América del Norte es una región increíblemente biodiversa. Según el último recuento, alberga más de 32.000 especies, que viven en todas partes, desde praderas y desiertos hasta montañas.
Sin embargo, en 2024, un tercio de estos mamíferos, anfibios, reptiles y otros animales corren peligro de extinción, debido al cambio climático, la deforestación e incluso el pastoreo excesivo de animales de granja.
Con los datos más recientes del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), hemos clasificado las 20 especies más amenazadas de Norteamérica, basándonos en por qué están tan en peligro y cuántas quedan en libertad.
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Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveEXPLORING.
La tortuga marina más pequeña del mundo es también la que corre más peligro, pues se calcula que solo quedan 22.341 ejemplares en libertad. Estos diminutos pero poderosos reptiles marinos pueden vivir hasta 50 años, pero ahora están en peligro crítico debido a que quedan atrapadas en capturas accidentales y artes de pesca. También se debe al aumento del nivel del mar que destruye sus hábitats y a la creciente contaminación de los océanos.
La mayoría de las tortugas lora que quedan en Norteamérica se encuentran en el Golfo de México, pero también se han visto en el océano Atlántico, llegando incluso a Canadá.
Otra tortuga mexicana en peligro crítico de extinción es la variedad de caja de Coahuila, de la que se calcula que solo quedan 2.500 ejemplares en la cuenca de Cuatro Ciénegas del país. Pasan el 90% de su tiempo bajo el agua en charcas o humedales, enterradas en barro, para mantener estable su temperatura corporal.
Las tortugas de caja de Coahuila están ahora en la lista roja de especies en peligro de extinción de la UICN debido al drenaje de sus hábitats, la excavación de canales, la urbanización e incluso el comercio ilegal de mascotas.
Siendo el reptil terrestre más grande del mundo, con un peso de hasta 18 kg, se te perdonaría pensar que la tortuga del Bolsón puede defenderse de los depredadores. Pero, por mala suerte, la mayor amenaza para estas majestuosas criaturas son los humanos.
Endémica del desierto de Chihuahua (México), la tortuga del Bolsón está considerada en peligro crítico por la UICN. De hecho, quedan menos de 2.500 ejemplares en libertad. El pastoreo excesivo del ganado y las obras de construcción que han destruido sus hábitats de pastizales son las razones clave por las que su número se ha reducido tan drásticamente en los últimos años.
Una de las pocas historias más positivas de esta lista es que el número de ánades de Laysán está aumentando, según la UICN. Estos patos solo viven en la diminuta isla de Laysán (de unas 365 hectáreas), en Hawái. Cuando se introdujeron los conejos a principios del siglo XX, su número se redujo a solo 11 ejemplares.
Aunque todavía se considera que están en peligro crítico de extinción, y se cree que solo existen entre 500 y 860 ejemplares en estado salvaje, los esfuerzos de conservación han permitido aumentar su número en los últimos años. Con sus plumas marrón chocolate y su característico anillo blanco alrededor de cada ojo, la dieta del ánade de Laysán incluye insectos, larvas, semillas, hojas y algas.
Las ballenas francas glaciales tienen una larga y triste historia, pues llevan siendo cazadas (y sus poblaciones diezmadas) desde el siglo XI. Viven y viajan por la costa este de Norteamérica, alimentándose de pequeños crustáceos como el krill y el zooplancton.
La UICN las considera ahora en peligro crítico de extinción, con solo 200-250 ballenas francas maduras que viven en libertad. Tristemente, este número está disminuyendo y ha caído un 29% desde 2010. ¿La razón clave de este asombroso declive? El cambio climático, que ha obligado a las ballenas a desplazarse de hábitat, lo que significa que entran en contacto más estrecho con buques y artes de pesca peligrosos.
Si no se toman medidas drásticas, se cree que podrían casi extinguirse dentro de 20 años.
Se calcula que quedan menos de 250 sapos de Houston en el este y centro de Texas, donde son una especie autóctona. Estos diminutos anfibios, que solo miden entre 5 y 7 cm de largo, están tan amenazados porque necesitan unas condiciones muy específicas para prosperar: bosques y abundantes arenas profundas donde puedan pasar el verano con seguridad.
Lamentablemente, la urbanización y la deforestación hacen que estas condiciones específicas sean difíciles, o incluso imposibles, de conseguir. Y eso sin contar las amenazas a las que se enfrentan a causa de las hormigas rojas asesinas, las carreteras transitadas, las sequías y los incendios forestales.
Se llaman así por el único lugar del planeta donde se encuentran: el desfiladero de Hickory Nut, un cañón de 22 kilómetros en las montañas Blue Ridge de Carolina del Norte. Solo quedan 249 salamandras verdes Hickory Nut Gorge en estado salvaje, y su número está disminuyendo.
Con solo 5 cm de longitud y unas características manchas verdes que les ayudan a camuflarse entre los árboles, estos llamativos anfibios están amenazados por el rápido desarrollo inmobiliario y turístico de la zona. De hecho, el sur de los Apalaches (la zona donde viven) contiene más especies de salamandras que ningún otro lugar de la Tierra. Sin embargo, el 60% de ellas están amenazadas de extinción.
No se trata de las mascotas populares en todo el mundo, sino la única raza de hurón autóctona de América. Tristemente, solo quedan 206 turones patinegros en Dakota del Sur, Wyoming y Arizona. ¿El culpable de su casi extinción? El sacrificio sistemático de los perritos de las praderas, su principal presa, en el siglo XX.
Esto se debió a la destrucción de las tierras de cultivo por los perritos de las praderas, pero provocó la pérdida de la principal fuente de alimento de los turones patinegros, así como de su principal fuente de refugio: las madrigueras de los perritos de las praderas.
En una nota más positiva, la cría en cautividad de estos turones ha tenido éxito, con 8.000 crías nacidas desde finales de la década de los ochenta.
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Estas diminutas criaturas marinas son únicas tanto por su nombre como por su aspecto. Con seis branquias plumosas a los lados de la cabeza, parecen sonreír constantemente, lo que probablemente explica el floreciente comercio de ajalotes como animal de compañía en el este de Asia.
Sin embargo, su aspecto increíblemente adorable esconde una triste historia. Se calcula que solo quedan entre 50 y 1.000 ajolotes en su hábitat natural, el lago Xochimilco de México. La carrera para salvarlos de la extinción es aún más urgente debido a sus increíbles poderes de regeneración. A los ajolotes, les pueden volver a crecer miembros perdidos, corazones e incluso partes del cerebro, lo que significa que son una parte importante de la investigación científica sobre la regeneración de tejidos humanos.
Pertenecientes a la familia de los buitres, los cóndores de California son un espectáculo digno de contemplar en los cielos del desierto de California, Arizona, Utah y México. Eso si tienes la suerte de avistar uno, ya que se calcula que solo 93 viven en libertad en cifras de 2020.
Con una envergadura de hasta 3 metros, son las aves voladoras más grandes de Norteamérica, y los adultos alcanzan el tamaño de un coche pequeño. ¿Cuál es la historia del dramático declive de estas inconfundibles aves? Envenenamiento por plomo, pérdida de hábitat y caza furtiva histórica. En 1987, la situación era tan grave que los 22 cóndores de California que quedaban en el mundo fueron capturados y puestos en cautividad. Esta drástica medida funcionó, hasta cierto punto, ya que los cóndores liberados en su hábitat natural están creciendo gradualmente en número, dando vida a sus polluelos.
Las marmotas de Vancouver, quizá el animal más mono de esta lista, tienen un pelaje esponjoso de color marrón, una cola tupida y un aspecto increíblemente adorable. Lamentablemente, solo quedan 90 en su hábitat natural, los bosques, montañas y praderas de la isla canadiense de Vancouver.
A medida que la isla crece rápidamente en población, las marmotas se ven amenazadas por la tala, que destruye sus hogares. A su vez, esta facilita que sus depredadores (en concreto, pumas y águilas) lleguen hasta ellas.
El carpintero picomarfil tiene una historia fascinante. Es tan raro de ver que algunos le han apodado como el “Bigfoot de los pájaros”. Su último gran avistamiento fue en 1944. En 2021, estaba a punto de declararse extinto, antes de que unos investigadores, en una búsqueda de tres años, afirmaran haber avistado a este pájaro de cresta roja en el bosque de Luisiana.
El mayor pájaro carpintero de Norteamérica, antaño endémico de los bosques de los estados del sur de Estados Unidos (de Florida a Illinois y de Oklahoma a Texas), fue diezmado por la caza excesiva y la interferencia humana en su hábitat natural.
Este año, la historia del carpintero picomarfil ha dado una vuelta cuando una empresa de biotecnología anunció sus planes de utilizar la clonación para salvar a este pájaro de la extinción.
La rana topo vive en los pantanosos humedales y bosques del Misisipi, pero ahora está clasificada como especie en peligro crítico de extinción. Se calcula que quedan menos de 50 ejemplares, según datos de 2021.
Negros, grises y marrones con el vientre amarillento, estos anfibios verrugosos se defienden lanzando un líquido amargo por el lomo, pero se enfrentan a una letanía de amenazas, como la pérdida de sus hábitats por las enfermedades, los vehículos todoterreno y el aumento de las temperaturas.
El rorcual de Rice es una de las ballenas más raras del mundo, pues solo quedan 26 nadando en su hábitat natural, el Golfo de México. Y lo que es aún más trágico, este minúsculo número está disminuyendo, lo que significa que los rorcuales de Rice se enfrentan a una rápida extinción a menos que se tomen medidas drásticas.
Con más de 12 m de longitud, estos poderosos mamíferos no fueron reconocidos como especie de extinción hasta 2021. Se han visto diezmados por colisiones con embarcaciones, accidentes de pesca y, sobre todo, por el vertido de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon en 2010. En él, el 48% de la población de rorcuales de Rice quedó expuesta a los residuos nocivos.
Se desconoce la población real de sapos de Hot Creek, y con razón, ya que la especie no fue descubierta hasta 2017. Diminutos en número y extremadamente vulnerables a cualquier cambio en sus hábitats, viven en la Gran Cuenca de la Cordillera de Hot Creek, Nevada. Pantanoso y árido, el entorno del sapo de Hot Creek es increíblemente seco y está rodeado de desierto, lo que dificulta su localización y seguimiento.
Las tortugas de almizcle aplanadas, que solo se encuentran en el estado de Alabama, deben su nombre a su característico caparazón plano y a su ornamentada comercialización facial. Habitan en arroyos y ríos de agua dulce y son una especie antigua y prehistórica que data de hace más de 80 millones de años.
Tristemente, esta tortuga ha sido casi extirpada por la degradación del hábitat, habiendo perdido aproximadamente el 90% de sus hábitats adecuados. Por suerte, ahora son una especie protegida por la ley del estado de Alabama. Aunque se desconoce su número exacto, la UICN las considera en peligro crítico.
La tortuga de pantano es la más pequeña de la lista, pues mide unos minúsculos 11,5 cm de largo. Lo que les falta de estatura lo compensan con su longevidad, ya que viven hasta 60 años en estado salvaje, pero ahora están gravemente amenazadas como consecuencia de la expansión urbana y la fragmentación de su hábitat de humedales, aunque se desconocen las poblaciones actuales.
Curiosamente, las tortugas de pantano de Estados Unidos se dividen en dos poblaciones distintas: una en el norte y otra en el sur, y solo la primera está reconocida como amenazada por la Ley de Especies en Peligro de 1997.
Nos adentramos ahora en territorio seriamente raro, tan raro que se sabe muy poco de la salamandra de Georgetown, descubierta solo en el año 2000. Está excepcionalmente en peligro y considerada en peligro crítico por la lista roja de la UICN.
Su hábitat preferido es bajo rocas y grava en cuevas y manantiales de agua dulce, situados en el río San Gabriel, en el centro de Texas, y sus alrededores. Como muchas criaturas de esta lista, es víctima de la urbanización y el desarrollo, sobre todo porque, como muchas salamandras, es muy sensible a la calidad del agua.
Con el tamaño aproximado de una caja de zapatos, las tortugas del desierto de Mojave son la mascota oficial del estado de California. Tristemente, a pesar de haber vivido en el desierto de Mojave durante milenios, ahora están al borde de la extinción.
Eso es consecuencia de la expansión urbana, la agricultura solar, la sequía, el calor extremo y los incendios forestales, por nombrar solo algunos. Hace 80 años, la zona albergaba cientos de tortugas por kilómetro cuadrado. Ahora, los expertos advierten de que la población total ha disminuido un 90% desde los años cincuenta.
El triste honor del animal más amenazado de Norteamérica recae en el lobo rojo, del que solo viven 20-30 ejemplares en Carolina del Norte en la actualidad. Aunque resulte difícil de creer, en realidad, se trata de una mejora con respecto a 1980, cuando se declararon oficialmente extinguidos.
Con su característico pelaje marrón leonado, estos bellos animales (más pequeños que los lobos grises pero más grandes que los coyotes) han estado amenazados durante mucho tiempo como consecuencia de varios factores complejos, como las matanzas ilegales y la cría híbrida con coyotes.
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