Emocionante, hermosa y a veces misteriosa, Sudamérica está en la lista de deseos de muchos viajeros. Con algunas de las mejores playas del mundo, abundancia de fauna y flora poco comunes y una historia fascinante, hay una lista interminable de lugares que visitar, cosas que hacer y monumentos que ver. Desde los monumentos más famosos de Brasil hasta el peculiar arte callejero de Colombia, seguro que hay algo que te hará querer volver.
Sigue leyendo para descubrir las 50 experiencias más imperdibles de Sudamérica...
Adaptado al español por María J. Arabia, Editora de Sindicación en Español para loveEXPLORING.
Sin duda uno de los lugares más populares de Sudamérica, el Salar de Uyuni, en Bolivia, es el desierto de sal más grande y alto del mundo, situado a una altitud de casi 3,700 metros sobre el nivel del mar. Rodeado de picos andinos y con un tamaño 25 veces superior al de las salinas de Utah, es sin duda un lugar extraordinario. No olvides los accesorios para esas divertidas fotos en perspectiva: entre los más populares están los dinosaurios de juguete y los utensilios de cocina.
No hay nada como ver un gran felino en libertad, ¿y qué mejor lugar para avistar un puma que las montañas chilenas? Visítalas durante los meses de invierno, cuando las presas, y por tanto los pumas, descienden por las montañas y son más fáciles de avistar. El Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia chilena, es un lugar estupendo para ver a los felinos cazando, mientras que el paisaje montañoso y las cuevas con pinturas rupestres te dejarán boquiabierto, tanto si ves a un puma como si no.
El Cristo Redentor de Río de Janeiro, uno de los lugares emblemáticos más conocidos de Sudamérica y una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, se alza en la cima del Corcovado y es visitado por millones de turistas cada año. La mayor escultura de estilo Art Déco del mundo se alza sobre la ciudad con sus 30 metros de altura y casi 28 metros de ancho. Pero no te limites tan solo a contemplar la enorme obra de arte: mira hacia abajo para disfrutar de las espectaculares vistas de Río.
Si lo que te gusta es la vida salvaje, no hay a un lugar más impresionante que las Islas Galápagos, el primer lugar del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El 80% de las aves terrestres, el 97% de los reptiles y mamíferos terrestres, más del 30% de las plantas y más del 20% de las especies marinas son endémicas de estas islas paradisiacas.
Es difícil igualar la sensación de soledad y tranquilidad que encontrarás en la Patagonia argentina, y no hay mejor forma de experimentar esta magnífica parte del mundo que en las botas de un gaucho. Vive como un vaquero (o una vaquera) sudamericano practicando la pesca fluvial al estilo gaucho, explorando a caballo una inmensa estancia, viajando a la inactiva región volcánica del Cerro Negro y acampando en los Andes.
La ciudadela inca de Machu Picchu, del siglo XV, es Patrimonio Mundial de la UNESCO, Santuario Histórico de Perú y una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo. La antigua ciudad no sólo se destaca por sus ruinas extraordinariamente bien conservadas, sino también por su espectacular ubicación entre dos picos andinos. Su antiguo uso exacto sigue siendo un misterio para arqueólogos e historiadores, lo que la hace aún más intrigante. Si te apetece un reto, considera la posibilidad de hacer senderismo hasta el lugar, aunque tendrás que reservar con bastante antelación.
El Pantanal, declarado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es el mayor humedal continuo de la Tierra. También es el principal santuario de vida salvaje de Latinoamérica. Ubicado entre Brasil, Bolivia y Paraguay, este alberga más de 4,700 especies. Los afortunados visitantes podrán avistar desde adorables capibaras hasta jaguares al acecho: al fin y al cabo, es la mejor región del mundo para avistar al gran felino en libertad.
José Ignacio, antaño un tranquilo pueblo pesquero, ha experimentado un renacimiento y se ha convertido en uno de los destinos vacacionales más de moda de Sudamérica. Las hermosas playas son frecuentadas por ricos y famosos, y si te cansas de las vistas paradisíacas, puedes montar a caballo, pasear en bicicleta, disfrutar de restaurantes de moda e incluso de estudios de yoga.
Estar de pie con un pie en cada hemisferio parece una hazaña, pero el famoso monumento ecuatorial en la Mitad del Mundo de Quito, con una gruesa línea que separa cada hemisferio, se construyó en realidad en el lugar equivocado. El verdadero ecuador está a varios cientos de metros, en el Museo Solar Inti Nan. No obstante, vale la pena visitar la Mitad del Mundo, aunque sólo sea para hacerse la famosa foto en la “línea” ecuatorial.
El casco antiguo de Cartagena es uno de esos lugares de cuento de hadas en los que basta con caminar y mantener los ojos bien abiertos para sacarle el máximo partido. La ciudad amurallada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es hermosa, con una colorida arquitectura, antiguas casas coloniales con bellos portones y balcones de ensueño, enormes iglesias y vibrante arte callejero. No olvides tu cámara.
Los amantes de las emociones fuertes no pueden elegir una aventura más trepidante que escalar la cima de la montaña Auyan-tepui y descender en rápel por la cascada más alta del mundo, el Salto Ángel. Quince veces más alto que el Niágara, y sin las hordas de turistas, el salto de agua, también llamado Kerepakupai Meru, sólo es presenciado por unos pocos afortunados viajeros cada año debido a su remota ubicación. Sube hasta la cima y disfruta del vertiginoso descenso de dos días por las cataratas de 975 m en una excursión de 14 días.
A 160 km al noroeste de Arequipa se encuentra uno de los cañones más profundos del mundo, el Cañón del Colca. Con el doble de profundidad que el Gran Cañón, pero mucho menos conocido, considerarlo un lugar pintoresco sería quedarse muy corto. El colorido valle andino, con raíces preincaicas, es un lugar magnífico para contemplar el amanecer, mientras los afortunados visitantes pueden avistar cóndores andinos, una de las aves más grandes del mundo, sobrevolando las montañas.
Las calles de Bogotá, la capital de Colombia, están llenas de color en forma de grafitis detallados, vibrantes y llamativos. Puedes optar por recorrer las calles por ti mismo, maravillándote con las coloridas piezas, o hacer un recorrido guiado por artistas callejeros y expertos en arte urbano. Verás algunos de los murales más impresionantes, aprenderás sobre el desarrollo de la escena del grafiti y conocerás el trasfondo político y social de algunas de las pinturas más famosas.
Aunque Sucre es la capital constitucional de Bolivia, La Paz es su capital de facto, y es también la capital más alta del mundo, a 3,631 m sobre el nivel del mar. Hay muchas cosas que hacer, desde visitar el bullicioso Mercado Uruguay hasta contemplar el arte boliviano en las paredes del Museo Nacional de Arte, cuyo imponente y grandioso escenario es un espectáculo en sí mismo.
No hay mejor sensación de libertad que la de conducir por una zona remota y aislada, y Chile es un lugar estupendo para hacerlo. Conducir por la Carretera Austral de Chile, una ruta panorámica de más de 965 km de belleza natural en el extremo más meridional del mundo es un viaje encantador. Veras la Patagonia en su estado más virgen, contemplando hábitats extremos a lo largo del camino, desde las selvas tropicales de Queulat hasta los glaciares de los campos de hielo patagónicos.
Para visitar una catarata tan poderosa e impresionante como las del Niágara o las de Iguazú, pero con menos gente y turistas, hay que dirigirse a las cataratas Kaieteur de Guyana, en el Parque Nacional de Kaieteur. Cinco veces más alta que el Niágara, es la catarata de una sola caída más alta del mundo, y con 30,000 galones de agua tronando sobre el acantilado de 250 m, visitarla es una experiencia memorable, hermosa y un poco ruidosa.
Cuando se trata de fenómenos naturales de gran belleza, Caño Cristales, en el centro de Colombia, se lleva el premio. En determinadas épocas del año, el río "arco iris líquido" de 100 km de longitud cambia de color gracias a una planta acuática llamada macarenia clavigera, transformándose en un espejo lleno de vibrantes tonos amarillos, rosas, rojos, verdes, azules y naranjas. Hasta hace relativamente poco era demasiado peligroso visitarlo debido a conflictos internos del país, pero ahora la zona está controlada por el ejército colombiano y los turistas pueden acceder de nuevo.
Ya te habrás dado cuenta de que Sudamérica está llena de extremos, y el desierto de Atacama no es la excepción. Este desierto, el más árido del planeta, se parece a Marte, pero tiene mucho más que ofrecer a los turistas: desde visitar el Salar de Atacama, el mayor salar de Chile, hasta contemplar las estrellas cuando cae la noche. Además, hace buen clima todo el año, así que no hace falta llevar paraguas.
Machu Picchu no es el único yacimiento arqueológico que vale la pena visitar en Perú. No te pierdas el espectáculo visual que supone el "Machu Picchu del Norte", la Fortaleza de Kuélap. Situada a casi 3,000 metros sobre el nivel del mar, la fortaleza es la mayor estructura de piedra de Sudamérica, con unas 450 casas de piedra. La fortaleza fue construida y desarrollada entre los siglos VI y XVI por los chachapoyas, conocidos como el Pueblo de las Nubes, por lo que es más antigua que Machu Picchu.
Olvídate de los columpios de los parques infantiles en los que jugabas de niño; el Columpio del Fin del Mundo en La Casa en El Árbol, en Baños, es una aventura para los amantes de la adrenalina. El columpio ofrece a los visitantes vistas hermosas del volcán Tungurahua, y también la oportunidad de tomar las mejores fotografías para tu Instagram. Aunque parece que podrías caerte y precipitarte por un acantilado, las fotos son engañosas: en realidad te balanceas sobre una pendiente empinada y no sobre el borde de un acantilado. Da miedo, pero no es tan peligroso como parece a primera vista.
Cualquier persona interesada en la arquitectura debería reservar un tiquete aéreo directo a Nariño (Colombia) para ver la espectacular Catedral de Las Lajas, o Santuario de Las Lajas, construida en el cañón del río Guáitara. Aunque la iglesia es un lugar muy visitado por los peregrinos, el estilo gótico del edificio y su impresionante ubicación son algunas de las razones por las que ocupa un lugar destacado en la lista de cosas que ver en Colombia, incluso si no se es religioso.
A diferencia del árido desierto de Atacama, más al norte, la Región de los Lagos de Chile es verde, con campos de cultivo, bosques, volcanes y, por supuesto, lagos. Es el lugar perfecto para practicar actividades al aire libre, como senderismo, ciclismo, barranquismo y rafting. Y no se trata solo de actividades deportivas, ya que se pueden contemplar paisajes impresionantes mientras se disfruta del esfuerzo. Además, cuando tus músculos no den más, te esperan unas relajantes aguas termales.
La mayoría de los programas de televisión muestran a los pingüinos acurrucados en busca de calor en los helados páramos de la Antártida, pero es muy sencillo ver a estas encantadoras aves sin tener que afrontar un difícil y costoso viaje polar. En la Patagonia viven cinco especies de pingüinos –magallánicos, reales, papúa, de Humboldt y saltarrocas austral – cada una más encantadora y curiosa que la anterior. Los turistas pueden elegir dónde ver estos pingüinos, pero la península patagónica de Punta Tombo y las islas meridionales de Tierra del Fuego son opciones muy populares.
Paramaribo, antigua ciudad colonial holandesa y capital de Surinam, posee una fascinante colección de edificios religiosos. Está la catedral de San Pedro y San Pablo, de la que se dice que es la mayor estructura de madera del hemisferio occidental; la mezquita Keizerstraat, la mayor del Caribe; y la sinagoga Neveh Shalom, con su singular suelo de arena que, según se dice, recuerda los 40 años que los hebreos pasaron en el desierto.
Justo en el corazón de Bahía, en Brasil, se encuentra el impresionante parque nacional de Chapada Diamantina, sin duda el más impresionante de Brasil. Los amantes de la naturaleza no podrán mantenerse alejados, ya que la topografía del parque – profundos valles, imponentes picos, extensas llanuras y sombríos cañones – contribuye a crear una auténtica sensación de belleza agreste. Hay mucho que hacer, desde hacer senderismo y explorar cuevas hasta bañarse en piscinas naturales y contemplar pintorescas cascadas.
¿Quién necesita nieve cuando se tiene arena? El oasis desértico de Huacachina, en el suroeste de Perú, es el lugar perfecto para subirse a una tabla de sandboard y poner a prueba sus habilidades sobre las ondulantes dunas de arena. Si prefieres sentarte en un vehículo, sube a bordo de un buggy para disfrutar de las fascinantes vistas sin descargar adrenalina.
Si te asustan las alturas, puede que esto no sea lo tuyo, pero el Canopy Walkway, que se encuentra en lo más profundo de Iwokrama, la selva tropical más remota de Guyana, es un paseo más que recomendable para los amantes de la vida salvaje. Encaramado a 30 metros sobre el suelo del bosque, podrás oír y ver aves poco comunes, monos aulladores e incluso algún que otro reptil.
Si te interesa descubrir más sobre los incas, mira más allá de Machu Picchu: en concreto, emprende la espectacular caminata de casi 64 km hasta Choquequirao, uno de los últimos refugios de los incas. Con mucha menos gente que Machu Picchu, se dice que este conjunto de ruinas es tres veces más grande que la ciudad perdida más famosa. Es un lugar perfecto para los amantes de los descubrimientos, ya que el enorme complejo arqueológico abandonado en el siglo XVI se sigue excavando en la actualidad.
Conocida como la "St Tropez de Uruguay", la ciudad turística de Punta del Este se llena de vida en los meses de verano, de diciembre a febrero, con turistas de Sudamérica y del resto del mundo que se amontonan para disfrutar al máximo de sus preciosas playas, hoteles de lujo, restaurantes de lujo, discotecas animadas y yates caros. Únete a la fiesta en temporada alta, pero prepárate para pagar el precio: puede ser bastante caro. Fuera de temporada, la ciudad tiene un ambiente mucho más tranquilo y divertido, y es mucho más asequible.
El Monte Roraima, una de las formaciones montañosas más antiguas de la Tierra, se encuentra en la confluencia de las fronteras de Venezuela, Brasil y Guyana. Con sus acantilados de 400 m de altura, a menudo envueltos en nubes, y su formación en forma de mesa, puede parecer una isla flotante, pero en realidad es una espectacular montaña de hace 2,000 millones de años. El trekking hasta la cima dura unos seis días, con increíbles vistas y paisajes por el camino.
La catedral de San Jorge de Georgetown, una de las estructuras de madera más altas del mundo, y es uno de los edificios más impresionantes de Guyana. La catedral, de estilo gótico, está construida íntegramente en madera, salvo los cimientos, y mide algo más de 43 m de altura.
No hay fiesta como la de Río de Janeiro, concretamente el Carnaval de Río, que se celebra cada año en febrero. Esta enorme celebración, el mayor carnaval del mundo, ve cómo dos millones de personas se lanzan a las calles cada día para cantar, bailar y contemplar boquiabiertas los festejos. Además, cuando no estés disfrutando de los desfiles llenos de samba y las fiestas callejeras, podrás descansar en las increíbles playas de Río.
Los Yungas, también conocidos como la Amazonia boliviana, son el punto de encuentro entre las montañas andinas y el Amazonas. Los amantes de la naturaleza deben dirigirse al Parque Nacional Madidi. Es una de las mayores zonas protegidas del mundo, cubriendo casi 18,900 km2. En el parque se pueden encontrar desde cocodrilos y anacondas hasta capibaras, osos hormigueros gigantes, muchas especies de aves e incluso jaguares.
El tango, baile sofisticado y sensual, es sinónimo de Argentina y de su cosmopolita capital, Buenos Aires. No importa lo tímido y retraído que seas: asiste a un espectáculo, reserva una clase privada o en grupo o visita una milonga, un salón de tango tradicional, para sentir el ambiente.
Cerca de las fronteras con Chile y Argentina, en el extremo sur de Bolivia, se pueden contemplar algunos de los paisajes más coloridos e impactantes del planeta: la Laguna Colorado y la Laguna Verde. Estas dos maravillas estéticas han adquirido sus llamativos colores gracias a acontecimientos geográficos fortuitos.
En Uruguay no todo son playas y fiestas en las modernas Punta del Este y José Ignacio; no hay que perderse la pintoresca ciudad de Colonia. Esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue fundada por los portugueses en 1680 y mantiene un paisaje arquitectónico bien conservado con influencias de los estilos portugués, español y poscolonial. No olvides tu cámara mientras recorres las calles adoquinadas y las frondosas plazas.
Una de las zonas más fotografiadas de Medellín, la exquisita Plaza Botero, o Plaza de Las Esculturas, es un encantador espacio repleto de esculturas del artista y escultor colombiano Fernando Botero. Hay 23 esculturas de bronce, que representan figuras grandes, curvilíneas y exageradas, en los 7,500 metros cuadrados de espacio frente al Museo de Antioquia.
La ciudad de Salta rebosa de encanto, con edificios espectaculares, calles repletas de lugareños y multitud de restaurantes que ofrecen el famoso asado argentino. Desde Salta, viaje hacia el norte, donde encontrarás el hermoso Tren de las Nubes, que atraviesa algunos de los paisajes más bellos de la región, y visiae los cañones multicolores de los Valles Calchaquíes.
La intrigante isla de Chiloé está a menos de 3.2 km de la costa de Chile, pero parece de otro planeta, con su propia cocina, costumbres y arquitectura. Hay mucho que hacer, desde avistar pingüinos hasta comprar en los bulliciosos mercados locales. No olvides contemplar la arquitectura que parece sacada de una postal, desde las casas sobre pilotes hasta las numerosas iglesias de madera, 16 de las cuales forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Conocida coloquialmente como "El Camino de la Muerte", la aterradora ruta de los Yungas bolivianos no es apta para cobardes. Conecta La Paz con Yungas, en la selva amazónica, y los valientes que se atreven a hacer el viaje deben descender por la estrecha y vertiginosa carretera junto con muchos otros ciclistas y automovilistas. Entre 200 y 300 personas mueren en la carretera cada año, así que piénsalo bien antes de reservar.
Las espectaculares cataratas de Iguazú son una de las maravillas naturales más impresionantes de Sudamérica. Situadas entre Brasil y Argentina, a los cientos de estruendosos saltos de agua que conforman este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO también se puede acceder desde Paraguay. Las cataratas se extienden a lo largo de casi 3.2 km, con caídas verticales de hasta 79 m. El paisaje es tan espectacular que resulta imposible no sentirlo y se ha utilizado como set de rodaje en varias películas, desde Corrupción en Miami hasta Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal.
Si no te importan los empujones, dirígete al Mercado Central de Paramaribo, donde podrá comprar carne, fruta, verdura, pescado y ropa en un ambiente frenético. También está el más inusual "Mercado de la Bruja", o Mercado Cimarrón, donde se pueden ver las hierbas, huesos, palos, tónicos y conchas utilizados en los rituales aymaras. No está permitido hacer fotos.
Sudamérica no es sólo clima cálido, toallas de playa y bikinis. El continente también alberga una gran variedad de excelentes estaciones de esquí, la más emocionante de las cuales es la chilena Ski Pucón, situada en el volcán Villarrica, un volcán activo. Si bien los obsesionados con el esquí pueden preferir una estación más grande, como el Cerro Catedral de Argentina, los visitantes a los que también les guste la naturaleza deberían dirigirse a Ski Pucón para disfrutar de fantásticas vistas de los cinco lagos principales del sur de Chile.
El Maratón des Sables es una de las carreras más conocidas del mundo: una ultra maratón de seis días y 250 km a través del desierto del Sáhara que implica correr una maratón normal cada día. La edición sudamericana es algo más compasiva: el llamado Medio Maratón des Sables permite a los participantes elegir entre tres distancias diferentes, la más larga de las cuales es de 120 km, dividida en tres etapas. La prueba sigue siendo agotadora, pero ofrece unas vistas impresionantes del desierto peruano.
La capital argentina, Buenos Aires, alberga uno de los teatros de ópera más importantes del mundo: el Teatro Colón. De gran arquitectura y excelente acústica, es una institución de categoría mundial. Por su escenario han pasado artistas de la talla de Maria Callas y Luciano Pavarotti, y siempre está lleno, así que si te apetece una noche en la ópera, asegúrate de reservar con antelación.
Con sus coloridos edificios, su arte callejero y su encanto ruinoso, Valparaíso es una bohemia ciudad portuaria que se presta a ser explorada. En esta ciudad Patrimonio de la Humanidad hay mucho que descubrir, desde escaleras sorpresa hasta colinas con deslumbrantes miradores. No dejes de subirte a uno de sus famosos funiculares (ascensores construidos sobre las vías del tren) para disfrutar de unas fantásticas vistas de la peculiar ciudad desde las alturas.
Paraguay alberga dos extensas misiones jesuitas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: La Santísima Trinidad de Paraná y Jesús de Tavarangue, establecidas por la Compañía de Jesús durante los siglos XVII y XVIII. Situadas a 10 km de distancia la una de la otra, estas tranquilas ruinas arqueológicas pueden explorarse en un entorno relativamente libre de aglomeraciones.
Descubierta hace menos de cien años, la fascinante Gruta Do Lago Azul, en Bonito (Brasil), deslumbra por su agua asombrosamente clara y su estructura cavernosa. No sólo es hermosa, sino también intrigante: la gruta alberga miles de huesos de animales prehistóricos que pertenecieron a diversas criaturas, desde perezosos gigantes hasta tigres dientes de sable.
No hay nada que le guste más a los turistas que un misterio, y no hay nada más enigmático que las cabezas de piedra de la isla chilena de Pascua, o Rapa Nui para sus habitantes nativos de la Polinesia. Al igual que Stonehenge, las estatuas monolíticas, o moai, han desconcertado a los arqueólogos durante años. ¿Cómo llegaron allí? ¿Cómo se tallaron? Si alguna vez te cansas de pensar en las majestuosas estatuas, explora el resto de la oferta de la isla, desde paseos a caballo y en bicicleta hasta submarinismo y surf.
Considerado el lugar de nacimiento del sol en la cultura andina, el lago Titicaca es el mayor de Sudamérica. Haz de Puno tu base y, una vez hayas explorados los bulliciosos mercados de esta "capital del folclore", toma un transbordador para visitar alguna de las numerosas islas. Alojarse con una familia permite conocer la vida agraria local en el lago.
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