El mundo está lleno de preciosas franjas de costa dorada bañadas por aguas cristalinas. Pero, ¿y si quieres algo más que una playa donde tumbarte y tomar el sol?

Haz clic en la galería para ver una selección de las mejores playas del mundo y las mejores cosas que ver y hacer en ellas...

Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveEXPLORING.

Para disfrutar de un baño termal diferente, coge la pala y dirígete a la playa Hot Water Beach, en la península de Coromandel, en la Isla Norte. Cava un agujero cuando suba la marea, túmbate y deja que las aguas termales burbujeen a través de la arena. El agua está sorprendentemente caliente, pero las olas de la marea entrante la enfriarán.

Dicen que la belleza está en los ojos del que mira, y en ningún lugar se hace más patente que en Cayo Big Major, más conocida como la “Isla de los Cerdos”, en las Bahamas. Resulta difícil destacar entre tantas playas preciosas en el Caribe. No obstante, esta impresionante franja de arena lo hace. Es un lugar mágico donde nadan cerdos salvajes, y turistas vienen de todo el mundo para darles de comer y verlos nadar. Los y las visitantes más aventureras llegan a saltar al agua y remar con ellos.

Visitar la famosa playa de Ipanema en Río es como entrar en el plató de un programa de telerrealidad brasileño. Todo el mundo se pasea en bañadores prácticamente transparentes, mientras vendedores ambulantes ofrecen de todo, desde pareos hasta cocos. También es fácil encontrar partidos de vóley playa o fútbol. Junto con la cercana playa de Copacabana, Ipanema es el patio de recreo de Río. Puedes participar en alguna de las actividades o simplemente sentarte y disfrutar del espectáculo.

Esta increíble playa, situada a las afueras de Mitoyo, se ha convertido en una de las favoritas de los y las Instagramers que llegan atraídas por su efecto “espejo”. La playa de Chichibugahama tiene su propia cuenta de Instagram, donde puedes ver algunas de las mejores fotos en ella. Después de una divertida sesión de fotos, no olvides darte un chapuzón en las aguas: esta playa también es un lugar popular para nadar.

El Estado del Sol estadounidense está bendecido con decenas de playas preciosas, pero incluso con una competencia tan feroz, Clearwater, en el Golfo de México, está considerada como una de las mejores. No es de extrañar, si tenemos en cuenta su reluciente arena blanca, sus aguas azul cielo y su bonito muelle pesquero.

Sus relajados restaurantes de playa y sus aguas tranquilas hacen que la playa Clearwater Beach sea un éxito entre las familias, pero también hay muchas actividades para los adictos y adictas a la adrenalina. Si no le tienes miedo a nada, prueba el parasailing (una experiencia muy recomendada especialmente en la hora dorada). También puedes darte un chapuzón o alquilar una moto acuática.

Mui Ne es el sueño de cualquier amante de la playa, ya que ofrece la mezcla perfecta de actividad y relajación. Este punto del sureste de Vietnam alberga una franja de complejos turísticos de lujo (pero asequibles) con acceso privado a la playa.

Sin embargo, lo más singular que encontrarás en Mui Ne son sus barcos pesqueros en forma de cuenco que se mecen en aguas poco profundas. Acércate al pueblo pesquero para verlos en acción. Si te atreves, te animamos a que te des una vuelta.

Las gigantescas rocas de la playa Koekohe, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, tienen 56 millones de años. Con el tiempo, el poderoso océano las ha erosionado hasta darles extrañas y maravillosas formas esféricas. Si los dragones existieran, nos imaginamos que sus huevos tendrían un aspecto similar.

Visita esta playa con la marea baja, que será cuando obtendrás la mejor vista de las rocas, algunas de las cuales tienen hasta 3 metros de diámetro. Y si tu visita coincide con la puesta o la salida del sol, aún mejor.

Disfruta de un chapuzón, y de una lección de historia, en la hermosa playa Bamburgh Beach, en el norte de Inglaterra. Esta hermosa playa se extiende a lo largo de 2,5 km y está coronada por una fortaleza real que comenzó su andadura como bastión normando en el siglo XII. Pasea por las murallas, echa un vistazo a su extensa colección de armas y armaduras medievales, y luego únete a los lugareños que pasean a sus perros bajo la brisa del Mar del Norte.

Si lo que buscas es una auténtica aventura sobre el terreno, la Bahía de San Josef te lo ofrece. Está situada en la salvaje isla de Vancouver y se llega a ella mediante una suave caminata de unos 2,5 km. Te encontrarás con un barrido de arena color champán, rocas escarpadas, árboles brotados y panorámicas sobre la bahía azul. Es el lugar perfecto para un picnic con vistas.

¿Te gusta? Haz clic en el botón Seguir de arriba para ver más historias fantásticas de loveEXPLORING.

Ninguna lista de las playas más bonitas del mundo estaría completa sin las Maldivas, con sus islas bordeadas de arrecifes y sus aguas turquesas. La isla de Angaga encaja a la perfección. A solo 25 minutos en hidroavión desde la capital, Malé, el mar es tan cálido que puedes bucear hasta 20 metros de profundidad sin necesidad de llevar traje de neopreno.

Pero lo que realmente distingue a las playas de Angaga es la oscuridad. De junio a diciembre, disfrutarás de un espectáculo de luz luminiscente en el que la arena parece brillar como el cielo nocturno estrellado. Los diminutos puntos de luz azul eléctrico son emitidos por minúsculos crustáceos.

En una tumbona sobre la arena blanca de esta playa privada de Aruba, se te podría perdonar que pensaras que estás en medio de un sueño febril caribeño de Wes Anderson. De repente, entre las palmeras y el resplandeciente mar azul, ves un flamenco iridiscente de color rosa coral. Y otro, y otro. Hay una razón por la que esta parte del Renaissance Wind Creek Aruba Resort se llama Flamingo Beach. Esa misma razón es el motivo por el que tienes que reservar tu pase de un día con mucha antelación.

Ras al Jinz, en el punto más oriental de la Península Arábiga, es famosa por varias especies de tortugas que anidan allí. Cada año, miles de estos gigantes marinos en peligro de extinción migran desde el Golfo Arábigo, el Mar Rojo y Somalia para desovar en las costas de Omán. La Reserva de Tortugas de Ras al Jinz organiza excursiones al amanecer y al atardecer. La mejor época para visitarla es entre mayo y septiembre, cuando verás a las tortugas excavar sus nidos de arena y desovar. Si tienes suerte, puede que incluso veas alguna cría.

Este paraíso cubano es popular entre los y las turistas que hacen excursiones desde La Habana, y es muy fácil entender su atractivo. La arena blanca y cristalina está cubierta de palmeras (y de porterías de fútbol playa). Tomar el sol es una de las actividades favoritas de quienes visitan playa La Sirena, pero también puedes surcar las tranquilas aguas en kayak. Además, hay un restaurante para refrescarse.

En la bahía de Datai, en Langkawi, se funden dos mundos espectaculares. En primer plano, hay una playa de arena blanca de 1,5 km de largo, en forma de media luna, encaramada al mar de Andamán. Detrás hay una inmensa selva tropical de 10 millones de años, tan singular que ha sido designada Geoparque de la Unesco. Cuando te canses de contemplar el mar y bucear entre los arrecifes de coral, anímate a participar en la excursión guiada por la selva tropical. Con suerte, podrás avistar alguno de los monos hoja oscura, lémures voladores, macacos y ardillas que viven en ella.

La Isla de los Conejos, o Isola dei Conigli, es un delicado arco de arena rodeado de escarpadas formaciones rocosas. Se puede acceder a ella en barco o a pie, y la mayoría de los y las bañistas optan por darse un chapuzón o tomar el sol bajo una colorida sombrilla. A pesar del nombre, aquí no encontrarás conejos, aunque hay otros residentes especiales: las tortugas bobas anidan en estas costas.

La Playa Roja de China, en el delta del río Liaohe, es un espectáculo de color carmesí. En realidad, este despliegue de rojo ardiente es un manto de algodoncillo, que envuelve este humedal costero y se vuelve de un rojo ardiente entre agosto y octubre. Explóralo a través del embarcadero de 1.800 metros que serpentea por la marisma.

Con su arena teñida de rosa, la playa de Elafonissi, en Creta, parece sacada de un cuento de hadas. Las partículas rosadas son en realidad coral, que ha sido destrozado en minúsculos pedazos por la fuerza del mar. No te vayas sin visitar el Monasterio de Panagia Chrisoskalitissa, una imponente fortaleza que se alza sobre un acantilado blanco mirando hacia la playa. Data del siglo XVII y alberga un pequeño museo que celebra la vida tradicional cretense.

Mochileros y mochileras acuden en masa a la Costa Salvaje de Sudáfrica, en el Cabo Oriental. Y cualquiera que vaya de excursión a la playa de Qolora probablemente se encontrará en compañía de rebaños de ganado xhosa, que llevan siglos pastando en la zona. Su enorme tamaño y sus grandes cuernos pueden hacer que parezcan amenazadores, pero son bestias dóciles y dignas.

Brillando en el océano Atlántico, a 340 km de la costa brasileña, se encuentra Fernando de Noronha y la famosa Baia do Sancho. Con sus arenas sedosas, sus aguas llenas de delfines y su mar azul, ha sido votada en varias ocasiones como la mejor playa del mundo. Y lo que es mejor, forma parte de un archipiélago de 21 islas, en cuyas aguas abundan los tiburones limón y de arrecife, las anémonas, los peces loro, las tortugas y fantasmagóricos restos de naufragios. Son un paraíso en tierra, por lo que el número de visitantes por día está limitado y solo Fernando de Noronha dispone de alojamiento.

Para disfrutar de una playa diferente, dirígete a Jokulsarlon, una inmensa laguna glaciar del Parque Nacional Vatnajokull en Islandia. Aquí la arena negra volcánica desciende hasta el agua azul verdosa, salpicada de icebergs vidriosos. ¿Qué puedes hacer una vez allí? Visítala de noche para contemplar la fascinante danza de las auroras boreales sobre la laguna. La mejor época para verlas es entre septiembre y mediados de abril, cuando está más oscuro.

Con su techo abovedado, su claraboya natural y su bolsa de arena, la Cueva de Benagil, en el Algarve portugués, es realmente espectacular. Los y las más valientes se bañan en ella desde la playa de Benagil, que está al lado, pero para una opción más segura, apúntate a una de las excursiones organizadas que operan desde la cercana Carvoeiro. También te llevarán al interior de otras cuevas repartidas por la costa.

Lo más divertido de visitar The Baths en Virgen Gorda, en las Islas Vírgenes Británicas, es llegar hasta sus aguas azules. Los gigantescos peñascos de granito de la orilla crean un laberinto de cuevas, pasadizos y piscinas que querrás explorar. Son también una forma divertida de llegar a las arenas blancas de la Bahía del Diablo, al otro lado. La etérea Sala de la Catedral, una piscina de agua cristalina en un espacio cavernoso iluminado por la luz que se filtra entre las grietas, es verdaderamente celestial.

Con su arena volcánica de color negro azabache, sus rocas cubiertas de musgo y sus aguas cristalinas, la playa de Punalu’u, en la Isla Grande de Hawái, tiene un gran impacto visual. La arena volcánica se calienta mucho bajo el sol abrasador, así que busca sombra bajo los cocoteros que bordean la orilla. Las tortugas marinas verdes hawaianas y las tortugas carey, en peligro de extinción, toman el sol a orillas del agua. Por otro lado, se pueden avistar delfines tornillo y ballenas jorobadas en el mar.

Este tramo de costa de 60 km en la Bahía de los Tiburones de Australia Occidental está formado por miles de millones de diminutas conchas de berberecho, que brillan a la luz del sol. Puede sonar increíble, pero están amontonadas en una capa de 10 metros de profundidad. El agua cristalina es poco profunda pero salada. Asegúrate de llevar calzado para usar en la playa: puede parecer bonito, pero estos pequeños nacarados pueden ser punzantes.

Las aguas tranquilas y poco profundas de Porthcurno son un buen destino para familias. Después de pasar un día en la playa, puedes subir las escaleras hasta el Minack, un teatro al aire libre excavado en lo alto de los acantilados de granito. Durante todo el verano se representan obras de teatro, musicales y ópera.

Una de las playas más singulares de Estados Unidos, Glass Beach, está muy cerca de Fort Bragg, en California. Durante la primera mitad del siglo XX, era habitual arrojar basura al mar, pero el océano la convirtió en un tesoro, escupiendo a la orilla guijarros de cristal perfectos. Ahora el pasatiempo más popular de sus visitantes es buscar piedras brillantes en tonos que van del carmesí al zafiro. Eso sí, no te los lleves a casa y asegúrate de no dejar ningún rastro.

Con sus acantilados de piedra caliza que se sumergen en un mar esmeralda, la playa de Phra Nang, en Krabi, es realmente sobrecogedora. El hecho de que solo sea accesible en barco la hace aún más especial. Alquila un kayak en la cercana Railay Beach West y navega 30 minutos por los túneles de la cueva para llegar a esta maravilla de cala. La Cueva de la Princesa también debe ser visita obligada. Te sorprenderá encontrarla llena de tallas con forma fálica, que los pescadores solían dejar como ofrenda a una diosa con la esperanza de que les diera paso seguro.

Sus aguas turquesas parecen caribeñas, pero quienes quieran bañarse en la playa Luskentyre Beach, en la isla escocesa de Harris, se llevarán un buen susto: la temperatura del agua baja hasta los 6,1°C . Sin embargo, esta playa es ideal si quieres huir de las multitudes: es probable que tu única compañía sea la fabulosa fauna autóctona, como el negrón común, el pato eider y el zampullín eslavo. Cuando te canses de contemplar la playa, adéntrate en las colinas cubiertas de brezo de Harris, donde vuelan las águilas.

En Cable Beach, en el remoto noroeste de Australia Occidental, lo más importante son las puestas de sol. Aquí el sol cae como una bola de fuego sobre las aguas cristalinas del océano Índico, ofreciendo un espectáculo casi todas las noches. La mejor forma de disfrutarlo es a lomos de un camello al atardecer. El lento paso de estas apacibles criaturas está en perfecta armonía con el ritmo de las suaves olas y el sol poniente.

La impresionante playa de Tulum, en la península mexicana de Yucatán, está dominada por una de las últimas ciudades construidas y habitadas por los mayas. Mirando hacia las aguas turquesas de este lugar, con la arena blanca entre los dedos de los pies, es fácil imaginarse a los fundadores parados exactamente en el mismo lugar hacia el año 1200 d.C. y pensando que habían encontrado el sitio ideal. Tulum sigue siendo una de las pocas ruinas antiguas del planeta en las que es absolutamente imprescindible llevar bañador.

¿Te ha gustado? Haz clic en el botón Seguir de arriba para ver más historias fantásticas de loveEXPLORING.