¿Te gusta la adrenalina (o que te pongan boca abajo, o te den vueltas como un sacacorchos)? Entonces te esperan las atracciones más terroríficas del mundo. Desde espeluznantes curvas hasta fuerzas G que estremecen la cara, hemos encontrado las atracciones más salvajes del planeta. Un simple vistazo a esta selección de terroríficas atracciones te pondrá los pelos de punta...

Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de sindicación en Español para loveEXPLORING.

Busch Gardens Tampa Bay combina adorables animales del zoo con atracciones de emoción, y estas últimas se inspiran a menudo en los animales que los visitantes pueden ver en el parque. Por ejemplo, Tigris, inaugurada en 2019 como la montaña rusa de lanzamiento más alta de Florida. Es una mezcla salvaje de giros, inclinaciones y caídas a más de 100 km/h, diseñada para imitar la velocidad y agilidad de un tigre. Un porcentaje de los ingresos de la tienda de regalos se destina a proyectos de conservación del tigre.

Con una pista que combina bucles, giros bruscos, subidas lentas y caídas rápidas -por no mencionar una cara de payaso bastante aterradora a la entrada-, la atracción Hair Raiser es suficiente para que se te acelere el corazón. Su ubicación, sobre un acantilado que domina la bahía de Deep Water en el mar de China Meridional y con vistas a la isla de Hong Kong, añade aún más dramatismo.

En Fujiyama, la montaña rusa más larga y alta de Fuji-Q Highland (Japón), las emociones estomacales chocan con unas vistas espectaculares. A medida que alcanza su cima de 259 pies (unos 79 metros), los pasajeros disfrutan de unas vistas despejadas del monte Fuji, y apenas tienen tiempo de recuperar el aliento antes de que se lo arrebaten de nuevo con un rápido descenso.

Puede que necesites una chocolatina Hershey's para recuperarte después de una vuelta en esta alocada montaña rusa. La más empinada del mundo cuando se inauguró en 2008, Fahrenheit lanza prácticamente de todo a sus voluntariosos participantes: subidas altas, bucles invertidos, giros, vueltas de cobra y momentos de ingravidez en los que parece que tu estómago está flotando.

Encuentra la emoción de la Fórmula Uno en el corazón de Surrey, Inglaterra, con un paseo en Stealth, que catapulta a los pilotos de cero a 130 km/h en menos de dos segundos. Es la montaña rusa más rápida del Reino Unido y el viaje completo dura unos 26 segundos.

Hyperion, en la Energylandia polaca, es la mega montaña rusa más alta y rápida de Europa. Diseñada como una estación espacial abandonada, la atracción cuenta con una pista de 1,6 km de longitud y velocidades de más de 87 km/h. Túneles, giros, caídas repentinas, ingravidez y giros sobre peraltes -donde los vagones se tambalean al borde- hacen que las emociones sean intensas y muy, muy rápidas.

¿Siempre te has sentido un amante de la velocidad? Formula Rossa se atreve a afirmar que es la montaña rusa más rápida del mundo, lanzando a los pasajeros a velocidades intensas de casi 240 km/h en menos de cinco segundos. La fuerza G es tan fuerte que los pasajeros tienen que llevar gafas protectoras. ¿Te atreves a subirte?

Con una temática del Salvaje Oeste y coches como vagones de tren antiguos, Steel Vengeance parece bastante encantadora y hasta bonita. Sin embargo, como su nombre indica, no lo es. Esta montaña rusa hiperhíbrida, cuya pista de acero está colocada sobre una estructura de madera, se eleva 205 pies (unos 62 metros) por encima del parque y tiene más tiempo en el aire que cualquier otra atracción, con 30 segundos.

Wildfire lleva la tradicional montaña rusa de madera a nuevos niveles, con velocidades de unos 110 km/h, tres subidas y bajadas tan pronunciadas que parece que se te queda el estómago. Dura unos satisfactorios dos minutos y, en la cima, los pasajeros pueden tomarse un momento para disfrutar de las vistas de la bahía de Braviken, respaldada por montañas, antes de otra caída en picada de infarto.

Silver Star, en el Europa-Park de Alemania, golpea a sus pasajeros con tanta fuerza G como los seres humanos pueden soportar físicamente. Los que están preparados para enfrentarse a las fuerzas centrífugas son recompensados con velocidades de 80 millas por hora (unos 129 km/h), que ponen la piel de gallina, mientras la montaña rusa de acero se eleva hasta unos 240 pies (unos 73 metros).

El T Express del parque temático Everland de Yongin (Corea del Sur) es una de las montañas rusas más empinadas del mundo, por lo que probablemente no sea una atracción para jinetes nerviosos. Incluso estar de pie bajo la intrincada estructura de madera, con un espeso bosque como telón de fondo, es suficiente para hacer que el estómago más fuerte se revuelva. Afortunadamente, no es tan desvencijada como parece, ya que lanza a los pasajeros por una pista inclinada 77 grados a velocidades de hasta 65 millas por hora (unos 105 km/h).

No solo los nuevos y relucientes parques temáticos pueden ofrecer emociones de primera categoría. Los Jardines de Tivoli de Copenhague aportan un toque moderno -y muchos bucles- al histórico parque, fundado en 1843. La atracción Demon también tiene un toque de realidad virtual: los pasajeros pueden elegir ponerse unas gafas de realidad virtual para transformar el coche en un dragón que escupe fuego.

Un sistema hidráulico especial lanza a los pasajeros a una altura de 141 metros, lo que la convierte en la montaña rusa más alta del mundo. Kingda Ka es también una de las más rápidas, alcanzando 128 millas por hora (unos 205 kilómetros por hora) en solo 3,5 segundos, antes de descender rápidamente por una pista en espiral.

Este parque temático de Staffordshire es famoso por sus innovadoras atracciones de riesgo, y Wicker Man (El Hombre de Mimbre) suele dejar los rostros un poco pálidos. Combina el encanto destartalado de las montañas rusas de madera con efectos especiales escalofriantes que envuelven la pista laberíntica con brasas ardientes y efigies que parecen estallar en llamas al impactar.

Tail Spin es (con suerte) lo más cerca que estarás de montar en las hélices reales de un helicóptero. La atracción, en Dreamworld, en la magnífica Costa Dorada de Australia, está formada por una docena de miniaviones, en los que los pasajeros se atan con correas para un ascenso que hace girar la cabeza y que va cada vez más rápido. Cada avión tiene controles para que la gente pueda elegir ir despacio o hacer trucos y piruetas.

Esta montaña rusa se eleva, se sumerge y gira a velocidades de hasta 120 km por hora. Pero es su tamaño, y el hecho de que la atracción dure un satisfactorio minuto y 15 segundos, lo que la lleva a encabezar regularmente las listas de las mejores atracciones y hace que los aficionados a las montañas rusas vuelvan. Los pasajeros pueden esperar sentir varias veces esa sensación de ingravidez en el estómago.

Drop Line no es tan sinuosa y revirada como otras montañas rusas, pero la emoción está en la anticipación y la velocidad del descenso. Las impresionantes vistas de las Montañas Humeantes se desdibujan rápidamente a medida que los jinetes se "dejan caer" dramáticamente desde lo alto de una torre de 230 pies de altura (unos 70 metros).

La montaña rusa TheBig One, en la localidad costera inglesa de Blackpool, tiene un nombre muy apropiado: "La Grande" y los pasajeros se desplazan a una velocidad de hasta 85 kilómetros por hora. De hecho, es la montaña rusa más alta del Reino Unido, con 235 pies (unos 72 metros), y los pasajeros zumban a una velocidad de hasta 85 millas por hora (unos 137 kilómetros por hora). También es una de las atracciones más largas, con más de una milla (unos 1,6 kilómetros), por lo que la emoción no decae.

La Fuerza Roja forma parte de Ferrari Land y es tan elegante y veloz como cabría esperar. La atracción cuenta con el acelerador vertical más alto y rápido de Europa, que dispara a los pasajeros hasta 367 pies (unos 112 metros) por encima del suelo y alcanza las 112 millas por hora (unos 180 kilómetros por hora) en cinco segundos.

En el caso de este clásico de interior, lo viejo es bueno. Puede que Space Mountain no sea la atracción más rápida, más alta, más larga o más aterradora del mundo, pero lleva emocionando a los pasajeros desde que se inauguró en 1975. Alcanza 28 millas por hora (unos 45 km/h), pero parece más rápida gracias a los giros locos, las curvas cerradas y las luces intermitentes.

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