Desde playas sucias y ciudades apestosas hasta cuerpos de agua llenos de plástico, la basura amenaza algunos de los destinos más bellos de la Tierra y los últimos espacios naturales que quedan. Echamos un vistazo a los lugares vacacionales más populares que se han visto abrumados por la basura como consecuencia de la sobrepoblación, el turismo en masa y las malas prácticas medioambientales.
Traducido al español por María J. Arabia, Editora de Sindicación en Español para loveEXPLORING.
Carpas desechadas, botellas de oxígeno usadas, cuerdas, envoltorios de comida y residuos humanos revelan la fea cara del turismo de aventura en el Everest. Esta imagen de 2018 se tomó en el Campo 4 que, a 7,998 m (26,240 pies), es el campamento más alto del mundo. Aquí el principal problema son las tiendas y el equipo que han sido abandonados a la intemperie. Como hacer cumbre en el Everest se está volviendo cada vez más comercial, se cree que algunos de los operadores de expediciones más baratos están recortando costos reduciendo la eliminación de residuos y abandonándolos en el camino.
Agobiados por el agotamiento, la altitud y la peligrosidad del terreno, cargar con objetos voluminosos puede ser demasiado para algunos alpinistas. En lugar de ello, a menudo dejan el equipo y la basura abandonados en los campamentos para que sean esparcidos por los fuertes vientos. Además de crear problemas medioambientales, puede convertirse en un peligro para otros alpinistas, aunque algunos sostienen que las tiendas congeladas son imposibles de retirar.
Muchos sherpas han arriesgado su vida para recuperar la basura que los alpinistas han dejado en la montaña. En los últimos años, el gobierno nepalí, los organizadores de expediciones y las organizaciones benéficas han organizado operaciones oficiales de limpieza al principio de la temporada para retirar la basura del cada vez más transitado camino hasta el campamento base y más allá. A pesar de estos esfuerzos, es difícil mantener el ritmo de las más de 600 personas que intentan llegar a la cumbre cada año. No se sabe con certeza cuánta basura se ha acumulado en el Everest, pero se cree que son varias toneladas.
Lamentablemente, las playas de la paradisíaca isla de Bali no son tan pintorescas como parecen en las postales. La basura se ha convertido en una plaga significativa en algunas de las playas más populares de la isla, como la playa de Kuta (en la foto). Es especialmente grave durante la estación anual de los monzones, cuando los fuertes vientos y corrientes arrastran una gran variedad de residuos y los esparcen por la arena. La crecida de los ríos también arrastra la basura de sus orillas a la costa.
El tramo entre Kuta y Canggu es una de las playas turísticas más populares de la isla y donde se ven algunas de las peores aglomeraciones de basura. Pero el problema también afecta a playas de otros lugares y de las vecinas Java y Nusa Tenggara, donde la madera a la deriva y la basura – incluidos muchos plásticos de un solo uso – convierten las idílicas arenas en una pesadilla. Bali anunció que estaba atravesando una "emergencia de basura" en 2017 debido a las enormes cantidades de desperdicios que ensucian sus costas y aguas.
El archipiélago indonesio suele verter al océano entre 201.1 y 552.3 mil toneladas de plástico al año, según un informe publicado por el Banco Mundial en 2020. El grupo activista One Island One Voice organiza limpiezas masivas voluntarias de la costa de Bali; unas 70,000 personas en 560 lugares han evitado que 203 toneladas de residuos no orgánicos lleguen al océano en los últimos seis años. Las autoridades también han introducido prohibiciones de plásticos de un solo uso, como vasos y bolsas de plástico, para ayudar a frenar este diluvio de residuos.
Muchas maravillas del mundo creadas por el hombre también afrontan una crisis por la basura. La antigua ciudadela de Machu Picchu se enfrenta a una creciente cantidad de residuos a medida que aumenta el número de visitantes. Algunos turistas que caminan hacia las ruinas han informado de que han visto basura a lo largo del Camino Inca, mientras que eliminarla del propio lugar elevado es toda una misión. El problema se ha agravado tanto que la UNESCO ha amenazado con retirar a Machu Picchu su prestigioso estatus de Patrimonio de la Humanidad.
Las desagradables escenas de basura flotando en el agua son tristemente la forma en que muchos visitantes recuerdan su viaje por la bahía vietnamita de Halong, normalmente famosa por sus aguas esmeralda y sus imponentes islas de piedra caliza. Aunque la bahía de Halong es un paisaje mágico, se enfrenta a muchos problemas medioambientales a medida que atrae a más y más visitantes. Un problema apremiante es que el lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO se ha ido contaminando con basura, residuos y combustible desechado por los barcos que transportan a los visitantes.
Icopor, poliestireno, envoltorios de plástico y botellas flotando en el agua y esparcidas por la bahía son imágenes deprimentemente comunes, mientras que en los foros de TripAdvisor aparecen discusiones de turistas lamentando la cantidad de basura y aguas residuales que han visto contaminando la bahía de Halong. Los voluntarios de la comunidad local intentan atajar el creciente problema de la basura para salvaguardar uno de los destinos más valiosos y únicos de Vietnam: sólo entre marzo y mayo de 2023 se retiraron de la bahía 10,000 metros cúbicos de basura (suficiente para llenar cuatro piscinas olímpicas).
El que se considera uno de los paraísos más prístinos del mundo se enfrenta también a un enorme problema de basura acuática. Muchas de las playas de arena blanca de las Maldivas deben limpiarse a diario de basura y redes de pesca desechadas. El turismo excesivo está contribuyendo a la afluencia de residuos plásticos en las paradisiacas islas del océano Índico, lo que supone una amenaza real e inmediata para los animales marinos y sus frágiles ecosistemas, ya que el plancton, los peces y otras criaturas ingieren los micro plásticos.
La gestión de residuos es desde hace tiempo un verdadero problema en las islas bajas, donde casi todo es importado. Durante algún tiempo, la única planta de tratamiento de residuos de las Maldivas estuvo en una isla recuperada llamada Thilafushi. Los residuos de todas las islas se llevaban a la llamada Isla de la Basura, justo al oeste de la capital, Malé, para enterrarlos, quemarlos o reciclarlos. La instalación se extendió tanto que se produjeron algunos vertidos ilegales de residuos directamente al mar, mientras que los humos tóxicos de los incendios hicieron que el archipiélago prohibiera la quema de basura al aire libre en 2021; y que se prohibiera la producción y venta de plásticos de un solo uso en 2022.
Hasta 300 toneladas de basura son recuperadas del Támesis cada año por la Autoridad Portuaria de Londres, y la cantidad de plásticos aumenta anualmente. Anteriores limpiezas fluviales realizadas por la Marine Conservation Society y Thames21 han descubierto que el 60% de la basura del río Támesis está hecha de plástico, y los investigadores descubrieron que hasta el 75% de algunos tipos de peces tenían fibras de plástico en sus intestinos. Las latas de metal, los envases de alimentos y las toallitas húmedas son otra molestia. En un momento dado, el río estaba tan sucio que se consideró "biológicamente muerto".
En Southend-on-Sea, donde el Támesis confluye con el Mar del Norte, se sabe que cientos de objetos ensucian el suelo, incluidos trozos irreconocibles de plástico. La costa del estuario del Támesis es una importante zona de alimentación para aves y animales marinos. Aunque las condiciones del río han mejorado mucho en los últimos años, la contaminación por aguas residuales y basura sigue amenazando la vida en las vías fluviales del valle del Támesis y más allá.
Los residuos marinos han alcanzado niveles críticos en zonas remotas del Pacífico, y algunas de las antaño prístinas playas de Hawái sufren hoy en día un grave problema de plásticos. Muchas de sus playas e islas, incluida Niihau (en la foto), están inundadas de residuos plásticos. Gran parte de los desechos proceden de una gigantesca convergencia de residuos, denominado el Gran Parche de Basura del Pacífico, que se arremolina en el océano Pacífico entre California y Hawái.
Kamilo Point, una lejana playa del sur de la Gran Isla, es un tramo de arena especialmente notorio en el que suelen acumularse plásticos procedentes del Gran Parche de Basura del Pacífico. Conocida como la Playa de la Basura, su arena blanca se ha convertido en un vertedero de todo tipo de chatarra, incluidos plásticos y elementos de pesca desechados, ya que las corrientes y los fuertes vientos del océano Pacífico arrojan a la orilla camiones enteros de basura.
En febrero de 2023, los científicos revelaron que una ballena hallada muerta frente a la costa de la isla de Kauai había muerto en su mayor parte por contaminación plástica: su tracto intestinal estaba lleno de trampas de pesca, redes desechadas, bolsas de plástico y otros residuos. Se está trabajando para intentar limpiar las aguas de Hawái: según el Hawai'i Wildlife Fund, el Proyecto de Eliminación de Desechos Marinos Hawaiʻi Nei ha retirado 167,554 kilos de cuatro islas hawaianas diferentes en los dos últimos años.
A medida que el turismo abruma a la ciudad de Barcelona, sus playas se llevan la peor parte, y muchos fiesteros y visitantes dejan más que una huella en la arena. Colillas de cigarrillos, vasos de plástico, botellas y envases de comida pueden verse ensuciando las arenas de playas como la Barceloneta después de que las multitudes en busca de placer se hayan dispersado.
Sin embargo, la ciudad no se toma a la ligera la basura. Se imponen cuantiosas multas a los infractores y los camiones de basura surcan regularmente la arena para recoger los desperdicios. En 2022, la ciudad firmó un compromiso oficial para convertirse en un lugar de basura cero, con objetivos para los próximos años que incluyen la reducción de los residuos sólidos urbanos así como de 427 kg (941 lb) de residuos per cápita al año para 2027.
La basura es algo que lleva muchos años empañando las seductoras islas de Tailandia. La isla de Phuket, en la foto, es un punto turístico donde las playas están sembradas de basura y la calidad del agua es dudosa en el mejor de los casos. Los crecientes niveles de basura, aumentados por el turismo excesivo y la mala gestión de los residuos, están causando graves problemas ecológicos en todo el país. Tailandia se encuentra entre los peores infractores del mundo en lo que se refiere a contaminación por plásticos, y los efectos son visibles en Phuket. Aunque en 2023 se han realizado considerables esfuerzos para limpiar las playas de la isla, la estación de los monzones arrastró a sus costas septentrionales depósitos no deseados de petróleo y alquitrán.
Aunque no es ninguna sorpresa que las islas fiesteras de Phuket y Koh Samui sufran un problema de basura, resulta aún más angustioso ver que la relativamente quieta y remota Koh Lanta también lo sufre. Según Ocean Conservancy, Tailandia produce hasta 27.8 millones de toneladas de residuos al año, y la mayor parte de los residuos marinos son restos de plástico (12%); cajas de poliestireno (10%); envoltorios de comida y bolsas de plástico (8%); botellas de vidrio y plástico (7%); y pitillos (5%). Se han tomado medidas para limpiar las playas populares, se han prohibido los cigarrillos y las bolsas de plástico y los envases de espuma de poliestireno en los parques marinos nacionales.
La actual crisis de recogida de basuras en Roma, que ya incluyó una huelga de basureros y un incendio en una planta de residuos, ha llenado de basura partes de la Ciudad Eterna. Los contenedores comunales desbordados y la basura sin recoger que cubre aceras y mercados se han convertido en un espectáculo demasiado habitual en la que es una de las ciudades más bellas y pobladas de Europa; el hedor de la basura caliente se ha convertido en un recuerdo persistente de quienes visitan a la cada vez más destartalada ciudad de Roma.
Gracias a la mala organización de la recogida de basuras, la visión de jabalíes hurgando en los sacos de basura de las calles y de enormes gaviotas atacando los contenedores de Roma se convirtió en un espectáculo común en 2022, y los grupos de ciudadanos tomaron cartas en el asunto organizando limpiezas voluntarias por toda la antigua metrópolis. Aunque el alcalde había prometido limpiar la ciudad antes de diciembre de 2022, continuaron las protestas por las inaceptables condiciones de vida. Sin embargo, en abril de 2023, se anunció que Roma empezaría a enviar 900 toneladas de basura a Ámsterdam cada semana, con el fin de controlar su eliminación.
En 2018, el balneario de la isla de Boracay se convirtió en un ejemplo de la fea cara del desarrollo excesivo cuando el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, anunció su cierre y la calificó de "pozo negro". Su comentario se refería a las aguas residuales sin tratar que, según se pudo ver en vídeo, fluían directamente a las famosas aguas azules de la diminuta isla desde hoteles y restaurantes. La cantidad de basura era otro problema enorme, ya que la cantidad generada por persona era más de tres veces superior a la de la capital, Manila.
En la temporada alta había unos 40,000 visitantes en el popular balneario, que dejaban tras de sí montañas de basura. Tras permanecer cerrada seis meses para limpiar la basura a gran escala y mejorar el sistema de alcantarillado, la isla reabrió en 2018 con un límite máximo de turistas (sólo 19,215 turistas a la vez). Sin embargo, en un intento de impulsar el turismo tras la pandemia mundial, parece que esta norma no se ha cumplido estrictamente.
La visión de la basura que yace en las orillas del sagrado lago Titicaca, el más alto del mundo, es muy lamentable. Y es tan sólo uno de los muchos problemas que afectan al antiguo lago, cuyas aguas fueron consideradas por los incas como el lugar de nacimiento del sol y ahora presentan unos niveles de contaminación peligrosamente altos. Los residuos industriales y domésticos, los plásticos y otras basuras se vierten en el lago, contaminando sus aguas y envenenando a sus animales acuáticos. La basura depositada en sus islas es ingerida por el ganado y la contaminación está causando problemas de salud entre los habitantes de sus orillas.
Esta vista del Taj Mahal reflejado en el río Yamuna, lleno de basura, no es lo que la mayoría de los turistas esperan. Uno de los ríos más sagrados de la India, que fluye junto al edificio más famoso del país, sufre desde hace tiempo una grave contaminación. Los residuos son un grave problema en todo el país, con muchos de sus ríos y cuerpos de agua atascados de botellas, bolsas y envases de plástico, mientras que las calles están repletas de bolsas de basura. Las condiciones del Yamuna eran tan malas en 2021 que el río desarrolló una espuma blanca tóxica en su superficie, causada por una combinación nociva de aguas residuales y residuos industriales.
Otra ciudad india que está librando una lucha aparentemente perdida contra la creciente marea de basura es Bombay, donde los voluntarios llevan varios años batallando una guerra contra los residuos en las playas de la ciudad. No se trata sólo de la basura cotidiana que dejan los bañistas, sino de las toneladas de desperdicios que arrastra continuamente el mar. Versova y la playa de Juhu son algunos de los lugares más sucios.
El diluvio de basura que llega de las calles y barrios marginales de Mumbai acaba en el mar Arábigo antes de que enormes masas de ella vuelvan a depositarse en sus playas. El desagradable problema se agrava durante las fuertes lluvias de la estación monzónica, cuando se retiran diariamente de las playas camiones cargados de basura.
Otra nación que libra una batalla interminable contra la basura en sus costas es Líbano. Según la agencia de noticias Xinhua, el país produce más de dos millones de toneladas de basura al año, de las cuales el 94% se envía a vertederos y sólo el 6% se recicla. En años anteriores, las tormentas invernales llamaron la atención pública sobre el problema, ya que masas de basura ensuciaban su encantadora costa mediterránea y sus mares se veían inundados de desperdicios. Mientras tanto, las tormentas de nieve de 2022 obligaron a muchos a quemar residuos, plásticos o incluso su propia ropa para mantenerse calientes.
Los residuos en descomposición del vertedero de la Costa Brava han seguido atrayendo a multitud de gaviotas, lo que ha provocado sus propias consecuencias en el cercano aeropuerto internacional de Beirut-Rafic Hariri. Los grupos ecologistas llevan años organizando limpiezas periódicas de playas, pero en 2019 se llevó a cabo en el Líbano una enorme operación de limpieza a escala nacional para retirar enormes montones de basura, en su mayor parte plásticos. Los voluntarios retiraron montones de basura de más de 150 lugares, incluidas sus playas y aguas. En la foto, un buzo retira basura del paseo marítimo de la Corniche, en Beirut.
Otro mar sumido en masas flotantes de basura marina es el mar Caribe. Las playas de Honduras y de las Islas San Blas de Panamá, entre otras, están siendo asfixiadas por una masa de botellas de plástico, envoltorios y otros residuos que llegan a la costa. Se cree que los restos de plástico que flotan frente a la costa de Roatán, una isla de Honduras (en la foto) famosa por sus hermosas playas, han sido arrastrados al mar desde Guatemala.
El inmenso mar de contaminación y plástico que se agita en el Caribe ha afectado también a la República Dominicana, los micro plásticos que contaminan sus playas y aguas van en aumento. Estos diminutos trozos de plástico tienen un efecto devastador sobre los arrecifes de coral y la vida marina que los ingiere. En septiembre de 2022, se llevó a cabo una operación masiva de limpieza en la hermosa isla, con organizaciones ecologistas, empresas privadas e instituciones públicas que intentaron limpiar las playas.
El turismo masivo y unas infraestructuras deficientes son algunas de las razones por las que la isla mediterránea de Mallorca se ve plagada de problemas de basuras. En los últimos años, esta bahía cercana a Palma se ha convertido en un desagradable foco de basuras y aguas residuales durante los periodos de fuertes lluvias. Se ha culpado a los turistas desconsiderados de ensuciar regularmente la Playa de Palma, un precioso pero concurrido arenal, con sus botellas de cerveza, envoltorios de comida y colillas de cigarrillos.