes. La más ridícula fue la de un turista que visitaba Siena y se quejaba de que "había demasiados turistas y demasiados estadounidenses y británicos". Otra persona opinaba lo mismo de Disney World y se puso en contacto con el parque para decirles que era "demasiado turístico".

Al parecer, algunos viajeros que visitaron el Machu Picchu en Perú no esperaban que la antigua ciudad montañosa estuviera en las montañas y la tacharon de "demasiado alta" y "demasiado antigua". Otro crítico le dio una estrella y sugirió que los restos de esta ciudadela inca mejorarían si hubiera conexión wifi.

Algunos clientes se quejaron tras descubrir que su última ganga era demasiado buena para ser verdad: "Compramos unas gafas de sol Ray-Ban por 5 € a un vendedor ambulante, y luego descubrimos que eran falsas".

Una familia que reservó unas vacaciones de esquí se sorprendió al descubrir que esquiar era difícil: "Nos fuimos de vacaciones a esquiar, pero no nos informaron de que en realidad tendríamos que saber esquiar". Otro se sintió decepcionado por el tiempo, quejándose: "Hacía demasiado frío en nuestras vacaciones de esquí".

Un cliente se sintió muy decepcionado por no haber sido debidamente informado antes de subir a un globo aerostático: "No había ningún cartel que te dijera que no debes subir a un globo aerostático si tienes miedo a las alturas".

A otro viajero le sorprendió encontrar peces en el mar, y se quejó: "Nadie nos dijo que habría peces en el mar. Los niños se asustaron". A otro le decepcionó el agua salada, quejándose: "El agua del Golfo de México era demasiado salada. Nadie me dijo que iba a haber sal en el agua. Era asqueroso".

Un turista se enfureció tras pagar un hotel en Londres y descubrir que no había mar. Se quejó diciendo: "Nuestro hotel de Londres no tenía vistas al mar". Otro, en la misma línea, escribió: "Lamentamos ser portadores de malas noticias, pero Londres está a unos 56,3 km de la playa más cercana”.

La compañía de cruceros Iglu Cruise recibió una divertida queja hace un tiempo, en la que una pareja solicitaba el reembolso íntegro alegando lo siguiente: "Normalmente salimos de nuestros cruceros habiendo engordado al menos un kilo. De estas vacaciones no hemos engordado nada. No es suficiente".

El tamaño realmente sí le importaba a este huésped, que sentía que le habían dado poco en su alojamiento: "Comparé el tamaño de nuestro apartamento de un dormitorio con el de los apartamentos de tres dormitorios de nuestros amigos y el nuestro era significativamente más pequeño". Tal vez necesitó una lección de matemáticas cuando llegó a casa.

Un turista especialmente grosero se indignó con su guía turístico, quejándose: "No pudimos disfrutar de la visita porque nuestro guía era demasiado feo. No puedes admirar una vista hermosa cuando estás mirando una cara como la suya". Los buenos modales y esas cosas…

No hay nada peor que una lluvia torrencial cuando planificas una escapada a un lugar soleado, por lo que una turista enfadada deseó haberse quedado en casa: "Hizo buen tiempo en casa cuando estábamos fuera, así que las vacaciones nos parecieron un poco inútiles”. En la misma línea, otro se quejó: "Llovió. No sabíamos que llovía en España”. Y otro escribió: "¿Por qué Thomson nos dejó reservar las vacaciones si iba a llover toda la semana?". Hay gente para todo, supongo…

A estos peluqueros en prácticas les preocupaba que no les dejaran entrar en sus hoteles. "El folleto decía: 'No peluqueros en los alojamientos'. Somos peluqueros en prácticas, ¿podremos alojarnos allí?". Una vez que les permitieron entrar, se sintieron discriminados, escribiendo: "Somos peluqueros en prácticas y creemos que lo sabían y nos hicieron esperar más para tomar algo".

Un turista se sintió decepcionado tras una visita al zoo, escribiendo: "Los animales del zoo parecían muy tristes y eso hizo llorar a nuestros hijos. ¿No pueden enseñarles a sonreír?". Otro turista que visitó el Parque Nacional de Yellowstone se quejó: "Tuvimos que interrumpir nuestro viaje a Yellowstone porque nos informaron de que no enjaulan a los animales por la noche para nuestra protección". Claramente, el bienestar de los animales no era una prioridad para estos huéspedes.

¿Quién iba a decir que las toallas eran tan molestas? Un turista se quejó: "La camarera que nos limpió la habitación nos hizo la toalla en forma de cisne". Otro se quejó de que no podía distinguir entre las toallas y las alfombrillas de baño: "La alfombrilla de baño era demasiado parecida a la toalla de mano; siempre las confundía".

Una señora estaba tan angustiada que amenazó con llamar a la policía cuando afirmó que el personal del hotel la había encerrado en su habitación. Pero resultó que se le habían cruzado los cables, al interpretar el cartel de "no molestar" colgado en la parte posterior de la puerta como una advertencia para que no saliera de la habitación.

Para algunos y algunas, las vacaciones consisten en tomar el sol, pero un cliente enfadado no consiguió broncearse, y se quejó: "Nos dijeron que conseguiríamos un bronceado estupendo, pero nos quedamos dentro todo el día y no lo conseguimos". Otro se quejó de que cogieron demasiado color, escribiendo: "Me quemé con el sol. Deberían advertirte de que el sol es más brillante en México que en Inglaterra. De haberlo sabido, me habría puesto crema solar".

En lo que podría ser la queja más alucinante de todas, un británico en el extranjero se quejó: "La playa tenía demasiada arena. Tuvimos que limpiarlo todo al volver a nuestra habitación". Otro turista se sintió decepcionado por la naturaleza prístina de la arena en sus vacaciones, escribiendo: "Descubrimos que la arena no era como la del folleto. Su folleto muestra la arena como amarilla, pero era blanca".

Las leyes de la ciencia no significaban nada para este viajero, que no soportaba el calor: "Tuvimos que hacer cola fuera para coger el barco y no había aire acondicionado".

Una mujer británica de Blackburn se quejó al operador de viajes Thomas Cook de que sus vacaciones en Benidorm se habían visto arruinadas por haber "demasiados españoles". La viajera, de 81 años, sugirió a los españoles que "se fueran a otro sitio de vacaciones" y exigió que le devolvieran el dinero. Otra turista también pidió que se prohibieran las siestas, diciendo que los dependientes eran “perezosos por cerrar por las tardes” cuando ella necesitaba comprar cosas. Cómo se atreve la gente local a tener su propia cultura...

Un viajero británico estaba molesto por la disparidad entre los vuelos al Reino Unido y a los Estados Unidos, quejándose: "Tardamos nueve horas en volar de Jamaica a Inglaterra... Los estadounidenses solo tardaron tres horas en llegar a casa". Otro estaba consternado por una confusión de asientos en el avión, quejándose: "Reservé el asiento de la ventanilla para mí y el del medio para mi mujer, pero nos dieron los billetes contrarios".

A otro visitante de España no le impresionó la cantidad de españoles que había en el país, escribiendo: "El recepcionista habla español. La comida es española. Demasiados extranjeros". Otro se quejó: "¿Por qué no habla todo el mundo inglés? Fuimos a España y nadie entendía el inglés. No volveremos allí nunca más".

Un turista quisquilloso odiaba la comida de su viaje a la India, quejándose: "En mis vacaciones en Goa, me disgustó ver que en casi todos los restaurantes servían curry. No me gusta nada la comida picante". Otro turista se sintió decepcionado por la oferta de comida griega, escribiendo: "La comida del hotel griego era demasiado griega. Tuvimos que comer en un sitio de comida rápida cercano".

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