Ya sea que se trate de costas soleadas en climas más cálidos o de costas ásperas abrazadas por aguas heladas, algunas de las ciudades y pueblos más bellos del mundo están situados junto al mar. Desde los pueblos pesqueros de América del Norte hasta las ciudades europeas situadas en lo alto de los acantilados, estos lugares tienen algo en común: son asombrosamente impresionantes.

Acompáñanos en un recorrido por las ciudades y pueblos costeros más bellos del mundo.

Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de Sindicación en Español para loveEXPLORING.

Apodada la joya de la costa de Maine, Camden es una ciudad costera por excelencia, con un puerto encantador, un viejo faro, bahías de rocas escarpadas y cruceros al atardecer. Normalmente, los visitantes disfrutan haciendo senderismo por el cercano monte Battie o deleitándose en los numerosos restaurantes costeros de la ciudad.

Esta ciudad costera de la isla griega de Creta, Agios Nikolaos, goza de una ubicación envidiable con vistas a la bahía de Mirabello. Un estrecho canal separa el puerto perfectamente formado del lago Voulismeni, cuya orilla está bordeada de restaurantes, tabernas y cafés. La preciosa ciudad es también un popular balneario, y sus aguas acogen desde pequeños barcos pesqueros hasta lujosos megayates.

Dramáticamente encaramada en los acantilados de la Costa Amalfitana, Positano es una ciudad que parece sacada de una postal. Sus calles pedregosas – que serpentean hasta acabar en el mar Mediterráneo – están bordeadas de limoneros, naranjos y olivos en flor, por no hablar de su impresionante arquitectura. Al más puro estilo italiano, también albergan una avalancha de seductores restaurantes, boutiques y hoteles chic.

Este pueblo pesquero del norte de Devon, antaño propiedad de la realeza está formado por calles empedradas inclinadas hacia el mar, y burros y trineos en lugar de coches. Tan único como bonito, este adorable pueblo ha inspirado a muchos artistas como al pintor William Turner y al escritor Charles Dickens, a lo largo de los siglos.

La pequeña aldea de Ahrenshoop está bellamente situada en una península entre el mar Báltico y los bodden (humedales). Su puerto está decorado con cabañas de pescadores tradicionales y en el pueblo, las casas con tejado de paja se recuestan sobre las dunas de arena. Además de un entorno pintoresco, el pueblo tiene mucho que ofrecer en el plano cultural. No es de extrañar que a lo largo de los años haya atraído a muchos artistas por su luz y sus paisajes: su escuela de pintura se fundó en 1894 y cuenta con un museo de arte.

La colorida ciudad portuaria y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO de Lunenburg es el destino soñado de todo fotógrafo. Esta pintoresca ciudad es famosa por sus 48 manzanas de casas de madera perfectamente conservadas y su trazado original que no ha cambiado desde el siglo XIX. Gracias a su puerto natural y a su ubicación costera, los mariscos abundan, por lo que no es de extrañar que la ciudad esté salpicada de innumerables restaurantes de comida de mar. También alberga varias destilerías de ron, un vestigio del comercio del ron que floreció aquí en otros tiempos.

Es bien sabido que Grecia está dotada de una gran belleza natural y artificial. Pero es difícil pensar en una vista que resuma mejor la belleza del país que las cúpulas azules de Santorini. Los edificios encalados más famosos están en Oia, una ciudad situada en lo alto de un acantilado junto al mar Egeo, cuyo tono azul combina a la perfección con esos tejados.

El principal pueblo de la isla de Skye, en las Hébridas Interiores de Escocia, es relativamente joven (unos 200 años) para ser un centro pesquero. La puerta de entrada a los encantos de la isla, Portree es tan pintoresco como un cuadro, con sus casas de colores salpicando la costa. En los últimos años, Portree también se ha ganado la reputación de destino gastronómico, gracias a su abundancia de elegantes restaurantes, gastropubs y bistrós, entre ellos el mundialmente conocido The Three Chimneys. 

Apostado entre rocosos acantilados costeros, Manarola es uno de los cinco pueblos pesqueros que componen las impresionantes Cinque Terre, en el noroeste de Italia. Fácilmente el más reconocible de los cinco, este pueblo junto a los acantilados tiene casas en tonos azul pastel, rosa, amarillo y naranja; y cuenta la leyenda que las casas eran pintadas de colores brillantes para que los pescadores que regresaban a casa pudieran verlas más fácilmente. La puesta de sol es el momento más espectacular en Manarola, el sol baña las casas con sus tonos dorados durante unos minutos espectaculares.

Cudillero es un idílico pueblo pesquero de Asturias que ha sabido conservar su encanto perene. Según cuenta la leyenda, el pueblo fue fundado por los vikingos, y la pesca ha sido históricamente su principal industria. Cudillero es una delicia para la vista, y que mejor forma de contemplarlo que desde la bahía, con sus coloridas casas sobresaliendo a ambos lados del pequeño puerto.

La pintoresca ciudad de Hamnøy se encuentra en Moskenes, una isla situada en el extremo sur del archipiélago noruego de Lofoten, conocida por sus espectaculares paisajes. Considerado el pueblo pesquero más antiguo de la zona, Hamnøy es también uno de los más bellos, con sus casas tradicionales pintadas de vivos colores. Los días son breves durante el invierno ártico, creando un ambiente sombrío, pero el cielo nocturno se ilumina a menudo con la presencia de la espectacular aurora boreal danzando sobre la ciudad.

La ciudad de Mahone Bay, situada en la pintoresca costa sur de Nueva Escocia, fue colonizada por los franceses en el siglo XVII. Más tarde, los británicos le dieron el nombre que conocemos hoy, y la ciudad ha seguido atrayendo a una pintoresca comunidad de artesanos y empresarios. Aunque las Tres Iglesias de Mahone Bay, todas ellas construidas a finales del siglo XIX y principios del XX en diferentes estilos arquitectónicos, son uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, esta también es famosa por sus eventos como el Festival del Espantapájaros y la Feria de Antigüedades. 

En la costa sureste de Malta se encuentra el pueblo pesquero de Marsaxlokk (pronunciado marsa-schlock). A diferencia de la mayor parte de Malta, esta región prácticamente no ha sido tocado por promotores inmobiliarios, por lo que los visitantes verán aquí una escena típica y tradicional, con la flota de barcos luzzu tradicionales del pueblo surcando las aguas del puerto. El lugar también tiene un suministro constante de mariscos frescos, y las capturas del día se sirven en los innumerables restaurantes que bordean el paseo marítimo.

Situada en la Costa Sunshine de Australia, la encantadora ciudad de Noosa Heads es un lugar privilegiado para los amantes de las compras, la gastronomía y la playa. La joya de la corona es Noosa Main Beach, una amplia franja de arena muy popular entre los surfistas principiantes. Lejos de las olas, la calle Hastings está repleta de pequeños cafés, boutiques y galerías.

Famoso por ser el hogar del explorador británico Capitán Cook, este impresionante pueblo pesquero de la costa de North Yorkshire tiene mucho más de lo que presumir. Bonitas casitas se aferran a los escarpados acantilados que bordean un bonito puerto y una playa, mientras que su laberinto de callejuelas y callejones empedrados es realmente encantador. En la actualidad, Staithes alberga una próspera comunidad creativa, como lo evidencian sus múltiples galerías y talleres.

Situado a medio camino entre la ciudad de Hamilton y St George's, Flatts Village es uno de los lugares más tranquilos de las Bermudas. Este sereno pueblo pesquero alberga coloridas casas de tonos pastel que salpican la costa, pintorescas zonas de pesca y bellos paisajes dominados por palmeras. Flatts, uno de los primeros asentamientos británicos de la isla, tiene también una interesante conexión literaria. Mark Twain era un admirador de la isla y del pueblo y vino a menudo a quedarse con amigos hasta su muerte en 1910.

El encantador Port Fairy, un antiguo puerto pesquero de la Great Ocean Road, es un lugar para los amantes de la arquitectura. Dentro de sus límites se pueden encontrar casitas del siglo XIX e impresionantes casas de comerciantes de estilo georgiano. También es conocida por tener uno de los mejores campos de golf del mundo. 

Situado en la Costa Brava española, Cadaqués es famoso por ser el lugar de veraneo de Salvador Dalí. Es un pueblo desenfadado, con casas encaladas que brillan frente al mar cobalto y sus playas. El ambiente bohemio sinónimo de Dalí y sus contemporáneos, como Federico García Lorca, sigue muy presente en la vibrante vida cultural del pueblo. Suelen celebrarse innumerables ferias, desfiles y festivales a lo largo del año, como el Festival Internacional de Música y la Semana Cultural de Cadaqués.

La romántica ciudad costera de Rockport, en Massachusetts, situada en Cape Ann, está rodeada de hermosas playas y es hogar del famoso el Motif Number 1, una cabaña roja de pescadores considerada a menudo como el edificio más pintado de Estados Unidos. La calle principal de la ciudad tiene de todo, desde extravagantes galerías de arte hasta un estudio de cerámica y tiendas de regalos, pero una de sus tiendas más reconocidas es Tuck's Candies, con sus famosos caramelos de agua salada.

Ittoqqortoormiit, un remoto asentamiento que a menudo se considera el fin del mundo, está formado por una mezcolanza de casas arco iris. Este pueblecito está situado en la costa oriental de Groenlandia, abrazado por montañas coronadas de nieve y rodeado de hielo marino (que sus 350 habitantes utilizan para cazar). El helicóptero es la única vía de entrada y salida de este puesto avanzado del Ártico durante la mayor parte del año, aunque un barco viene dos veces al año a dejar suministros.

No es difícil entender por qué el pintoresco puerto de Honfleur, bordeado de estrechas casas con fachadas de roca de pizarra que datan de los siglos XVI, XVII y XVIII, fue tan apreciado por pintores impresionistas como Claude Monet. Situado en la región de Calvados, al norte de Francia, este puerto tan bonito parece una postal, pero cobra vida gracias a los mercadillos, cafés y restaurantes que se encuentran en sus laberínticas calles.

Esta encantadora ciudad irlandesa, antaño llamada Queenstown, es conocida por sus coloridas casas adosadas y la ornamentada catedral de San Colman que domina el horizonte. Pero lo que realmente la ha catapultado a la fama es que fue el último puerto que visitó el Titanic en 1912, antes de su viaje por el Atlántico. Hoy, la antigua oficina de billetes de la White Star Line se ha convertido en Titanic Experience, un museo interactivo que cuenta la historia del fatal viaje del Titanic. La ciudad también destaca en la historia por ser el punto de partida de 2.5 millones de irlandeses que emigraron a Norteamérica a principios del siglo XX.

Esta ciudad medieval amurallada de Pembrokeshire era el lugar favorito de los victorianos y georgianos que buscaban darse un baño en sus aguas, y su popularidad ha perdurado. Desde sus serpenteantes calles adoquinadas y su pequeño y bullicioso puerto hasta las casas de colores pastel de su paseo marítimo y sus hermosas playas, Dinbych y Pysgod (como se llama en galés) tiene encanto costero a raudales. 

Paternoster, uno de los pueblos pesqueros más antiguos de la costa oeste de Sudáfrica, es increíblemente cautivadora, con sus casitas de pescadores y su extraordinario litoral de acantilados escarpados, rocas blancas y arena inmaculada. Es un lugar importante para la industria de langosta de la Costa Oeste, aunque los pescadores locales también se dedican a la pesca con caña a pequeña escala y a la pesca con red de cangrejos de río. No es de extrañar, pues, que sea elogiada como el mejor destino para degustar unas deliciosas cangrejos de río y papas fritas de toda la Costa Oeste.

El bello pueblo de Percé está situado en el extremo oriental de la península de Gaspé. Es un popular lugar de veraneo, y en el centro hay muchas cosas para entretenerse, pero el verdadero atractivo tiene que ser su proximidad a algunas maravillas naturales. Decenas de miles de alcatraces boreales acuden a la isla Bonaventure, justo frente a la costa de Percé, y también está el impresionante arco de Percé Rock, un imponente monolito de 433 m (1420 ft) de longitud que se eleva desde el océano.

Encaramada en una ladera con vistas al océano Atlántico, la Marina da Quinta Grande de Madeira es una ciudad de ensueño. Sus casas color pastel terminadas con tejados de terracota están bellamente dispuestas en una ladera que desciende hasta un pintoresco puerto. Situada cerca del extremo oriental de la isla, esta marina está cerca de la Ponta de São Lourenço, una reserva natural con varios senderos que conducen a unos preciosos miradores.

Evocando la atmósfera de una isla griega, la ciudad tunecina de Sidi Bou Said, es mucho menos transitada que sus semejantes, pero es igualmente exquisita. Sus edificios de piedra blanca y azul cobalto como el mar y el cielo han logrado qué la ciudad haya atraído durante mucho tiempo a visitantes y artistas. 

En las aguas del bonito puerto de Neuharlingersiel se balancean barcos de colores brillantes, conocidos como cúteres, una de las muchas atracciones de este pueblo pesquero de la Baja Sajonia. Desde aquí, los viajeros suelen coger un ferry a las cercanas Islas Frisias Orientales, una cadena de islas en el Mar de Frisia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y un popular destino de vacaciones gracias a sus costas arenosas y sus enriquecedoras tradiciones.

Una de las ciudades más encantadoras de Islandia, la pintoresca ciudad de Húsavík, está situada en el extremo norte de la isla. Es un pueblo pesquero con poco más de 2,000 habitantes, que se ha convertido en un centro de avistamiento de ballenas en Islandia debido a la gran variedad de especies de ballenas que entran con frecuencia en la bahía. Una de las características más notables de la ciudad es su colorida iglesia de madera Húsavíkurkirkja, pero más recientemente ha acaparado la atención como una de las ubicaciones clave de la película de Netflix, Eurovisión: La historia de Fire Saga.

La ciudad de Procida abarca toda la isla de la que toma su nombre. Es la isla más pequeña y encantadora del golfo de Nápoles, y tiene la ventaja de evitar el clamor de turistas que normalmente acuden en masa a las islas vecinas, como Capri. En la orilla del mar hay docenas de casas en deslumbrantes tonos rosas, azules, amarillos, etc., cuya pintura descascarillada contribuye a ese maravilloso encanto italiano que todos amamos.

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