Aventúrate a alcanzar alturas vertiginosas con una mirada a algunas de las ciudades más increíbles del mundo situadas en la cima de un acantilado, y planea tu próximo viaje a estas espectaculares ubicaciones, desde ciudadelas costeras hasta remotos pueblos medievales de montaña.
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Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de Sindicación en Español para loveEXPLORING.
Con sus impresionantes arenas, rutas de senderismo y bares junto al mar, la isla de Santa Catalina es un paraíso. La ciudad de Avalon se encuentra al sureste de la Isla del Canal, y sus preciosas casas se aferran a una empinada ladera que envuelve el pequeño y bullicioso puerto. No se permiten coches en las empinadas y sinuosas calles de Avalon, por lo que la gente se desplaza en carritos de golf.
Construido en una pared rocosa de los Montes de Vaucluse, Gordes es uno de los pueblos más bonitos en Provenza. Sus estrechas calles, bordeadas de casas con tejados de terracota, serpentean el camino que conlleva a un castillo medieval. Las vistas de los campos ondulados y del macizo del Luberon son espectaculares. Todas las semanas se celebra un animado mercado cerca del castillo, donde los puestos están repletos de los mejores productos provenzales.
Encaramada en lo alto del mar Jónico, con el inquietante Etna como telón de fondo, Taormina es una tentadora ciudad costera. Sus empinadas y sinuosas calles medievales conducen a soleadas plazas con impresionantes vistas al mar y al volcán. Destacan el antiguo teatro griego excavado en la ladera; las ruinas del castillo sarraceno del siglo XV y sus incomparables vistas; y sus pequeñas playas. Un teleférico conecta la ciudad con las calas situadas más abajo.
Sacada de un cuento de hadas, la fortaleza medieval de Monemvasia se encuentra al final de una estrecha calzada en el extremo sur del Peloponeso, rodeada por el mar Egeo. Apodada el Gibraltar de Grecia, la fortaleza de roca natural ha estado habitada desde el siglo VI y estuvo bajo dominio bizantino y veneciano. Hoy, la isla tiene una ciudad alta y otra baja. Es pequeña, pero está repleta de una extraordinaria cantidad de iglesias y monasterios.
Descendiendo delicadamente por una ladera rocosa y escarpada, las coloridas casas del acantilado de Positano acentúan la extraordinaria costa Amalfitana. Fundada en el siglo IX, la ciudad ha sobrevivido a tiempos tumultuosos, incluido un terrible tsunami en 1343 y, más tarde, a los ataques de los piratas otomanos. Hoy es un elegante centro turístico y un popular puerto de escala para los mega yates. Sus empinadas calles, libres de coches, están repletas de costosas galerías, restaurantes y boutiques.
Este impresionante pueblo costero portugués cerca de Sintra se balancea cerca del borde de un acantilado que se eleva por encima del ondulante océano Atlántico. Originalmente albergaba una serie de molinos de agua movidos por el mar, pero hoy en día es una encantadora ciudadela costera con casas encaladas y calles empedradas llenas de carácter. Abajo también hay bahías de arena y piscinas naturales de roca para nadar. Por no hablar de los numerosos lugares donde degustar los mariscos frescos de la región.
Port Isaac es un pueblo pesquero tradicional situado en los escarpados acantilados de la costa norte de Cornualles. Sus estrechas calles están bordeadas con casitas encaladas que se amontonan en la ladera, mientras las barquitas se mecen en el puerto. Los pescadores locales siguen trayendo su botín de pescado, cangrejo y langosta para venderlo. No es de extrañar que este dulce pueblecito haya aparecido en numerosas películas y series de televisión, como Poldark y Doc Martin.
Este pueblo morisco en la cima de la montaña, que hace parte de la famosa ruta de los pueblos blancos de Andalucía, está encaramado sobre el desfiladero de El Tajo. El impresionante Puente Nuevo, del siglo XVIII, se extiende sobre el abismo. Muchos restaurantes tienen terrazas soleadas con vistas a la caída de 120 m (393 pies) al barranco; también es posible bajar por unas escaleras hasta el fondo. Otro lugar al borde son los Jardines de Cuenca, una serie de terrazas en la ladera del cañón que vale la pena ver.
Este pueblo medieval francés se tambalea sobre un acantilado de piedra caliza, a unos 91 m sobre el río Lot. Con sus sinuosas callejuelas, sus plazas llenas de flores y sus casitas, algunas de las cuales datan del siglo XIII, el pueblo es absolutamente encantador. Una de las mejores vistas del pueblo se encuentra en las ruinas de su castillo medieval. El río tiene molinos, esclusas y un hermoso camino excavado en el acantilado: un lugar ideal para ciclistas y senderistas.
Aferrada a los acantilados rocosos que se elevan sobre el río Rhumel, Constantina parece desafiar a la gravedad. La tercera ciudad de Argelia es apodada a menudo la Ciudad de los Puentes, gracias a sus cuatro estructuras clásicas que atraviesan el desfiladero. El más famoso es el puente colgante de Sidi M'Cid, que era el más alto del mundo cuando terminó su construcción en 1912. Constantina tiene una historia de largo alcance: esta meseta rocosa, que crea una fortaleza natural, ha estado ocupada desde el Neolítico. También fue un asentamiento romano y recibió su nombre de Constantino el Grande.
Construido dentro y alrededor de gigantescas rocas de granito en una ladera de la provincia de Beira, el antiguo pueblo portugués de Monsanto es único en su género. Muchas de sus casas de piedra están enclavadas entre, encima y debajo de las poderosas rocas, que hacen las veces de paredes, suelos y techos, mientras que las callejuelas empedradas serpentean empinadas a su alrededor. Los restos del castillo medieval se alzan sobre la ciudad y son el mejor lugar para contemplar esta extraordinaria ciudad y sus alrededores.
Remoto, precario y extraordinariamente bello, este minúsculo pueblo se asienta sobre una inmensa roca, suspendido sobre el desolado Wadi Dawan, en el Valle del Desierto de Yemen. Las increíbles casas, algunas de las cuales tienen 11 pisos, están hechas de ladrillos de barro. Necesitan un mantenimiento diligente en la estación de las lluvias, pero algunas de ellas tienen la asombrosa antigüedad de 500 años. Cuando llegan las lluvias y llenan el valle, los granjeros bajan con sus cabras a pastar al fondo del valle.
Situado precariamente sobre el río Martorano, en la región de Campania, al sur de Italia, el pueblo milenario de Sant'Agata de' Goti tiene una posición única y una belleza innegable. Con un lado bordeado por las inexpugnables murallas del desfiladero, ha tenido ventaja sobre sus enemigos desde que fue fundada por los antiguos samnitas. Más tarde, los romanos y los godos se apoderaron del asentamiento. Hoy es una ciudad encantadora y tradicional, con un castillo normando, iglesias antiguas y tiendas que venden aceite de oliva local, vinos y una manzana autóctona llamada mela annurca.
El diminuto y remoto pueblo de Guoliang se aferra a un acantilado empinado en las montañas Taihang de la provincia china de Henan. Aquí, solo viven unos cientos de personas y, hasta hace poco, la única forma de acceder al pueblo era subir los 720 traicioneros escalones tallados en la pared rocosa. Pero en 1972, un grupo de 13 aldeanos decidió excavar un túnel de 1.6 km a través de la roca, creando una carretera. Tardaron cinco años en terminarlo.
Imagínate un pueblo griego y es probable que se parezca mucho a Fira, la capital de Santorini. Aquí, las inmaculadas casas encaladas y las iglesias de cúpulas azules descienden por los acantilados que rodean las sorprendentes aguas azules de la caldera (cráter volcánico). La icónica ciudad cuenta con espectaculares hoteles boutique, muchos de ellos en casas tradicionales excavadas en la roca, y preciosos miradores para disfrutar del paisaje. Para disfrutar de unas vistas espectaculares de la puesta de sol sobre el Egeo, es imprescindible dar un paseo por el sendero del acantilado hasta la cercana Oia, otra maravilla en este famoso acantilado.
Jezzine es conocida como "la Ciudad de las Cascadas", por las magníficas cascadas que caen por la pared del acantilado y se adentran en el valle. La ciudad se asienta sobre un gran saliente rocoso, a unos 40 m sobre el valle Jezzine y rodeada de montañas cubiertas de pinos. Jezzine, con su bullicioso zoco, sus mansiones históricas y sus iglesias, es una parada encantadora para los excursionistas que recorren la Ruta de las Montañas del Líbano.
El casco antiguo de Leh está dominado por una escarpada cresta rocosa, coronada por un impresionante palacio real. Construido a lo largo del siglo XVI, se eleva nueve pisos y tiene una azotea que ofrece increíbles vistas sobre las casas y el Himalaya cubierto de nieve que hay más allá. Leh, capital de Ladakh, es una de las ciudades permanentemente habitadas más altas del mundo. La árida región montañosa también está salpicada de escarpados e históricos monasterios budistas.
Las Casas Colgadas de Cuenca suelen atraer a miles de turistas cada año, deseosos de echar un vistazo a las casas con balcones encaramadas precariamente sobre los empinados acantilados. Patrimonio de la Humanidad, la ciudad de Castilla La Mancha fue construida por los árabes en el siglo XII y se asienta dramáticamente sobre las hoces de los ríos Huécar y Júcar. Algunas de las mejores vistas se pueden contemplar desde el Puente de San Pablo.
Las casas, la capilla y los oratorios de Rocamadour parecen aferrarse al acantilado de piedra caliza de forma escalonada, que se eleva a 457 m (1,500 pies) por encima del cañón del río Alzou. A los pies del pueblo hay puertas de piedra, desde las que los visitantes y peregrinos recorren la única calle del pueblo antes de subir la Gran Escalera (216 escalones) hasta una pequeña plaza. Aquí se encuentra el Santuario de la Virgen Negra y el castillo que vigila el lugar sagrado. El pueblo fue uno de los cuatro lugares de peregrinación más importantes del cristianismo medieval.
En el noreste de Apulia, la península de Gargano tiene su buena ración de asentamientos pintorescos, entre ellos la bonita Vieste. Este encantador lugar costero está construido sobre un escarpado acantilado de piedra caliza con vistas al centelleante mar Adriático. Tiene un encantador casco antiguo medieval con casas encaladas y una red de callejuelas. Además, Vieste está bordeada por algunas de las playas de arena más impresionantes de la región.
El extraordinario pueblecito de Castellfollit de la Roca, un laberinto de estrechas callejuelas empedradas y diminutas plazas, se asienta sobre un espectacular peñasco de basalto sobre el río Fluvià. Prácticamente al borde del acantilado se encuentra la antigua iglesia de Sant Salvador, un lugar conmovedor desde el que se divisa el paisaje escarpado. Esta joya medieval se encuentra en la poco visitada comarca catalana de la Garrotxa, un lugar agreste y hermoso con un espectacular paisaje volcánico ideal para practicar senderismo.
Esta pequeña ciudad costera, flanqueada por olivares y pinos, es popular por sus pintorescas playas y aguas cristalinas. Encaramada en un acantilado en el extremo norte del paseo marítimo está la Fortaleza de Castello, una pequeña ciudadela veneciana. Construida en el siglo XVI para protegerse de los piratas, ofrece unas vistas espectaculares de la bahía. Un sendero costero bordea los acantilados desde Petrovac hasta Perazića Do, un pueblecito empinado con una impresionante playa rodeada de pinares.
Acurrucado entre altos acantilados, Staithes es un pueblecito pesquero de ensueño en la salvaje costa de North Yorkshire. Sus callejuelas empinadas y viejas casitas de pescadores están impregnadas de historias de marineros y contrabando de sus días como uno de los mayores puertos pesqueros del norte. El famoso capitán Cook trabajó aquí. Hoy en día, su pintoresco puerto está lleno de pubs tradicionales y tiendas de pescado y papas fritas, mientras que sus playas son ideales para bañarse en las rocas. El sendero costero Cleaveland Way bordea la impresionante costa hasta Runswick Bay, otro precioso pueblo junto a los acantilados, y la histórica Whitby.
Coloridas casas adosadas con ese icónico estilo de la Regencia británica se asientan a lo largo de este paseo marítimo, muy por encima de los acantilados de South Beach, uno de los muchos arenales de Tenby. Con su pequeño puerto, su castillo y su fuerte, Tenby es uno de los lugares más bonitos de Pembrokeshire. Castle Beach, con sus acantilados, es otro lugar precioso, desde donde cruzan los ferris a la isla de Caldey. La histórica ciudad amurallada fue un asentamiento normando y se convirtió en un popular lugar de descanso en la época georgiana.
El castillo encaramado al acantilado de Pazin, capital de la región croata de Istria, es la mayor fortaleza medieval de la región. Actualmente alberga dos museos, entre ellos el fascinante Museo Etnográfico de Istria. El imponente abismo fue formado por el río Pazincica y lo mejor es que es posible caminar por sus pasadizos subterráneos y cuevas, o sobrevolarlo en tirolina.
Veliko Tarnovo, una de las ciudades más antiguas de Bulgaria, está construida sobre tres colinas rocosas que se elevan sobre el serpenteante río Yantra. La fortaleza de Tsaravets, en lo alto de la colina, con sus poderosos muros de piedra, es magnífica, al igual que otra fortaleza medieval en la colina de Trapezitsa, a un paseo en teleférico. Las calles empedradas del casco antiguo están flanqueadas por hermosos edificios antiguos y ofrecen maravillosas vistas del río.
Manarola es uno de los cinco vertiginosos pueblos costeros de las pintorescas Cinque Terre de Liguria. Está rodeado de viñedos en terrazas, con sus casas de colores pastel dispuestas bellamente sobre los acantilados. Hay excursiones por las colinas, además de un precioso puerto con calas para nadar y navegar. En todas partes hay vistas impresionantes del resplandeciente mar de Liguria, pero el afloramiento rocoso conocido como Punta Bonfiglio es el lugar ideal para hacer la mejor foto de Cinque Terre.
Descendiendo por los acantilados calizos del espectacular cañón del Júcar, un profundo desfiladero de piedra caliza que atraviesa la provincia de Albacete, se encuentra el vertiginoso pueblo de Alcalá. La ciudad medieval fue excavada en los acantilados del desfiladero y está plagada de túneles y pasadizos subterráneos que se pueden explorar. Alcalá del Júcar está coronada por un castillo del siglo XV y tiene un fotogénico puente medieval de origen romano.
Elevándose desde lo alto de una cresta de toba volcánica a medio camino entre Florencia y Roma, Pitigliano ha sido el hogar de muchas personas desde la Edad de Bronce. Aún son visibles las huellas de su pasado etrusco y romano, así como numerosas estructuras medievales. Conocida a veces como la "Pequeña Jerusalén", Pitigliano es conocida por su comunidad judía, que ha vivido aquí desde el siglo XIV: su barrio judío tiene una antigua sinagoga, un horno de pan y unos baños tradicionales. La ciudad está plagada de túneles y cuevas subterráneas, que se utilizan desde la época etrusca y suelen poder explorarse en visitas guiadas.
Bonifacio, la ciudad más antigua de Córcega, lleva encaramada a los escarpados acantilados de piedra caliza de la isla desde el año 830 d.C. aproximadamente. El mar ha erosionado gradualmente la base de los acantilados, comiéndoselos poco a poco, de modo que parece como si las casas colgaran sobre el agua. Tiene un bonito y pequeño puerto y un casco antiguo fortificado cuyas estrechas calles empedradas están hechas para pasear. La increíblemente empinada Escalera del Rey de Aragón Alfonso V tiene 187 escalones tallados en el acantilado: no es un paseo para los débiles.
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