16 destinos fascinantes que han sido retomados por los animales
Aquí reinan los animales
Los seres humanos han encontrado formas de habitar casi todos los rincones del planeta, pero hay algunos lugares sorprendentes donde los animales han reclamado el mando. Algunos han sido tomados por especies invasoras, causando estragos en los ecosistemas locales, pero otros son simplemente parte de la vida local. Desde islas en las que abundan cangrejos rojos hasta ciudades invadidas por traviesos babuinos y bosques llenos de ponis y jabalíes en libertad, echamos un vistazo a algunos de los lugares del mundo donde las criaturas, grandes y pequeñas, son las protagonistas.
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Traducido al español por María J. Arabia, Editora de Sindicación en Español para loveEXPLORING.
Gatos, Isla de Tashirojima, Japón
Los gatos son reyes y reinas en esta diminuta isla pesquera, conocida extraoficialmente como Isla de los Gatos, que se encuentra frente a la costa del centro de la ciudad de Ishinomaki, en la prefectura de Miyagi. Con un centenar de habitantes y varios cientos de gatos, los animales semisalvajes superan con creces en número a las personas y, como resultado, gozan de la buena vida. Los lugareños creen que traen buena suerte, por lo que los mantienen bien alimentados, cuidados y acariciados.
Gatos, Isla de Tashirojima, Japón
Traídos originalmente para ayudar a controlar las plagas en las granjas de gusanos de seda de la isla, la población de gatos se multiplicó mientras los isleños disminuían. Encontrarás felinos por todas partes, pero muchos se congregan en torno al puerto de Nitoda, en el sureste de la isla, acaparando toda la atención. Una parada obligatoria para los amantes de los felinos es una visita a un pequeño y simpático santuario, del tamaño de un gato, que se encuentra a mitad de camino entre Nitoda y el pueblo de Odomari. Este fue dedicado a uno de los peludos lugareños que tristemente perdió la vida gracias a la caída de una roca.
Conejos, Isla de Okunoshima, Japón
Esta es otra isla japonesa habitada por seres peludos. La hermosa isla alberga cientos de conejitos peludos en libertad. Forma parte del pintoresco Parque Nacional del Mar Interior de Seto, frente a la costa de la prefectura de Hiroshima, y está a 20 minutos en ferry de Tadanoumi. Casi como en una película animada, una vez te bajes del barco en este puerto verás a los conejos salvajes saltar hacia ti.
Conejos, Isla de Okunoshima, Japón
Cómo llegaron a vivir aquí los conejos es un misterio: una teoría dice que fueron el resultado de la liberación de una colonia de conejos de prueba, ya que la isla fue un campo de pruebas de veneno entre 1929 y 1945 por el ejército japonés. Otra dice que se multiplicaron después de que algunos estudiantes liberaran a sus mascotas en la naturaleza. En cualquier caso, sin depredadores naturales, prosperaron y ahora miles de ellos viven aquí. Son un gran éxito entre los visitantes que hacen el viaje especialmente para jugar con ellos.
Ciervo sika, isla de Miyajima, Japón
¿No te gustan los animales pequeños? ¿Qué te parecen los ciervos? Los gráciles ciervos sika pueden encontrarse por toda Miyajima, una isla sagrada que está a un corto trayecto en ferry de la ciudad de Hiroshima. En la religión sintoísta, se cree que estos ciervos son los mensajeros de Dios y que han vagado por la isla montañosa durante miles de años. Son muy tiernos y super amigables, aunque está prohibido darles de comer.
Ciervo sika, isla de Miyajima, Japón
Algunos ciervos aún viven en las montañas, pero muchos deambulan por las calles y los templos, y también les gusta holgazanear en la playa. Y aunque sin duda son lo más tierno que encontrarás en la isla no son la única atracción que hacen de esta isla un destino extraordinario. La bonita Miyajima alberga numerosos templos y santuarios budistas y sintoístas, incluido el famoso santuario de Itsukushima, del siglo VI, y sus impresionantes puertas torii que se elevan majestuosamente sobre el mar.
Caballos salvajes, Isla Assateague, EE.UU.
Navega en kayak o haz un crucero en barco por esta isla de 60 km (37 millas) de longitud, situada frente a las costas de Maryland y Virginia, y tendrás la oportunidad de avistar los caballos salvajes que viven aquí desde hace cientos de años. Aquí, los caballos corretean libremente por las playas, ciénagas y pinares en busca de comida. El folclore local sugiere que los caballos salvajes llegaron nadando a la costa tras el naufragio de un carguero español o que los trajeron los primeros colonos. Sin embargo, es más probable que los caballos sean descendientes de los que fueron traídos a la isla a finales del siglo XVII para que sus propietarios continentales pudieran evitar las leyes de cercamiento y los impuestos.
Caballos salvajes, Isla Assateague, EE.UU.
La isla habitada se divide entre los dos estados. Una vez al año, en la parte de Virginia, normalmente a finales de julio, los voluntarios del cuerpo de bomberos local reúnen a los caballos y los llevan a nado a través del canal hasta la cercana isla de Chincoteague, donde subastan a los potros y las crías de un año. El acontecimiento, que se celebra desde 1925 y atrae a grandes multitudes, tiene por objeto controlar el número de caballos salvajes en Assateague y proteger la frágil ecología de la isla.
Gallinas salvajes, Hawái, EE.UU.
Las gallinas y gallos salvajes que se pavonean por aparcamientos, playas y carreteras como si fueran los dueños del lugar son un espectáculo habitual en la isla hawaiana de Kauai. Se cree que la población de gallinas silvestres de Kauai floreció después de que los huracanes destruyeran los gallineros y dejaran libres a las gallinas domésticas, que se encontraron y reprodujeron con la gallina selvática polinesia. Como no hay depredadores que las mantengan a raya, estas gallinas literalmente gobiernan el gallinero.
Gallinas salvajes, Hawái, EE.UU.
Las aves de corral se han convertido en una curiosidad para los turistas, pero también son una molestia para los lugareños por su tendencia a cacarear a horas inoportunas, picotear los contenedores de basura, desenterrar los jardines y entorpecer el tráfico. Este comportamiento descarado también incluye entrar a restaurantes y hoteles donde se dedican a picotear alrededor de los comensales.
Ponis de New Forest, Hampshire, Reino Unido
Para los habitantes de New Forest, una bonita zona rural de Hampshire, ver un poni pasar frente a la ventana no es nada extraño. Estos animales semisalvajes llevan 2,000 años vagando por estas tierras. Son propiedad de algunos "plebeyos", término que data de cuando Guillermo I creó por primera vez el bosque de New Forest en 1079, pero deambulan por los páramos abiertos y los bosques antiguos como si fueran salvajes, hasta que se dan los rodeos anuales en verano y otoño.
Ponis de New Forest, Hampshire, Reino Unido
Vayas donde vayas en New Forest, verás trotar a estas hermosas bestias. Suelen ser de color zaino y castaño, y su raza es única en la zona. Tienen derecho de paso y el tráfico está restringido a 64 km/h (40 millas por hora) en las carreteras que no se encuentren cercadas. Además de unos 3,000 ponis, también se pueden ver vacas y burros sueltos deambulando por las carreteras. Los pueblos de Beaulieu, Brockenhurst y Burley son algunos de los mejores lugares para avistar a estos fascinantes lugareños de orejas largas.
Babuinos, Ciudad del Cabo, Sudáfrica
La increíble fauna salvaje está por todas partes en Sudáfrica, incluso en las zonas urbanas. Desde el bosque de Tokai, en los suburbios del sur de Ciudad del Cabo, hasta Simon's Town y Cape Point, en la península del Cabo, grandes grupos de babuinos Chacma viven junto a los humanos. Demasiado cerca para la comodidad de algunos residentes, que han denunciado bandas de babuinos que hurgan en los contenedores, roban paquetes y bolsas de compra e incluso saquean restaurantes y cafeterías locales.
Babuinos, Ciudad del Cabo, Sudáfrica
Uno de los mejores lugares para verlos es la espectacular reserva natural de Cape Point, donde a menudo se puede ver a estos primates protegidos tumbados en los techos de los coches o merodeando por las playas, buscando saltamontes y mariscos para darse un festín. También les gusta asaltar los picnics, así que, si vas a comer al aire libre, ten cuidado.
Cerdos salvajes, Big Major Cay, Bahamas
¿Has nadado alguna vez con tortugas, delfines y mantarrayas? ¿Qué tal un chapuzón con cerdos? En Big Major Cay, en las Bahamas, puedes remar junto a los simpáticos cerdos salvajes que han hecho de esta idílica isla deshabitada su hogar. No se sabe a ciencia cierta cómo llegaron a establecerse aquí. Algunos dicen que fueron abandonados en la isla por marineros que planeaban volver para comérselos o que nadaron hasta la orilla tras un naufragio.
Cerdos salvajes, Big Major Cay, Bahamas
La población de unos 20 cerdos se ha convertido en una atracción turística y estos se regodean de la atención, saliendo a saludar a los turistas cuando llegan en barco. Husmean con la esperanza de comer algo sabroso, pero se recomienda no darles de comer.
Jabalí, Bosque de Dean, Inglaterra
Si visitas este mágico territorio, tendrás muchas posibilidades de ver un jabalí en esta zona de bosque antiguo que se ubica en la frontera entre Inglaterra y Gales. Cazados hasta su extinción hace unos 300 años, volvieron a vivir en el Bosque de Dean después de que algunos escaparan de una granja de jabalíes y corrieran hacia el bosque en la década de 1990 y se soltaran ilegalmente más a principios de la década de 2000. El bosque tiene ahora la mayor población de jabalíes de Inglaterra, y sigue en aumento.
Jabalí, Bosque de Dean, Inglaterra
Aunque algunas personas se alegran de volver a ver a los poderosos cerdos deambulando libremente por el bosque, a muchos residentes no les gusta su comportamiento grosero. Estas criaturas asilvestradas pueden causar estragos en jardines, parques y campos de deportes de las ciudades de la zona, y han sido la causa de accidentes de tráfico y de ataques mortales a perros. Incluso se ha propuesto que se debe realizar un controvertido sacrificio para controlar su número, pero esto también ha recibido muchas críticas.
Cangrejos de tierra, Isla de Navidad
Esta diminuta isla cercana a Java alberga millones de cangrejos de color rojo brillante. La mayor parte del año son difíciles de ver, pero visítala durante la migración anual y los verás por todas partes. Al principio de la estación húmeda (normalmente en octubre o noviembre), los cangrejos terrestres de la isla se desplazan en masa del bosque a la costa para reproducirse y liberar sus huevos en el mar. La isla está literalmente cubierta de enjambres de estos crustáceos nativos.
Cangrejos de tierra, Isla de Navidad
El territorio australiano alberga 14 especies de cangrejos terrestres, pero son estos crustáceos de color rojo brillante son los más famosos. Viven en lugares sombreados de la selva tropical de la isla, se alimentan de hojas, semillas y frutos y viven en madrigueras hasta su marcha anual. Se han instalado barreras, túneles y puentes especiales para canalizarlos con seguridad hasta la orilla del mar. Ver a los cangrejos desplazarse por la isla se ha convertido en una atracción turística supremamente popular.
Focas peleteras, Isla de las Focas, Bahía False, Sudáfrica
Aunque "isla" es un término un poco generoso para lo que es en realidad un afloramiento rocoso frente a la costa de Ciudad del Cabo, este lugar tiene sin duda una población vibrante: aproximadamente 64,000 focas peleteras viven aquí. Sin vegetación ni rastros humanos, salvo los restos de una estructura de radar de la Segunda Guerra Mundial, las focas tienen la isla para ellas solas, lo que les encanta.
Focas peleteras, Isla de las Focas, Bahía False, Sudáfrica
Sin embargo, a donde van las focas, las siguen los tiburones. Todos los años llegan miles de tiburones blancos, que rodean la isla en lo que se conoce como "el anillo de la muerte", haciendo muy difícil que las focas salgan a cazar para alimentarse.
Serpiente cabeza de lanza dorada, Isla de la Serpiente, Brasil
Si le tiernes fobia a las serpientes, ¡cuidado! Esta isla de 110 acres situada frente a la costa de Brasil, llamada Ilha da Queimada Grande – más conocida como la "isla de las serpientes", alberga un increíble número serpientes cabeza de lanza dorada, una de las serpientes venenosas más mortíferas del mundo. A pesar del gran número que hay en la isla, las serpientes están en peligro crítico de extinción, y sobreviven únicamente con una dieta de aves.
Serpiente cabeza de lanza dorada, Isla de la Serpiente, Brasil
Se calcula que la población de serpientes oscila entre una y cinco por metro cuadrado, lo que significa que cualquiera que ponga un pie en la isla estará generalmente a menos de un metro de una serpiente mortal en todo momento. Sobra decir que la isla no es un destino turístico popular; de hecho, está cerrada al público para proteger tanto a las personas como a las serpientes, la única excepción es para quienes realizan expediciones de investigación selectas.
Hipopótamos de la Hacienda Nápoles, Puerto Triunfo, Colombia
En la ciudad de Puerto Triunfo, Colombia, los hipopótamos han tomado verdaderamente el control. Los hipopótamos son descendientes directos de cuatro animales que formaban parte de la colección privada del famoso narcotraficante Pablo Escobar en su lujosa Hacienda Nápoles. Cuando Escobar fue asesinado, la mayoría de sus animales exóticos fueron realojados, pero sus hipopótamos resultaron demasiado difíciles y caros de transportar y fueron abandonados a su suerte.
Hipopótamos de la Hacienda Nápoles, Puerto Triunfo, Colombia
Puerto Triunfo alberga ahora la mayor población de estos animales fuera de África. Los expertos han calculado que hay entre 130 y 160, un número que no hará sino aumentar, ya que los hipopótamos no tienen depredadores naturales. Y, aunque los llamados "hipopótamos de la cocaína" han demostrado ser una atracción turística popular, también son una especie invasora que está causando estragos en el ecosistema local. Se ha anunciado un programa gubernamental para controlar la población mediante una mezcla de esterilización, traslado a otros países y posiblemente eutanasia.
Macacos de Berbería, Gibraltar
Gibraltar es mundialmente conocido por el enorme peñón de piedra caliza que domina su horizonte, pero podría decirse que es casi igual de famoso por las tribus de macacos de Berbería que han sido durante mucho tiempo los autoproclamados reyes de la roca. Nadie sabe a ciencia cierta cómo llegó la gran población de macacos a este lugar, de hecho, una teoría bastante extravagante sostiene que viajaron a través de un túnel subterráneo bajo el Estrecho de Gibraltar desde su hogar ancestral en el norte de África.
Macacos de Berbería, Gibraltar
Sea cual sea su origen, los macacos forman parte de la cultura gibraltareña actual. Aunque a los turistas les parezcan bonitos y cariñosos, los lugareños saben que pueden ser traviesos, enérgicos y agresivos cuando se les provoca, y es ilegal tocarlos o darles de comer. Son bien conocidos por arrebatar accesorios y bolsos a los transeúntes, sobre todo cuando creen que puede haber aperitivos dentro.
Aves, Isla Runde, Noruega
Conocida coloquialmente como la "isla de los pájaros", la isla de Runde, en Noruega, alberga una población de entre 500,000 y 700,000 aves marinas en plena temporada de anidamiento, incluidas 100,000 parejas de frailecillos y grandes bandadas de cormoranes moñudos, alcatraces y grandes skúas. De hecho, la isla cuenta con la mayor variedad de aves marinas de Noruega con más de 230 especies registradas.
Aves, Isla Runde, Noruega
Los pájaros comparten la isla con 113 personas, que ya deben estar acostumbradas a tener una ligera capa de plumas sobre la mayor parte de la isla durante gran parte del año. Las aves son también una importante atracción turística, sobre todo durante la temporada de anidamiento: muchos observadores de aves viajan de todo el mundo para ver a las aves prepararse para dar vida a la siguiente generación entre las rocas y acantilados de la isla.
Ovejas, Nueva Zelanda
Puede sonar extremo decir que todo un país ha sido tomado por una especie animal, pero las estadísticas de 2022 muestran que la población de ovejas de Nueva Zelanda supera en cinco a uno a su población humana. De hecho, la proporción de ovejas por persona en Nueva Zelanda solía ser incluso mayor: alcanzó un máximo histórico en 1982, con la asombrosa cifra de 22 ovejas por persona.
Ovejas, Nueva Zelanda
La sísmica población de ovejas del país es el resultado de su industria ganadera ovina, que durante mucho tiempo fue la columna vertebral de la economía del país. De hecho, esta actual "caída" de la población representa el número más bajo de ovejas que ha registrado el país desde la Segunda Guerra Mundial. Dicho esto, estos lanudos ciudadanos siguen encontrándose en todas partes, deambulando con frecuencia por los pueblos y bloqueando el tráfico.
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