A lo largo de los siglos, los seres humanos han explorado enormes extensiones de esta Tierra. Con los avances tecnológicos hemos cartografiado los océanos, escalado montañas y visto el mundo desde el cielo. Hay vastas zonas del globo que probablemente nunca visitarás, extensiones de naturaleza salvaje tan remotas que solo unos pocos han estado y solo unos pocos se esforzarán alguna vez por llegar a ellas. He aquí algunos de los lugares inexplorados más increíbles del planeta...
Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de Sindicación en Español para loveEXPLORING.
Más del 80% de los océanos de este planeta están aún por explorar, y se calcula que el 99% del fondo marino está aún por descubrir. No fue sino hasta el 2012 cuando los seres humanos alcanzaron el punto más profundo del océano: una zona llamada el Abismo Challenger en la Fosa de las Marianas, situada en el Pacífico occidental.
Animales curiosos de apariencia casi extraterrestre, como esta medusa fluorescente, prosperan en la naturaleza submarina, pero es probable que nunca lleguemos a ver las partes más profundas y oscuras del océano. En cambio, podemos conformarnos con vislumbrar el fondo marino en documentales como los hechos por el famoso biólogo y escritor británico David Attenborough.
Escondida en el extremo noreste de Rusia, en los 3,1 millones de km² de territorio de Sajá vive alrededor de un millón de personas, la mayoría a orillas del río Lena. Esta república tiene algunas de las estaciones más extremas del planeta, ya que las temperaturas en enero descienden hasta los -43,5°C (-46°F) y los promedios en verano alcanzan los 19°C (66°F).
Las condiciones también son duras desde el punto de vista económico, ya que la escasa industria y la agricultura de la región solo son viables en las orillas del río. Los sajos crían renos y cazan ardillas, zorros y armiños para subsistir. También dependen de la pesca en el hielo (en la foto).
Debido a su carácter remoto, Saja cuenta con una abundancia de maravillas naturales intactas, desde lagos cristalinos hasta glaciares, y es donde se han descubierto muchos fósiles antiguos de mamut lanudo. Está cubierta de nieve gran parte del año, pero el invierno es especialmente crudo.
Parte del Reino de Dinamarca, Groenlandia sigue siendo una de las naciones menos visitadas de Europa. Poco más de 100.000 personas exploraron esta impresionante tierra de glaciares y montañas en 2018, frente a los más de dos millones de visitantes que recibió el país vecino, Islandia, el año anterior.
Groenlandia también tiene una población minúscula: sólo 57.000 habitantes. Esto significa que hay muy poca contaminación lumínica, por lo que, al anochecer, las auroras boreales son a menudo visibles bailando sobre la isla.
Los cruceros a Groenlandia son excesivamente caros, por lo que la mayoría de nosotros nunca experimentaremos las impresionantes puestas de sol de la costa occidental, donde los icebergs se iluminan con el sol poniente y se pueden ver ballenas surcando las aguas. Pero, por suerte, el país no es ajeno a impresionantes documentales sobre la naturaleza.
El Paso del Noroeste, una de las masas de agua más difíciles de navegar del mundo, se extiende por la parte superior de Canadá, entre el Polo Norte y el extremo septentrional del continente americano. El paso fue navegado por primera vez por el explorador Roald Amundsen a principios del siglo XX.
Se considera una travesía peligrosa debido a la gran cantidad de hielo que flota en las aguas, algunos fragmentos son lo bastante grandes como para causar daños importantes a los barcos no preparados. La mayoría de los barcos que viajan por la zona son rompehielos: embarcaciones que revuelven el hielo a medida que avanzan, con el fin de realizar una travesía segura.
El Paso del Noroeste alberga todo tipo de vida salvaje, desde ballenas hasta osos polares. En 2007, sin embargo, la capa de hielo de la zona estaba en su punto más bajo tras un verano increíblemente cálido. Por desgracia, el cambio climático amenaza ahora la existencia de los osos polares, que utilizan el hielo como refugio.
Sin aeropuerto y situada a cientos de kilómetros al este de la punta de Sudamérica, a esta isla encallada en el océano Atlántico solo se puede acceder en barco. Algo más de 17.000 personas se detuvieron en las costas de la isla Georgia del Sur entre 2017 y 2018, y eso incluía personal de cruceros e investigadores científicos.
El escaso número de visitantes humanos se ve superado ampliamente por los millones de pingüinos que residen aquí. Hay tres especies diferentes (papúa, rey y macaroni) y mucha otra fauna, como focas y aves marinas. De hecho, la isla Georgia del Sur es el lugar de cría de más de 10 millones de aves.
Es seguro decir que la mayoría de nosotros nunca experimentaremos la brisa de estas islas borrascosas, por lo que todo lo que podemos hacer es maravillarnos con fotografías como ésta, que muestran los impresionantes glaciares azules de la región y su increíble vida salvaje.
Alaska, el mayor estado por extensión de EE.UU., alberga grandes extensiones de naturaleza salvaje que siguen siendo poco exploradas. El extenso Parque Nacional de Wrangell-San Elías es una de ellas.
Esta increíble reserva nacional (en cuyos límites cabría seis veces el Parque Nacional de Yellowstone) se encuentra en el extremo sureste de Alaska, justo contra la frontera canadiense. Es una tierra de elevadas montañas, campos de hielo y glaciares, y gran parte de ella permanece gloriosamente prístina y poco visitada.
Sin embargo, algunas zonas han sido exploradas, y más que eso, también han sido explotadas. Esta foto muestra un molino abandonado donde una vez prosperó una mina de cobre. Alrededor de 300 personas vivieron y trabajaron aquí durante su apogeo, pero hoy está vacío al haber desaparecido las reservas de cobre. Ahora, sin población y con una contaminación lumínica casi nula, la Aurora Boreal brilla en lo alto al caer la noche.
No es de extrañar que este laberinto de formaciones rocosas en forma de aguja permanezca en gran parte inexplorado. Salvo por unos pocos senderos, puentes y miradores, gran parte de este parque nacional de Madagascar no ha sido tocado por el ser humano.
Las formaciones que hay aquí tienen unos 200 millones de años, según la NASA, y los bosques poco alterados, los lagos, los manglares y los cañones son un hábitat ideal para todo tipo de vida salvaje. El parque alberga 11 tipos diferentes de lémur y 45 especies endémicas de reptiles.
El mayor desierto cálido del mundo, el Sáhara, se extiende por gran parte del norte de África. Ciudades enteras se encuentran entre las arenas amarillas de este árido paisaje, pero más allá de ellas hay franjas enteras de la región que aún no se han explorado.
Tampoco todo son dunas de arena. Hay salinas (en la foto), montañas, llanuras de grava e incluso ríos que atraviesan este paisaje. El Sáhara también se está expandiendo. Con el cambio climático, que hace que las lluvias sean menos frecuentes en la región, la zona clasificada como desierto aumenta cada año y las valiosas tierras cultivables se están secando.
Sin embargo, este paisaje solitario tiene una belleza abandonada y, al caer la noche, millones de estrellas brillan en el cielo. Entre las especies resistentes que viven en el desierto se encuentran el addax, el zorro fennec y reptiles como serpientes y lagartos.
Situado en los confines de las islas Terranova y Labrador, en la península del Labrador, el Parque Nacional de las Montañas Torngat es uno de los parques menos visitados de Canadá. Son más de 9.700 km² de naturaleza salvaje, que se extienden desde el impresionante fiordo Saglek, con las Montañas Torngat en su corazón.
A diferencia de la mayoría de los demás parques canadienses, éste no tiene carreteras permanentes, ni senderos, ni zonas de acampada, ni señalización. Pocos canadienses y aún menos extranjeros harán alguna vez el viaje hasta aquí. Eso deja vía libre para que la increíble fauna salvaje del parque merodee a sus anchas. Su ubicación muy al norte significa que los icebergs flotan regularmente a lo largo de su costa, y los osos polares vagan por la tierra junto a caribúes, lobos y zorros árticos.
Esta apacible escena del amanecer ha sido captada en la selva tropical de Surinam, una vasta extensión de tierra cubierta de selva y repleta de fauna y flora poco comunes. La mayor parte de la población de Surinam vive en su costa septentrional, y aunque algunas carreteras se extienden hacia el interior, hay muy pocas infraestructuras en la parte sur del país.
En la selva viven comunidades de saramaccas y tribus indígenas surinamesas, pero los extranjeros rara vez se adentran en ella. En cambio, los lugareños se ven increíblemente superados en número por curiosas criaturas, como esta rana venenosa azul.
También hay algunos depredadores temibles, como los jaguares, que recorren el suelo de la selva en busca de presas, como ciervos o caimanes. Los científicos también descubren continuamente nuevas especies, desde la rana del cacao hasta formas inusuales de murciélagos y escarabajos.
Este oasis del desierto es una maravilla natural raramente visitada. La meseta de Ennedi, en el noreste de Chad, está esencialmente prohibida a los turistas, y pocos lugareños van allí también debido a su proximidad a Libia y Sudán.
La meseta de Ennedi es esencialmente un baluarte natural, con imponentes contrafuertes de roca, puentes y arcos. Los acantilados de arenisca se elevan por encima de los 1.450 m (4.756 pies) y el paisaje austero y de otro mundo parece sacado directamente de una película de La Guerra de las Galaxias.
La región ha pasado a ser gestionada por Parques Africanos en un intento de preservar sus maravillas naturales, la rara fauna salvaje (incluyendo un cocodrilo que habita en el desierto) y las singulares comunidades nómadas que atraviesan la tierra.
Aunque en esta isla de la costa occidental de África vive una modesta población, actualmente hay muy poca actividad turística. Y con sólo un vuelo semanal que conecta Santa Elena con Johannesburgo (Sudáfrica), no es de extrañar.
A 1.931 km de las costas de África y a 4.023 km de Río de Janeiro (Brasil), es una de las islas más remotas del mundo. Eso significa que la inmensa mayoría de nosotros nunca pondremos un pie en este idilio volcánico, con sus picos, valles y bosques nubosos.
En el extremo noroeste de Kenia, rodeado de desierto, el lago Turkana es un lugar muy remoto. Las carreteras que conducen hasta aquí no tienen asfalto, y las condiciones de las pistas rocosas son tan malas que incluso los neumáticos de los camiones pueden reventar en el trayecto.
Pocas personas – tanto extranjeros como kenianos – se aventuran hasta aquí, aparte de algún que otro antropólogo, cooperante o misionero cristiano. Esto significa que las comunidades del lago Turkana se encuentran entre los asentamientos menos explorados del continente africano.
Los turkana, la tribu predominante en la región, tienen cortes de pelo característicos, rapados por los lados y trenzados por arriba, y suelen llevar muchas cuentas de colores. Una vez al año, las tribus de toda la región se reúnen aquí para celebrar un gran festival en el que se festeja la diversidad de las distintas culturas del país.
Es poco probable que Corea del Norte figure entre los primeros lugares de la lista de destinos más deseados, y dada la incertidumbre política que reina en la región, es muy posible que la mayoría de nosotros nunca pisemos sus costas.
El país alberga probablemente algunas de las ensenadas y playas más tranquilas del mundo, con costas tanto en el Mar de Japón como en el Mar Amarillo, pero sin los grandes complejos turísticos que asociamos a esas extensiones de arena.
También hay muchas zonas boscosas preciosas y algunas vistas montañosas impresionantes. Pero estas imágenes de los increíbles paisajes naturales de Corea del Norte son probablemente lo más cerca que estarás de explorar los numerosos destinos vírgenes que hay dentro de sus fronteras.
Esta impresionante escena podría estar sacada directamente de las Montañas Rocosas canadienses, pero en realidad forma parte de los lagos Kolsai, en Kazajistán. Esta zona de Asia Central sigue siendo poco visitada, dejando sus sorprendentes paisajes gloriosamente vírgenes.
Extendida cerca de la frontera con Kirguistán, la naturaleza salvaje de esta zona se caracteriza por lagos cristalinos, verdes cumbres y pastos, con ríos que corren a través de espesos bosques vírgenes. No es de extrañar que los lagos de Kolsai reciban a menudo el apodo de "Perlas del Tien Shan".
La mayor selva tropical del mundo se extiende por más de 6 millones de km² entre Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa, y es una de las mayores maravillas del planeta. Se cree que la extensa selva contiene el 10% de las especies conocidas del mundo, y aún quedan partes inexploradas por la sociedad moderna.
Comunidades enteras de personas viven en la selva tropical y permanecen aisladas, a pesar de la invasión del hombre moderno mediante la deforestación y el turismo en algunas partes. El Vale do Javari es uno de los territorios indígenas más extensos de Brasil, y saltó a los titulares en 2018 cuando un dron captó imágenes de una tribu caminando por un claro de la selva.
Algunos de los peores incendios de los últimos años devastaron partes de la selva en 2019, y tuvieron un impacto devastador en la fauna y la flora y en la vida de las comunidades indígenas. Los informes indican que las zonas afectadas podrían tardar siglos en recuperarse. Pero por ahora sigue prosperando una copiosa cantidad de vida salvaje entre estos árboles. Animales como el tamarino león dorado y los capibaras viven bajo la oscura cubierta del dosel forestal y en los ríos nadan todo tipo de peces, incluidas anguilas eléctricas.
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