¿Sabías que hay al menos 1.350 volcanes activos en el mundo y que cada día se producen unas 20 erupciones volcánicas? Aunque muchos están ocultos en las profundidades del océano, la mayoría se concentran en los bordes de la placa del Pacífico, en una zona en forma de herradura conocida como el Anillo de Fuego. De vez en cuando, en tierra firme, se producen violentas explosiones de humo, ceniza y lava.
Sigue leyendo para descubrir cuáles son los volcanes más activos de los últimos años, incluida la erupción del Etna a principios de junio…
Adaptado al español por Ana Niño, Redactora en español para loveEXPLORING.
El Etna, el volcán activo más alto de Europa, es un magnífico punto de referencia en la isla italiana de Sicilia. El Etna está casi continuamente activo y, en realidad, es una serie de estratovolcanes anidados —volcanes cónicos formados por capas de lava y ceniza) —con cuatro cráteres distintivos en la cima.
En febrero de 2021, las autoridades cerraron temporalmente el aeropuerto de Catania, ya que el Etna estaba lanzando cenizas y pequeñas piedras a la atmósfera. Estas erupciones pueden hacer que el volcán más alto de Europa sea aún más alto: solo en un periodo de seis meses en 2021, aumentó casi 30 metros de altura.
En 2021 se registraron unos 50 episodios de actividad, y el Gobierno regional de Sicilia calculó que se retiraron más de 300.000 toneladas de cenizas. La actividad no se detuvo en 2022, 2023 y 2024. En febrero de 2022, una nube volcánica cubrió de cenizas la histórica ciudad portuaria de Catania. El 2 de junio de 2025, el Etna volvió a entrar en erupción, lanzando enormes nubes de ceniza y provocando la huida de los turistas montaña abajo.
El Láscar, el volcán más activo del norte de los Andes chilenos, es un estratovolcán formado por seis cráteres superpuestos, con una cima de 5.591 metros. Este imponente pico ha sufrido frecuentes erupciones de intensidad entre leve y moderada a lo largo de los últimos siglos, pero no había tenido una erupción importante en casi 30 años. El 11 de diciembre de 2022, el volcán volvió a la vida con un estruendo, lanzando una columna de ceniza y humo a unos 6.096 metros de altura.
La erupción fue seguida de actividad sísmica, lo que llevó al Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile a elevar el nivel de alerta del volcán a “Amarillo” y, posteriormente, a “Naranja”, es decir, más grave. El perímetro de seguridad de 5 kilómetros alrededor del volcán se duplicó posteriormente a 10, pero este siguió rugiendo sin más. La erupción del volcán en 1993 fue tan violenta que se informó de la presencia de cenizas a 1.496 kilómetros de distancia, en la capital argentina, Buenos Aires.
Situado en una isla frente a la costa sur de Sicilia, el Estrómboli está considerado uno de los volcanes más activos de la Tierra y lleva en erupción casi continuamente desde 1932, lo que le ha valido el sobrenombre de “faro del Mediterráneo”. Se eleva 924 metros sobre el nivel del mar y sus erupciones suelen ser pequeñas y leves.
Sin embargo, una explosión en octubre de 2022 fue todo menos leve: de hecho, provocó el derrumbe parcial del material volcánico del borde del cráter, lo que provocó una señal sísmica de tres minutos de duración. Los vídeos publicados por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia muestran enormes columnas de humo y lava saliendo de la cima. Afortunadamente, nadie resultó herido por el suceso, aunque lamentablemente un turista murió en una erupción aquí en 2019.
El monte Semeru, un volcán de 3.675 metros situado en Java, la isla más poblada de Indonesia, está activo desde 1967 y es considerado extremadamente peligroso. El volcán ha permanecido en erupción, al menos de forma parcial, desde 2014. El 4 de diciembre de 2021 una gran nube provocó una lluvia de cenizas, flujos piroclásticos —avalanchas ardientes de gas, ceniza y rocas a gran velocidad— y riadas de lodo que causaron la muerte de al menos 34 personas. Según el director de la agencia geológica de Indonesia, la erupción se debió a las fuertes lluvias que cayeron sobre el borde del cráter del Semeru, lo que provocó su derrumbe parcial.
Las calles del pueblo se llenaron de cenizas y barro, los coches y los edificios quedaron destruidos y los equipos de rescate buscaban a los desaparecidos mientras el Semeru seguía arrojando cenizas y lava al cielo. Entre el 16 y el 31 de diciembre se registraron once flujos piroclásticos más. Hasta 10.000 personas fueron desplazadas de la zona y trasladadas a centros de evacuación. Algunas nunca volverían a sus hogares, lamentablemente.
En 2010, los locutores de todo el mundo tuvieron dificultades para pronunciar el nombre del volcán glaciar islandés que paralizó el tráfico aéreo en Europa. El Eyjafjallajökull arrojó enormes nubes de ceniza que permanecieron en el aire durante más de seis días e hicieron casi imposible el transporte aéreo en toda Europa.
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Aunque resulta terriblemente peligroso caminar sobre la capa de hielo que cubre la caldera del volcán, la erupción de 2010 no fue especialmente violenta. Esto hace que muchos excursionistas se animen a recorrer la ruta de senderismo de 25 kilómetros por la cresta de Fimmvörðuháls. El sendero serpentea entre los glaciares Eyjafjallajökull y Mýrdalsjökull, e incluye los cráteres y ríos de lava creados en aquella erupción, formando un paisaje tan intimidante como hermoso.
Una de las mayores erupciones volcánicas de la historia tuvo lugar en 1883 en el estrecho de Sonda, entre las islas de Java y Sumatra. La isla de Krakatoa quedó destruida y una nube de cenizas alcanzó la atmósfera y dio la vuelta al mundo. Anak Krakatoa, que significa “hijo del Krakatoa”, es un volcán de cono de ceniza formado dentro de la caldera original. Surgió en 1927 y, al ser un volcán joven, despierta un enorme interés entre los científicos.
Desde finales del siglo XX, ha habido actividad volcánica esporádica en Anak Krakatoa, incluso en 2010 (en la imagen) y, en junio de 2018, se observó una nueva fase más eruptiva. En diciembre entró en erupción: una gran parte del volcán se derrumbó y provocó un tsunami que causó la muerte de 426 personas y más de 7.000 heridos. Desde entonces ha habido más erupciones de menor intensidad.
Este volcán se encuentra en el sureste de la Isla Grande de Hawái y es considerado el más activo del mundo. Su cráter más activo es el Halema‘uma‘u que, según la tradición, es el hogar de Pele, la diosa hawaiana del fuego. Han pasado más de 200 años desde sus últimas erupciones realmente explosivas —en 1790 causaron decenas de muertes— y, en los últimos años, la actividad se ha concentrado en el lago de lava dentro del cráter.
Esto cambió en 2018, cuando una serie de erupciones entre mayo y agosto devastaron zonas residenciales en la zona del Lower East Rift, y la lava fundida se vertió en el océano en la bahía de Kapoho. Desde entonces, el volcán ha estado activo de forma esporádica, con erupciones violentas que se prolongaron desde finales de 2024 hasta 2025.
A solo 48 kilómetros de la costa de la Isla Norte de Nueva Zelanda, en la bahía de Plenty, se encuentra la Isla Blanca (Whakaari en lengua maorí), una isla volcánica activa que expulsa constantes nubes de vapor. Aproximadamente el 70% de su estructura está bajo el nivel del mar, por lo que lo visible corresponde a la cima y al lago del cráter. El tono amarillento de la roca se debe a los depósitos de azufre.
Lo que en su día fue un popular destino de excursiones de un día ya no es accesible, ya que en 2019 la Isla Blanca sufrió una gran erupción en la que murieron 22 personas, en su mayoría turistas. Fue el desastre volcánico más mortífero de Nueva Zelanda desde la erupción del monte Tarawera en 1886. Desde entonces, la actividad volcánica se ha reducido a emisiones de gas blanco y vapor, aunque los expertos advierten de que podría volver a entrar en erupción.
Situado en el norte de Sumatra, a lo largo del Anillo de Fuego, el monte Sinabung, de 2.600 metros de altura, había permanecido inactivo durante más de 400 años antes de romper su silencio en 2010. Desde entonces, se han producido varias explosiones importantes y, en 2014, 16 personas murieron después de que las autoridades permitieran a los residentes evacuados regresar a sus hogares prematuramente.
El 2 de marzo de 2021, el temible volcán arrojó una enorme nube de ceniza que alcanzó los 5 kilómetros de altura, su primera erupción importante desde el mes de agosto anterior, cuando se le asignó el segundo nivel de alerta más alto. La actividad continuó de abril a junio y luego de nuevo en agosto y septiembre, cuando se observaron columnas de gas y vapor, así como avalanchas de lava. La actividad volcánica se reanudó brevemente en mayo de 2022.
Situada a unos 226 kilómetros de Mauricio, la isla de Reunión alberga el volcán Piton de la Fournaise (en español, Pico del Horno) que, con 2.631 metros, es el más alto del océano Índico. Es la atracción más visitada de Reunión y también uno de los volcanes más activos del mundo, con una erupción media cada nueve meses.
El volcán entró en erupción de forma esporádica a lo largo de 2021, 2022 y 2023. Estas erupciones rara vez fueron explosivas y, por lo general, no causaron daños significativos a la propiedad o a la infraestructura local, pero las carreteras cercanas al volcán son periódicamente engullidas por lentos flujos de lava y tienen que ser reconstruidas una vez que la lava se enfría.
El cielo normalmente despejado de la isla de San Vicente y sus vecinos caribeños se tiñó de un gris turbio cuando La Soufrière entró en erupción el 9 de abril de 2021. Fue la primera actividad del volcán en 40 años y solo la quinta gran erupción desde que se tienen registros, en 1718. La nube de ceniza alcanzó los 6.096 metros y provocó la evacuación de los residentes de la zona más cercana.
Un fuerte olor a azufre envolvió la isla, mientras que la nube de ceniza provocó que un manto gris y lúgubre se cerniera sobre San Vicente y las Granadinas y la vecina Barbados (en la imagen), a unos 193 kilómetros al este. Dos erupciones más a lo largo del día 9 de abril aumentaron la mala visibilidad. No se registraron víctimas, pero se evacuó a unas 20.000 personas y pasaron meses antes de que algunas pudieran regresar a sus hogares.
El Pacaya es uno de los volcanes más activos de Guatemala, situado a unos 50 kilómetros al sur de la capital, Ciudad de Guatemala. A pesar de su intensa actividad, su cima de 2.552 metros es un destino muy popular entre los excursionistas cuando es seguro visitarlo, aunque no siempre lo es.
En mayo de 2010, dos habitantes de la zona y un periodista murieron y unas 100 casas quedaron destruidas cuando el gigante guatemalteco arrojó lava, rocas y escombros. En 2020 y 2021 también se registraron episodios importantes, cuando las erupciones se calificaron de “estrombolianas”, llamadas así por el volcán Estrómboli en Italia, es decir, explosiones moderadas que lanzan bombas de lava y cenizas incandescentes.
El Parque Nacional de Virunga, de 7.740 kilómetros cuadrados, en la República Democrática del Congo, alberga una cuarta parte de los gorilas de montaña en peligro crítico de extinción del mundo. En la cima del monte Nyiragongo se encuentra el lago de lava más grande del mundo: un lago de fuego rojo fundido en constante movimiento. La inusual fluidez de la lava lo hace aún más peligroso para las personas que viven debajo: más de 200 murieron y 120.000 quedaron sin hogar en una devastadora erupción en 2002, cuando la lava basáltica se derramó sobre la ciudad de Goma a 60 km/h.
El 22 de mayo de 2021, el Nyiragongo volvió a entrar en erupción de forma repentina, esta vez cobrándose la vida de al menos 31 personas. Médicos Sin Fronteras (MSF) informó que alrededor de 500.000 personas se quedaron sin agua potable, en parte como consecuencia de los daños sufridos por las tuberías y las reservas de agua durante la erupción. Miles de familias fueron evacuadas a campamentos improvisados y muchas no pudieron regresar a sus hogares durante meses después de la catástrofe.
La Palma, una de las islas Canarias de España, frente a la costa noroeste de África, es famosa por su paisaje volcánico. El Cumbre Vieja es normalmente una de las principales atracciones para el senderismo, pero en septiembre de 2021 el volcán entró en erupción por primera vez desde 1971, lanzando lava al aire y por las laderas.
Alrededor de 3.000 edificios quedaron destruidos y más de 5.500 hectáreas de tierra se vieron afectadas, incluidas plantaciones de plátanos vitales para la economía de la isla. Un total de 6.000 personas fueron evacuadas temporalmente mientras ríos de lava fundida fluían hacia el océano.
Los científicos estimaron que el volcán emitió más del doble de roca fundida que en 1971. Las emisiones de azufre y dióxido de carbono tiñeron el cráter de amarillo, naranja y blanco. La actividad volcánica duró 85 días y fue considerada la erupción más devastadora de Europa en 80 años, aunque, a pesar de los enormes daños materiales, afortunadamente no causó directamente ninguna víctima mortal ni heridos.
Tras permanecer inactivo durante más de tres décadas, en mayo de 2015 el volcán Wolf, en el archipiélago de las Galápagos, lanzó nubes de ceniza y rastro de lava a sus alrededores. Afortunadamente, el volcán se encuentra lejos del principal núcleo de población de la isla, y la lava fluyó hacia el este y el sureste, en lugar de hacia la ladera norte, donde habitan iguanas rosas y tortugas gigantes, especies muy poco comunes.
El volcán volvió a entrar en erupción en enero de 2022, cuando una colosal nube de ceniza se elevó más de 3.792 metros sobre el nivel del mar. Afortunadamente, nadie resultó herido en la erupción, aunque ocho personas que trabajaban en la zona fueron evacuadas. Impresionantes imágenes aéreas captaron un río de lava naranja brillante que se deslizaba lentamente hacia el océano.
Esta foto es una captura de un vídeo publicado por la NASA cuando una pequeña isla deshabitada del Pacífico Sur conocida como Hunga Tonga-Hunga Ha‘apai —originalmente dos islas que se unieron en 2015 tras una erupción que formó tierra nueva entre ellas— fue arrasada por una enorme erupción volcánica. Se sabe muy poco sobre los volcanes que entran en erupción en aguas poco profundas, y los vulcanólogos han estado analizando la extraordinaria potencia de la explosión.
La erupción comenzó a finales de 2021, pero no fue hasta el 15 de enero de 2022 cuando los observadores presenciaron la mayor erupción volcánica del siglo XXI hasta la fecha, con una explosión tan fuerte que se escuchó a 9.656 kilómetros de distancia, en Alaska. Provocó tsunamis en Tonga, Fiyi, Samoa, Vanuatu, Nueva Zelanda, Japón, EE.UU. y Sudamérica, y lanzó gas y cenizas a 56 kilómetros de altura, hasta la mesosfera, a mitad de camino del espacio. Se sabe que al menos tres personas murieron y la isla quedó aislada del mundo durante más de una semana.
El majestuoso monte Merapi, que significa "montaña de fuego", se encuentra en el centro de la isla indonesia de Java. Con una altura de 2.911 metros, ostenta el título, un tanto aterrador, de ser el más activo de los aproximadamente 130 volcanes de Indonesia. En 2010, el volcán sufrió su peor erupción desde 1872, que causó la muerte de unas 350 personas y obligó a 20.000 más a huir de sus hogares.
Tras varias señales de alerta, el volcán entró en erupción en enero de 2021, lanzando columnas de humo y escombros al cielo y provocando evacuaciones locales, antes de volver a hacerlo en agosto y de nuevo en marzo de 2022, cubriendo de ceniza los pueblos cercanos. En marzo de 2023 volvió a entrar en erupción, con una explosión tan violenta que, según se informa, bloqueó el sol, pero afortunadamente no causó víctimas.
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